Deportes

El punto que dicta la lógica

  • El filial blanquiverde arranca un empate valioso ante un rival que cuenta por igualadas seis de sus siete encuentros como local Bijimine da una ventaja que se escapa con el tanto de Gato

Aunque el fútbol es una ciencia inexacta, hay veces que la lógica se cumple y así debe explicarse el empate cosechado por el Córdoba B ayer en Cartagena. Y es que sobre el césped del Cartagonova comparecía un conjunto local que sólo había ganado uno de sus seis partidos como local -empatando los otros cinco- y un visitante que tan sólo había podido sumar una victoria lejos de su estadio, contando el resto por derrotas. La victoria de uno u otro parecía por lo tanto complicada y lo cierto es que el punto logrado ante los departamentales supone un buen botín para el filial blanquiverde, que vuelve a encadenar dos jornadas consecutivas sin perder y se asienta en la zona tranquila de la tabla.

El duelo comenzó igualado aunque sería el Cartagena el primero en romper los formalismos con una clamorosa ocasión para adelantarse. Ribas se desmarcó por banda izquierda y metió un centro medido a Gato para que este la empujara a la red, pero el remate del habilidoso extremo se estrelló en el poste derecho de la portería de Jon Villanueva. Acto seguido se iba a adelantar el Córdoba B, en un despiste de Chus Hevia que permitió a Cristian cabalgar por banda derecha y poner un centro perfecto para que Bijimine impusiera su superioridad física ante la zaga cartagenera y adelantara a su equipo.

El gol sentó bien a los blanquiverdes, que antes de irse al descanso pudieron recoger mayor botín si Damián Petcoff hubiese culminado una magnífica jugada personal que desbarató Limones cuando ya se cantaba el tanto.

A pesar del error, el filial no perdió la iniciativa tras la reanudación y dominó los primeros minutos del segundo acto, cercando la meta local en varias ocasiones. Sin embargo, cuando más cómodos estaban sobre el césped los hombres de José Antonio Romero llegó el empate de los locales. Sergio Jiménez dejó muestras de su pundonor al pelear un balón dividido en el centro del campo y a duras penas pudo asistir a Gato, que dejó atrás a Toscano en su cabalgada y se plantó ante Jon Villanueva para batirlo con un tiro raso. Demasiado premio para lo expuesto hasta ese momento por el Cartagena.

Sin embargo, ese gol devolvió la confianza a los departamentales, dueños del partido a partir de entonces. El Cartagena pasó a jugar de manera perenne en campo del Córdoba B, con Gato y Chus Hevia como estiletes, aunque sin llegar a concretar.

El empuje del rival y el cansancio de los jugadores del filial terminó por hacer el partido unidireccional. Romero se percató y refrescó a su equipo con la entrada de Quiles, José Antonio González y, más tarde, Sebas. Los cambios dieron otro aire a los blanquiverdes, que equilibraron fuerzas y frenaron con más desahogo las acometidas del rival. Al flojo final del partido del Cartagena ayudó su técnico con cambios extraños que provocaron el enfado de la grada y cierto desconcierto sobre el césped.

Todavía tendría el Córdoba B una última opción de llevarse el partido en las botas de José Antonio González, que puso en serios aprietos a Limones al saque de una falta lateral. El joven centrocampista cordobés protagonizó la última acción del encuentro, con una caída dentro del área del Cartagena en la que se pidió penalti. Habría sido, de señalarse y terminar en gol, demasiado premio para los hombres de José Antonio Romero, en un partido equilibrado. Al final, el empate deja un buen sabor de boca y permite al filial afrontar la siguiente jornada, de nuevo lejos de Córdoba, con mayor tranquilidad y optimismo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios