Que el Córdoba va a ser uno de los animadores del mercado de invierno que ya está a la vuelta de la esquina lo saben hasta en China. Queda claro que el partido de mañana en Barcelona será, por tanto, el último para algún miembro de un plantel en el que, por deseo de Miroslav Djukic, habrá más bajas que altas. Y entre estas últimas, apunten el nombre de Vicente Iborra, mediocentro de corte defensivo por el que los blanquiverdes han preguntado y al que el Sevilla no pondrá reparos para que salga... si llega un refuerzo. El Espanyol y el Málaga también siguen los pasos del futbolista catalán, que se ha visto relegado a un segundo plano en su segunda campaña en Nervión y busca un destino en el que pueda recuperar el protagonismo perdido. Su llegada, eso sí, sólo sería posible en calidad de cedido y con el club hispalense haciéndose cargo de gran parte de su ficha.

Iborra sabe que tiene muy difícil convencer a Unai Emery, que no es que prefiera a Krychowiac, Mbia o hasta Banega antes que al ex del Levante, sino que espera un regalo por parte del club en el mercado de invierno para una posición de vital importancia para él y en el que encuentra notables deficiencias. De hecho, desde Francia apuntan que el Sevilla ha reactivado el interés por Clément Chantôme (PSG) que, en caso de prosperar, acabaría por cerrar las puertas al catalán.

Sin llegar a ese extremo, el mediocentro no está cómodo con su rol actual y está dispuesto a cambiar de aires. Esa situación ha llamado la atención del Córdoba, el Espanyol y hasta el Málaga. Los dos primeros habitan en la zona baja de la tabla y, sobre todo en el caso de los blanquiverdes, su llegada lo convertiría casi en pieza clave. Porque el Espanyol tiene ahí un especialista como Cañas, mientras que Djukic se ha inventado en esa posición a Deivid, un jugador que puede jugar un papel clave en esta operación. El canario goza de la total confianza del técnico serbio, ya sea de pivote o incluso de central. En caso de aterrizar Iborra, su regreso a la zaga abriría las puertas de salida a Iago Bouzón, que finaliza contrato el 30 de junio y no cuenta. Aunque periquitos y cordobesistas parten con ventaja, no se puede descartar al Málaga, aunque el movimiento obligaría a que alguno de sus actuales pivotes (Camacho, Darder o Recio) tuviera que hacer las maletas.

En cuanto a Iborra, hay que reseñar que se encuentra ya plenamente recuperado de su esguince de grado II en el ligamento lateral externo del tobillo izquierdo, que sufrió durante el entrenamiento del lunes 27 de octubre. En principio, el diagnóstico apuntaba a una baja de entre tres y cuatro semanas, pero al final, no pudo reintegrarse al trabajo de grupo hasta principios de este mes de diciembre, y aunque volvió a una convocatoria el pasado fin de semana para recibir al Eibar, tampoco reapareció. Así, no juega un partido oficial desde el 23 de octubre, dos meses ya, aunque antes de ese partido el centrocampista había sido titular, como mediocentro defensivo, en las cuatro primeras jornadas de Liga y participado en tres citas más.

Este refuerzo, en caso de llegar a buen puerto, se saldría de la nónima que Carlos González deslizó ayer en Marca y que pasa por fichar un lateral izquierdo, un mediocentro organizador y un delantero. Porque a pesar de lo que dijo la LFP, en caja hay, según palabras del presidente, 220.000 euros, cantidad que con la operación salida espera quintuplicar el club para satisfacer los deseos del cuerpo técnico.