El nuevo Córdoba de Emilio y Oltra echará a andar dentro exactamente de una semana. Lo hará con el objetivo primordial de buscar el retorno a esa Primera División que apenas si pudo catar tras 42 años de espera. Pero el primer paso para tratar de alcanzar el éxito no es otro que conformar una plantilla que, como la del resto de aspirantes, sigue cogida con pinzas a punto de entrar en julio por lo parado que el mercado está en estos primeros días. El club blanquiverde no quiere precipitarse y está dispuesto a cocinar su proyecto a fuego lento.

De momento, ya hay dos caras nuevas confirmadas, que serán presentadas cuando el equipo ya esté en marcha en su pretemporada. Pero el problema principal no está tanto en el apartado de llegadas como en el de salidas. Ese es el principal hándicap con el que tendrá que luchar José Luis Oltra salvo cambio radical, que no se espera, en los próximos días. El técnico levantino ya dejó claro en su presentación que no quiere trabajar con una plantilla demasiado larga, con un ideal en torno a 22 jugadores, algo que por ahora cumple sólo a medias.

Porque el vestuario cordobesista, tras la llegada de Sasa Markovic y Héctor Rodas, está integrado actualmente por 18 futbolistas, pero varios ya saben desde hace varias semanas que tendrán que buscar acomodo en otro equipo en lo que queda de verano. Fran Cruz y Arturo son los que más claro tienen que su futuro está lejos de El Arcángel, aunque al menos en el caso del cordobés no parece que la resolución de los dos años que le restan de contrato vaya a ser fácil. El zaguero, que se casó el viernes, no es el único que ha desconectado en estas vacaciones, pues el resto también está aislado y la mayoría pretenden estar el próximo día 7 en Córdoba con el reto de hacer variar la opinión del entrenador valenciano y hacerse con un hueco en el próximo proyecto blanquiverde.

Y mientras que no se agilice la operación salida, la puerta de entrada no puede abrirse del todo. Eso y el hecho de no dar sensación de tener prisa por cerrar el plantel son las bazas que juega la dirección deportiva para no pagar más de la cuenta, consciente de que al final cuando llegue el primer movimiento pueden ir cayendo otros en cascada.

Con todo, Oltra tiene ya una base sobre la que empezar a trabajar, si bien se espera que en lo que resta de semana se incorpore alguna pieza más al nuevo Córdoba, que necesita refuerzos en todas sus líneas, incluso en aquellas que por número parecen ya cerradas, como la portería y la delantera, porque a buen seguro que sufren alguna modificación a corto plazo.

Habrá que ver la respuesta de los 18 integrantes del plantel en los primeros días de trabajo en la ciudad, así como la de los habituales canteranos que se sumarán a la pretemporada. Porque lo que sí tienen claro en las oficinas es que al stage de Dehesa de Campoamor debe viajar el menor número de descartes posibles. Queda una semana, mucho tiempo para que los movimientos en clave blanquiverde empiecen a sucederse.