Diego Costa jugará mañana ante Eslovaquia su octavo partido internacional con la selección española, una nueva oportunidad para reivindicarse después de una trayectoria errática en el combinado de Vicente del Bosque.

Un solo gol en siete encuentros dice poco para un delantero como Costa, por quien hace un año el Chelsea pagó 38 millones de euros al Atlético de Madrid. Y lo cierto es que en el club londinense mantuvo sus promedios goleadores, pues en la pasada temporada sumó 21 dianas en 37 partidos.

Pero otra cosa es la respuesta que está dando con el combinado nacional, con el que no acaba de alcanzar el rendimiento tan óptimo que ofrece en su club. Así lo reconoció él mismo el miércoles, cuando declaró: "Me sigo sintiendo en deuda con la selección, todavía no he hecho nada. La confianza que han depositado en mí la tengo que devolver".

La lucha de Costa es doble, pues no sólo pelea contra la estadística, sino contra un sector de la prensa que le achaca falta de actitud y compromiso. El jugador debutó el 5 de marzo de 2014 con la selección y su balance es pobre: un solo gol en siete partidos. Eso incluye su poco estimulante paso por el Mundial, del que se fue sin marcar. Las lesiones y la falta de adaptación al esquema fueron las explicaciones más utilizadas para hablar de sus pobres números.

Ahora le llega una nueva oportunidad, coincidiendo con un partido decisivo hacia la Eurocopa, en la que España -criticada por sus últimas actuaciones y la falta de gol- aspira a defender título.

Costa no tendrá esta vez demasiada competencia, pues Álvaro Morata está lesionado y el otro delantero en la convocatoria, Paco Alcácer, no ha sido titular en los últimos partidos con el Valencia. Para fortuna del jugador del Chelsea, Del Bosque sigue teniendo el máximo aprecio por él. "Ahora mismo, para mí, es el mejor", dijo ayer el seleccionador en una entrevista concedida a La Sexta. Le vendría bien a Diego Costa reencontrarse con el gol cuanto antes. Y, sin duda, la selección lo agradecería más que nadie.