Deportes

Blatter gana al escándalo

  • El suizo seguirá cuatro años más como máximo dirigente de la FIFA

Ni los escándalos de corrupción ni la poderosa UEFA: nada puede derribar al suizo Joseph Blatter de la cima de la FIFA, de la que ayer fue reelegido como presidente para un quinto mandato.

Blatter, que lleva en el cargo desde 1998, seguirá al frente del ente rector del fútbol mundial hasta 2019 al imponerse al jordano Ali bin al-Hussein, que renunció a presentarse a la segunda vuelta tras perder en la primera por 133-73. El suizo de 79 años, que se quedó a sólo siete votos que necesitaba para ganar en la primera vuelta, se hubiera impuesto en la siguiente votación con una mayoría simple de las 209 federaciones.

Si completa su mandato, el suizo cumplirá 21 años al frente de la FIFA, sólo por detrás de su predecesor y mentor, el brasileño Joao Havelange, que estuvo 24.

Blatter superó quizá el más explosivo de su extensa lista de congresos explosivos, después de dos días donde la misma celebración de las elecciones se tambaleó bajo titulares sobre redadas, detenciones policiales y sobornos de altos dirigentes de FIFA. "Unos 1.600 millones de personas participan activamente en el fútbol. Es imposible controlar a todos", se defendió el suizo. Un argumento incontrovertible si no fuera porque los siete detenidos el miércoles en Zúrich en una operación anticorrupción no eran exactamente unos desconocidos.

La operación de la Policía suiza formaba parte de una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el que 14 personas están acusadas de fraude y lavado de dinero, así como de pago y cobro de sobornos.

Las dos regiones golpeadas por el escándalo, la Concacaf y la Conmebol, que habían llegado con la idea de votar en bloque a Blatter, se dividieron en facciones. Unos siguieron fieles al suizo, otros le dieron la espalda.

Pero los votos que Ali pudo arañar en las Américas no fueron suficientes para contrarrestar el apoyo mayoritario a Blatter en África, Asia y Oceanía. Ni siquiera Europa votó unida por el jordano, como dejó claro el jueves el presidente ruso, Vladimir Putin, que salió en defensa de Blatter.

No en vano, el suizo sostuvo contra viento y marea la sede de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, pese a que su polémica elección en 2010 sólo le ha generado problemas. La FIFA exoneró de sospechas de compra de votos a ambos países en una investigación interna, pero la justicia suiza hace sus propias investigaciones.

Blatter se siente atacado por Inglaterra y Estados Unidos, dos países que también participaron en aquella adjudicación de 2010. "Si otros países hubieran salido del sobre, quizá no tendríamos hoy estos problemas", señaló el suizo.

Blatter superó la prueba de las urnas, pero sus problemas están lejos de haberse solucionado. La imagen y credibilidad de la FIFA sigue por los suelos y no parece fácil que con el suizo a la cabeza eso cambie en el corto plazo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios