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No hubo premio para la valentía

  • El CCF tutea al líder de la liga con un gran despliegue físico y táctico

El Córdoba salió reforzado del duelo ante el Real Madrid. Un mensaje que suena a consuelo pero que es la verdadera realidad. Además del golpe de moral que supone tutear al campeón de Europa, el CCF reforzó ayer su esquema de juego y la idea de que en casa debe salir a morder sea cual sea el rival.

El primer mensaje en esa línea lo mandó Miroslav Djukic. Si el técnico serbio hubiera planteado el partido de manera más conservadora se habría entendido. Prácticamente todos los equipos extreman las precauciones cuando se miden al Real Madrid. Arman una telaraña en la medular y en la defensa, y tratan de arañar un resultado positivo como sea. El CCF cumplió con todo ello pero además no renunció en ningún momento al ataque. Más bien al contrario, desde el primer momento buscó la meta rival.

Gracias al convencimiento de su entrenador, el CCF salió valiente y el gol de Ghilas no fue más que el premio a la gran puesta en escena de los blanquiverdes. En el minuto y medio que transcurrió antes del gol, al equipo se le vio la intención de tirar la defensa bastante adelantada y presionar muy arriba a los blancos. En los primeros 15 minutos el equipo de Djukic fue netamente superior e incluso pudo ampliar su ventaja. Con Deivid ejerciendo de hombre ancla entre la medular y la defensa, el equipo apenas sufría atrás. Los laterales sorprendieron, con Edimar mostrando su experiencia y Gunino mostrando su buena forma tras una largo período fuera del equipo. La presión adelantada funcionó y ahogó al Real Madrid, aunque el desgaste físico fue importante. Pero el objetivo de impedir correr al cuadro merengue y de dificultar su juego de circulación se cumplió a la perfección.

El Córdoba no perdió la valentía ni cuando el conjunto blanco igualó la contienda. En la segunda parte, cuando las fuerzas andaban algo más justas, el cuadro blanquiverde retrasó unos metros sus líneas y jugó de manera muy inteligente al contragolpe.

El paso atrás no significó renunciar a nada porque los de Djukic generaron ocasiones suficientes como para llevarse el choque. La más clara, el disparo al larguero de Florin, que habría hecho justicia.

Más allá del sinsabor final, el CCF sacó de ayer algo mucho más valioso que el punto perdido en el último instante. Ganó en convencimiento, en la conveniencia de una idea que va dando sus frutos y que ayer se mostró como la más adecuada. A este nivel, la salvación será un hecho.

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