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Abocados a un final de infarto

  • El conjunto celeste perdona la vida a un rival indolente y se apresta a vivir dos jornadas frenéticas en el desenlace liguero José Manuel tuvo por dos veces la victoria en sus botas

No remató y lo puede pagar caro. El Lucena quemó una de las dos balas que le restaban en su feudo en este final de liga para conseguir la permanencia y lo hizo por la falta de acierto a la hora de concretar las ocasiones que generó. Porque si se tratara de un combate de boxeo, el cuadro celeste habría sido declarado claro ganador a los puntos, pero en el fútbol la definición es tanto o más importante que los merecimientos y ayer el equipo de Falete no encontró el camino del gol por más que lo intentó. El empate, sin ser malo porque sumar a estas alturas ya es muy complicado, aboca al Lucena a vivir dos semanas de auténtico infarto y convierte el siguiente choque ante La Roda en una final a cara de perro entre dos equipos que buscarán auparse en la tabla a costa de hundir al contrario.

Pese a no realizar su mejor partido del año ni mucho menos, el Lucena debió llevarse la victoria ante un Real Jaén indolente, temeroso y muy alejado de lo que se esperaba de un equipo que conserva a muchos de los hombres que el año pasado pelearon hasta el final por salvar al equipo del descenso en Segunda División. Por lo visto ayer sobre el césped del Ciudad de Lucena, la no clasificación del conjunto blanquillo para el play off de ascenso es el justo premio a la racanería y la poca ambición de un equipo que arrastra estos males desde el arranque de la competición y que ni siquiera logró remontar el vuelo tras el relevo en el banquillo y la llegada de Rafa Berges. Y es que con la falta de recursos con la que tienen que lidiar la gran mayoría de los equipos de la categoría, observar el decepcionante papel de un plantel construido para pelear por el ascenso resulta ciertamente hiriente.

Con la agradable noticia del regreso de Sarmiento al equipo titular, Falete alineó a un equipo más equilibrado que en semanas anteriores, consciente de que el partido sería más una guerra de desgaste que un plácido paseo. El calor sofocante sin duda iba a pasar factura y el técnico del Lucena prefirió que sus jugadores midieran los esfuerzos para tener un último aliento en el tramo final y buscar la victoria ante la más que probable apatía del rival a esas alturas.

Así, la primera parte transcurrió sin pena ni gloria, con dos equipos bien plantados sobre el terreno de juego pero incapaces de dañarse. El Lucena, que puso más ganas en todo momento, por falta de calidad y precisión a la hora de hilvanar el juego; el Real Jaén, por la falta de hambre de un equipo que vaga por la categoría a la espera del final de la temporada, sin más objetivo ya que acabar de la manera menos indecorosa posible. Con ese panorama, apenas dos arreones en la primera mitad pudieron desequilibrar el marcador en los primeros 45 minutos. El primero llegó pasada la media hora, en un libre directo botado por Sergio Torres y que De la Calzada estuvo a punto de introducir en su portería con un rechazo defectuoso. Cinco minutos antes del descanso, una internada por banda de Adri Ruiz acabó con el habilidoso extremo del Lucena por los suelos, en un penalti que vio todo el mundo menos el que tenía que verlo, el árbitro.

La apatía del duelo se quebró con el paso por los vestuarios. El Lucena salió espoleado a por el triunfo, a la vista de que su rival mostraba escasa ambición. Dos minutos tardó el equipo de Falete en generar la ocasión más clara del choque. José Manuel se desmarcó bien para recibir un gran pase de Sergio Torres, pero el punta cordobés trató de batir a De la Calzada por alto en lugar de driblarlo y el balón salió alto. Acto seguido, un libre directo ejecutado por Sergio Torres se estrelló en el larguero de la portería visitante.

El Lucena combinaba acciones de mérito en ataque con despistes desquiciantes en defensa. En uno de esos pudo llegar el tanto del Real Jaén, pero Santi Villa no acertó a definir ante Javi López después del error de la zaga celeste. A los pocos minutos de ese fallo, un mal pase del arquero del Lucena hacia Domingo no lo aprovechó Brian por falta de tensión e insistencia en la jugada.

El cansancio acabó por ahogar a los futbolistas y el ritmo descendió notablemente, antes de unos minutos finales de infarto. Con el tiempo ya casi cumplido una triangulación de Toni Conejo y Maxi dejó a José Manuel en franca posición para el remate, pero el ariete del Lucena volvió a errar su disparo. Ya en el descuento, Jony Lomas exigió la gran estirada del arquero del Real Jaén con un disparo cruzado.

El agobio del Lucena a su rival llegó demasiado tarde y el final del partido dejó a los de Falete con el trabajo a medio hacer. El punto sumado mantiene al conjunto aracelitano vivo en la pelea por la permanencia, pero dibuja dos partidos finales de auténtico infarto. Abróchense los cinturones porque a partir de ahora llegan curvas.

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