Mucho revuelo para nada: el duelo entre Mayweather y Pacquiao calificado como la "pelea del siglo" fue desde el punto de vista deportivo un combate del montón con dos sorpresas después de la campana final. Ya antes de darse a conocer el veredicto, Mayweather, seguro del triunfo, saltó a las cuerdas del ring, pero fue abucheado por la mayoría de los 16.507 espectadores. El extrovertido estadounidense ganó en Las Vegas el tan esperado combate, pero la lucha no mereció ni la expectactiva ni la histeria que provocó.

Al final del duelo sólo quedará en la memoria la astronómica suma de ingresos de más de 350 millones de euros y no la calidad deportiva. "Pelea de mierda", fue el comentario del ex campeón mundial alemán Graciano Rocchigiani en una charla de expertos en la cadena Sky. Mucho más interesante que los 12 asaltos fue el desfile de celebridades, con las estrellas de Hollywood como Clint Eastwood y Leonardo Di Caprio, y con grandes del deporte como Steffi Graf y Andre Agassi.

Pero Mayweather, aun después del decepcionante espectáculo, no se mordió la lengua: "Nací como ganador y moriré como ganador. Voy 10 pasos por delante de todo boxeador", afirmó el campeón mundial. Pacquiao declaró en el mismo cuadrilátero que se consideraba ganador.

Mucho más sorpredente fue el anuncio del filipino de 36 años de que había boxeado lesionado en el hombro derecho. La petición, apenas dos horas antes de comenzar la pelea, de que se le administrara una inyección para tratar la inflamación fue rechazada por la Autoridad de Boxeo de Nevada, según dijo Bob Arum, promotor del filipino.

Mayweather no creyó las supuestas molestias de su rival y dijo que él había hallado el camino del triunfo con lesiones en manos y brazos. También Mayweather tenía preparada una sorpresa al anunciar que en breve renunciará a su cinturón de campeón. Esa decisión resultó por completo inesperada.