Del parón al atracón, y con mucho en juego. Después de estar sin competir trece días, por culpa de las últimas fechas de la temporada reservadas para los compromisos internacionales de selecciones, el mes de abril será de aúpa para los equipos de Primera División. Más aún para los que conjuntos que, como el Córdoba, no pueden permitirse el más mínimo respiro. Desde la visita del Atlético de Madrid del próximo sábado a la del Barcelona con la que arrancará mayo -la Liga de Fútbol Profesional no ha confirmado aún fecha y hora del choque ante el actual líder de la competición-, el conjunto blanquiverde tendrá que afrontar siete partidos clave para apurar sus opciones de permanencia. Cuatro duelos en El Arcángel, tres viajes y tres enfrentamientos ante rivales directos es el resumen de una fase decisiva en la que el equipo de José Antonio Romero está obligado a reducir los siete puntos que actualmente tiene de desventaja respecto a la zona calmada de la tabla.

Los caprichos del calendario, aunque este año sólo aparece la Copa América para cerrar el ejercicio, harán que el Córdoba dispute un quinto de la Liga en apenas un mes, el 70 por ciento de lo que resta hasta que la temporada baje el telón el 24 de mayo. Quizás ese sea uno de los motivos de la exigente carga de trabajo que Romero está metiendo al equipo desde su llegada, con la excusa de la necesidad de conocimiento mutuo también sobre la mesa. Lo cierto es que no hay tiempo que perder en esta carrera contrarreloj en pos del milagro de la salvación que hace de abril un mes clave.

La plantilla regresa hoy a los entrenamientos tras disfrutar de todo el fin de semana libre. Le espera una nueva doble sesión, continuando con la dinámica de la pasada semana. Ya no habrá descanso alguno, pues lejos de más parones lo que aparece en el horizonte son dos nuevas jornadas intersemanales en el próximo mes, con la primera de ellas a la vuelta de la esquina. Porque con la dolorosa derrota de Anoeta ya prácticamente en el olvido, la escuadra cordobesista volverá al tajo el próximo sábado (El Arcángel, 18:00) con el Atlético como enemigo. Y después, la vorágine total, con seis encuentros más en treinta días, que podrían ser alguno menos si la LFP decide sacar del domingo final de la festividad de las Cruces de Mayo el duelo ante el Barcelona.

A saber. El choque ante el campeón del Sábado Santo abre un primer maratón de tres choques en apenas ocho días, que continuará con dos duelos a cara de perro: el miércoles 8 ante el Deportivo (Riazor, 20:00) y el domingo12 ante el Elche (El Arcángel, 21:00). Después tocará medirse a dos equipos que miran a Europa; primero el Villarreal, el último partido fijado por la LFP hasta la fecha para el domingo 19 (El Madrigal, 19:00) y luego en la visita del Athletic Club de Bilbao. El duelo ante el primer equipo que hincó la rodilla esta campaña ante los blanquiverdes dará paso al último atracón de partidos, pues entre semana tocará visitar al Levante para terminar con el partido siempre especial ante el Barcelona, ya estrenando el mes de mayo.

El objetivo que se ha marcado el vestuario del Córdoba es que su suerte no esté decidida aún cuando se cierre abril, algo que pasaría por ser la mejor noticia dado cómo está el patio a estas alturas. Aunque todavía quedarían tres encuentros más ante tres rivales directos como el Granada, el Rayo y el Eibar, parece claro que el equipo de Romero se juega casi todas sus opciones de permanencia en estos siete partidos. Es una temporada en sólo treinta días, con la incógnita por resolver de si estará o no la próxima campaña en la élite del fútbol nacional.