Más con menos es difícilmente posible. Esa al menos debe ser la lectura que se haga en las oficinas de El Arcángel ante la buena trayectoria del equipo en estas primeras siete jornadas de Liga, con especial atención a las cuatro últimas. Porque sustentado en una defensa a prueba de bombas, el Córdoba es el conjunto que mejor rentabiliza sus goles de toda la categoría de plata. Los seis tantos que ha anotado hasta la fecha el cuadro cordobesista, por cierto repartidos entre otros tantos jugadores, le han reportado ya 13 puntos para ser cuartos en la tabla, una optimización de recursos que va más allá si se tiene en cuenta que en dos de los encuentros las dianas sólo sirvieron para maquillar goleadas en contra. El problema ofensivo de los blanquiverdes se recrudece al ver que es la octava escuadra que más lo intenta, aunque con un porcentaje de tiros entre los tres palos de los más pobres de Segunda División. Un hándicap sobre el que a partir de hoy volverá a incidir José Luis Oltra en la ronda de entrenamientos y al que tendrá que hacer frente el domingo en Lugo sin Florin pero, quizás, ya con el capitán Xisco.

El Córdoba se está mostrando como el equipo más eficiente de la categoría en este primer tramo liguero. Con dos derrotas, claras, ante el Leganés (3-1) y el Alcorcón (1-3) en las que los tantos de Markovic y Xisco quedaron en mera anécdota, y un empate sin goles en Pamplona, los otros cuatro tantos anotados han reportado un total de 12 puntos. Cuatro triunfos por la mínima, cuatro victorias sobre las que sustentar el proyecto mientras llega algo del juego combinativo prometido. El estreno liguero lo desatascó una brillante acción personal de Fidel ya en los minutos finales para dejar sin premio al Valladolid. Tres semanas más tarde -tras esos dos tropiezos y la eliminación copera- fue Pedro Ríos el que con un zapatazo desde fuera del área permitió el asalto a La Romareda de Zaragoza, para abrir así una serie triunfal que continuó gracias a las dianas de Florin ante la Ponferradina y Raúl de Tomás el pasado sábado ante el Bilbao Athletic.

El balance de goles conseguidos por los blanquiverdes no se corresponde con su caudal de juego ofensivo, si bien en el último partido éste se vio seriamente delimitado, sobre todo en una mala segunda mitad. Porque según las estadísticas de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) actualizadas tras la séptima fecha del campeonato, el Córdoba es el octavo equipo con más disparos, con un total de 66 que dan una media cercana a los 9 por encuentro. Lejos quedan el Huesca (88), el Numancia (76), el Girona, el Mirandés y Osasuna (73) y hasta el Elche y el Alavés (69).

Sin embargo, el ratio de tiros que van entre los tres palos es sencillamente inferior. Porque el conjunto de Oltra aparece con un registro del 41 por ciento que lo sitúa como el séptimo peor de la categoría de plata, apenas por encima de la Ponferradina (29), el Valladolid (31), el Almería (32), el Lugo (36), el Mallorca (38) y el Alcorcón (39). En el otro lado de la balanza están el Tenerife, que coloca en la portería contraria el 60% de sus intentos, a pesar de ser el que menos lo prueba (42 tiros) o Osasuna, que es el otro equipo que supera el 50% (51) entre los 22 participantes en Segunda División.

A pesar de todo, el rendimiento que está sacando el Córdoba no es un oasis en la historia de la división de plata. De hecho, hay hasta nueve precedentes de equipos que obtuvieron tanto o igual rendimiento con tan pobre bagaje anotador. Entre ellos, el mismo bando cordobesista en el curso 00-01, cuando con los mismos 6 tantos a favor y apenas dos en contra, el grupo dirigido entonces por Pepe Escalante era segundo con 14 puntos (4 victorias, 2 empates y sólo una derrota), finalizando luego duodécimo tras dos cambios de entrenador (Luis Sánchez Duque y Juan Verdugo).

Idéntica puntuación tenía el Jaén esa misma campaña, en la que calcó el arranque del CCF, aunque con un tanto a favor menos que lo tenían tercero (concluyó décimo). También se colocarían con 14 puntos el Logroñés de la 71-72 (6/1) y el Rayo Vallecano de la 76-77 (6/4) -entonces la victoria valía sólo dos puntos-, que pasa por ser el único que logró mantener el tirón para terminar subiendo a Primera División, pues el resto fueron luego penalizados perdiendo posiciones.

Un punto más lograron el Toledo, en un ejercicio 95-96 que estrenó la liga de tres puntos, que seguía invicto tras cuatro victorias y tres empates con un balance goleador 5/0; los manchegos, que eran terceros, al final se desfondaron para terminar novenos. Igual puntuación hubiera tenido el Eibar en la 91-92 -se quedó en 10-, con un balance 6/4; tampoco los vascos aguantaron arriba pese a protagonizar el comienzo más triunfal de todos estos casos (5 victorias) y pasaron de la sexta a la duodécima posición.

Por último, con los mismos 13 puntos que hoy tiene en su haber el Córdoba, hubiera estado el Valladolid en el inicio de la campaña 78-79 (6/4), mientras que hace apenas dos temporadas también el Mirandés repitió fórmula (6/5) para concluir el campeonato evitando la caída a Segunda B sólo por el descenso administrativo del Murcia. Además, hay un caso protagonizado por el Recreativo que también alcanzó esa puntuación en la 00-01 pese a haber sumado sólo tres triunfos, a los que acompañó con otros cuatro empates que lo tenían invicto con una serie de 5 goles a favor y apenas uno en contra. Y es que no siempre los goles son la salsa del fútbol, que también puede vivir a través de otros muchos aspectos.