El ciclista holandés Tom Dumoulin (Giant-Alpecin) ha obtenido este domingo la victoria en la novena etapa de la Vuelta a España, disputada entre Torrevieja y Cumbre del Sol-Benitatxell sobre 168,3 kilómetros, y ha arrebatado el maillot rojo al colombiano Esteban Chaves (Orica GreenEdge). El nuevo líder de la general, que supo regular mejor que nadie para apuntarse la etapa, hizo un mínimo hueco con sus perseguidores que fue suficiente para escapar al final de Chris Froome, último vencedor del Tour de Francia, que se repuso de una pequeña crisis y protagonizó una espectacular progresión con la que dejó atrás a Rafa Majka y Purito Rodríguez.

La fuga del día arrancó con un numeroso grupo de trece corredores entre los que se alternaron los relevos en el grupo de cabeza para abrir una brecha con el pelotón, que sufrió una nueva caída un día después de los abandonos de Tejay Van Garderen (BMC), Jasper Stuyven (Trek), Kris Boeckmans (Lotto-Saudal), Daniel Martin (Cannondale) y Nacer Bouhanni (Cofidis), todos ellos por lesiones, y del eslovaco Peter Sagan, arrollado por una moto de la organización.

Entre los afectados, varios de los favoritos. Los españoles Alejandro Valverde (Movistar Team) y Samuel Sánchez (BMC), el líder de la general, Esteban Chaves, o dos de los integrantes de Astana, Mikel Landa y Fabio Aru, estuvieron entre los implicados. Ya recuperados, rodaron agrupados en el pelotón tras haberse reorganizado la carrera después de la caída.

El Katusha, en bloque, fue el equipo encargado de poner el ritmo en cabeza de pelotón para impedir que la ventaja con los escapados aumentara. La estrategia respondía al interés de echar abajo la fuga y dar opciones a Purito Rodríguez para la victoria de etapa en la llegada en alto a Puig Llorença, en un final con unas características determinadas favorables para el español.

Los intentos del equipo ruso por dar caza a los fugados pinchaban en hueso debido a la maniobra de Etixx-Quick Step, que filtró a tres hombres en la escapada (Bouet, Serry y Maes) para no desfallecer en el ritmo. La ventaja con respecto al pelotón no se terminaba de reducir considerablemente dado que en la escapada, tan numerosa, entraban todos al relevo para mantener una alta cadencia. Así entró en acción Movistar Team, al igual que Tinkoff-Saxo, que colaboraron con Katusha para reducir hasta tres minutos la distancia con la cabeza de carrera antes de la ascesión a Alto de Puig Llorença, puerto de segunda categoría que provocó fracturas entre la amplia nómina de fugados.

Mientras en la fuga no había tiempo para la tregua, con Maxime Bouet atacando y unos pocos respondiendo, en el pelotón se redujo una marcha la intensidad para no romper el grupo en exceso y contar con los suficientes gregarios para trabajar en las zonas llanas antes del esfuerzo final. Camino de Jávea, el pelotón engullió a Nikolas Maes y Danny Van Poppel, dos de los fugados, y amenazó la solidez del grupo escapado, que acabó por desfallecer ante el aliento del bloque mayoritario por la cercanía del ascenso final. El pelotón llegó en bloque a los últimos tres kilómetros. En el final de la etapa, con un muro explosivo con subidas al 8% de pendiente de media y con rampas que alcanzan el 19% en el tramo intermedio, Alejandro Valverde atacó en la subida a Cumbres del Sol y lo siguieron a rueda Esteban Chaves, Joaquim Rodríguez y Nairo Quintana, algo que no pudo hacer Chris Froome.

El británico se repuso de la pájara y sacó fuerzas de flaqueza para dejar su impronta en Cumbre del Sol. Dejo atrás a Majka y a Purito Rodríguez para perseguir a Tom Dumoulin, muy sólido en la subida. El esfuerzo fue insuficiente y el ciclista holandés de Giant asestó una buena estocada a la clasificación general. Así, todos los favoritos -Valverde, Quintana y Aru, entre otros- cedieron, con el colombiano Chaves como el principal perjudicado al perder el maillot rojo, mientras que Froome escala hasta cinco puestos en la general y se coloca a poco más de un minuto del nuevo líder, un Dumoulin que recupera el liderato.