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Un hola antes de decir adiós

  • La seguridad defensiva del CCF se prueba ante un rival ansioso Repetir la hazaña de San Mamés es el desafío

Acaba un 2014 de ensueño que devolvió a Córdoba un lugar en la élite del fútbol nacional. Y lo hace, futbolísticamente hablando, en uno de esos escenarios tantas veces imaginado y ante un enemigo que vive a años luz tanto en lo deportivo como en lo económico. Pero ¿nos rendimos ya ante tan enormes diferencias? Rotundamente, no. Los blanquiverdes llegan al Camp Nou para medirse a un Barcelona ansioso y sin margen de error para continuar vivo en su pelea por el título liguero. Y lo hacen en un buen momento, en fase de crecimiento moral y de juego, y con el recuerdo reciente de la hazaña conseguida en San Mamés, otro campo virgen en la historia cordobesista hasta ese 'ghilazo'. Ante el Athletic, el rendimiento defensivo del equipo fue sobresaliente, una faceta en la que Miroslav Djukic insiste día tras día como el único camino posible hacia el éxito y que, por tanto, se antoja como fundamental de cara al encuentro de esta tarde. Una cita que el cuadro cordobesista vuelve a encarar, como casi siempre, sumido en posiciones de descenso, aunque con la permanencia a tiro de sólo un punto, lo que sin lugar a dudas dibuja un panorama bastante más optimista que tiempo atrás y al que aferrarse de cara a un futuro que deparará más de una sorpresa. Quizás, la primera pueda darse precisamente hoy.

Muchas cosas han cambiado en el CCF desde que el equipo confirmó su regreso a Primera División a finales de agosto en el Santiago Bernabéu. El entrenador es otro desde hace dos meses (la paciencia con Ferrer se agotó al octavo partido y llegó Djukic), apenas se mantiene la mitad de los jugadores que formaron parte de aquel once inicial (léase Juan Carlos, Íñigo López, Pantic, Crespo o Pinillos y Fidel) y la planificación de la plantilla se ha demostrado ya como errónea (verán, si no, lo que depara el mercado de invierno que está a la vuelta de la esquina), por mucha defensa que sobre ella haga siempre que puede el patrón del barco, el siempre locuaz Carlos González.

Sin embargo, lo que sigue invariable cuando se cumple el primer tramo de la competición es esa sensación de que esta temporada para el disfrute lleva de la mano una dosis extra de sufrimiento que no se agotará -y sería la mejor señal- hasta que la liga dé sus últimos coletazos allá por mayo. En esa carrera de fondo, nadie cuenta con puntos como los que hoy se ponen en juego en el Camp Nou, donde conjuntos como el blanquiverde se conforman con no salir goleados. Aunque, claro está, esa lectura no casa con unos profesionales que hoy aparecerán sobre el verde con la intención de dar un susto al teórico favorito, aprovechando que los locales a buen seguro que esperan un partido de fácil resolución para irse de vacacionesmanteniendo a tiro al líder Real Madrid.

Ahí puede estar precisamente la opción más clara de éxito para el Córdoba. El planteamiento inicial de Djukic pasa por no encajar un gol pronto que rompa el partido, por ir consumiendo minutos para que el nerviosismo y el cambio de guión jueguen en contra de un Barcelona que, precisamente, esta temporada no lo está teniendo nada fácil para decantar sus encuentros. De hecho, vive su campaña menos goleadora desde la última con Rijkaard y 25 de sus 36 tantos han llegado en las segundas partes, una cifra similar a la que se han visto en el Camp Nou y que asusta. Datos que dejan a las claras que, pese al enorme potencial ofensivo, algo no termina de funcionar en el equipo azulgrana, que ya acumula tres citas sin marcar en este campeonato e, incluso, vio cómo el Celta saltaba la banca hace unas semanas en el propio Camp Nou.

Con todo, a nadie se le escapa que a los blanquiverdes hoy les tocará defender y defender en su parcela porque la iniciativa será, con casi total seguridad de forma abusiva, para los de Luis Enrique. Habrá fases de agonía y otras, cuando el balón caiga en los pies, en las que tirar de calma, paciencia y saber estar para llegar al área enemiga con la intención de hacer daño. La experiencia dice que serán pocas, por lo que todo el éxito dependerá del grado de acierto de un equipo que, con el aval reciente de lo ocurrido en Bilbao, no variará su planteamiento, aunque sí pudiera haber alguna sorpresa en cuanto a nombres. Djukic insiste en que quiere seguir viendo a su CCF crecer desde la idea actual, y para ello nada mejor que un examen de este calibre que sólo puede reforzar el trabajo hecho hasta la fecha. Porque si sale mal, sólo será algo con lo que casi todos contaban y, si por el contrario, la flauta vuelve a sonar en un viaje, las vacaciones serán de aúpa. Eso sí, aunque sea de una u otra forma, sólo se habrá recorrido una parte de una aventura que trae batallas como ésta que antes se veían en la tele y hoy otorgan un papel protagonista. Y sólo por eso, ya vale la pena todo el sufrimiento que esté por venir.

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