Deportes

Romero clama en el desierto

  • La falta de actitud del equipo deja en nada el plan de su entrenador

Cada semana que pasa, la imagen del Córdoba queda más maltrecha. El final de liga, con el descenso ya consumado, no es suficiente castigo para el cordobesismo, que además tiene que soportar que los futbolistas hablen durante la semana de defender el honor y el orgullo del equipo, y luego el fin de semana se arrastren de mala manera por los campos de Primera División.

Ante tal panorama, poco puede hacer Romero, que parece clamar en el desierto porque el vestuario hace tiempo que se dejó ir. Lo que sí podría hacer el técnico, y parece que no capta, no al menos de manera completa, es dejar de contar con ciertos futbolistas que simplemente no están por la labor y que tiran por tierra el trabajo de los pocos hombres que de verdad están tratando de acabar la temporada de manera digna.

La prueba de que ni el entrenador confía en que sus jugadores rindan al mínimo nivel exigible es el planteamiento tan defensivo presentado ayer en Granada. Una vez descendidos matemáticamente, ¿qué es lo que impide al CCF intentar al menos marcar un gol? El 4-1-4-1 de Romero es invariable y ante la extraña y temprana expulsión de Íñigo López, la respuesta fue reforzar la defensa y evitar una goleada. Lo que no se pudo evitar es el sonrojo de la afición por otro partido lamentable.

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