Atlético de Madrid-Córdoba

Con esta versión tampoco (4-2)

  • El CCF cae en el Calderón a pesar de mostrar nuevos conceptos que le mantuvieron con vida durante una hora El juego aéreo local mantiene a los blanquiverdes en descenso

A la décima tampoco llegó y la ansiada primera victoria tendrá que esperar al menos una semana más. Porque el Córdoba, a pesar de dar la cara durante una hora, cayó goleado en el Calderón, el inexpugnable feudo de un Atlético que sin el juego del pasado curso, se aferra a su fortaleza en la estrategia para seguir en la pelea por reeditar su título. Como quiera que en nueve de cada diez visitas al Calderón un equipo como el CCF lo normal es que caiga, Djukic decidió agitar el once. Haciendo lo normal es difícil derrocar al campeón, pues habrá que intentarlo con alguna sorpresa, pensaría el bueno del serbio, que modifícó todas las líneas y hasta el sistema, jugando de inicio con dos puntas. Fue lo mismo que se le pasó por la cabeza a Ferrer antes de jugar en Mestalla... y la historia se repitió, por lo que los blanquivedes siguen una semana más sumidos en puestos de descenso. Cierto es que con muchos matices, ya que la imagen y la actitud del equipo fueron otras muy diferentes a las de entonces, al menos hasta que el encuentro se rompió con el 3-1. Y a eso hay que aferrarse de cara al futuro y esa final ante del Deportivo del próximo viernes.

 

El partido arrancó con el CCF gozando de dos saques de esquina. Pero esa no iba a ser ni mucho menos la tónica. El Atlético no tardó en hacerse con el control de la situación y del balón, jugando cada vez más en campo contrario, a pesar de que de salida la zaga cordobesista trató de colocarse casi en el centro del campo. Una cosa es la teoría y otra la práctica. Aunque ahí se sentía aparentemente cómodo el equipo visitante. Djukic asentía tras cada acción positiva de los suyos y se mostraba tranquilo al ver las línes muy juntitas y el enorme desgaste de los suyos, desde los puntas a Juan Carlos. Descolocó al balcánico un mal despeje de cabeza de Fidel que no supo concretar Arda, dando paso a una serie de acoso y derribo que iba a medir la capacidad de sufrimiento de los blanquiverdes.

 

Los rojiblancos buscaban a sus laterales, convertidos en extremos, continuamente, pero ese último pase, esa elaboración rápida sigue resistiéndosele al campeón este curso. Todo lo contrario que las segundas jugadas o la pelota parada, que ya le ha dado mil y un triunfos. Sólo el juego entre líneas de Griezmann, Arda o Koke rompía el guión establecido. Precisamente, una combinación entre el francés y el madrileño acabó con un disparo de éste al larguero al filo del cuarto de hora. Fue el primer aviso serio de los locales, que luego probaron fortuna mediante un tiro de Siqueira desde la frontal bien blocado por Juan Carlos.

 

Esa ocasión dio paso a un ligero respiro. El partido seguía definido, con el Atlético volcado sobre el portal enemigo y el Córdoba esperando una contra para hacer daño o, al menos, tomar aire. Y la tuvo tras el énesimo balón parado local, si bien Ghilas no pudo hacer buena la transición de Xisco con un zurdazo mordido que atrapó fácil Moyá, que por fin aparecía en el encuentro. El susto no debió sentar bien a los colchoneros, que volvieron a la carga. Ante la falta de juego combinativo, apareció la pizarra. La defensa blanquiverde resolvió todos los balones parados, hasta que a un minuto del intermedio un rechazo le cayó a Griezmann, que con fortuna hizo diana. Ver a los jugadores cordobesistas bajar la cabeza y desesperarse evidenciaba la frustración porque todo el buen trabajo hecho durante el primer tiempo se venía abajo por una desgracia.

 

Tocaba ver la capacidad de reacción de este nuevo Córdoba. Antes de irse a los vestuarios, aún Fede Cartabia tuvo tiempo de probar fortuna con un disparo desde la frontal. Al menos un clavo al que agarrarse para encarar con garantías el segundo periodo, que arrancó sin cambios... y con el mismo patrón, aunque lógicamente al verse con el marcador a favor las ansias locales ya eran menores. Eso dio más aire al conjunto cordobesista, que no tardó mucho en poner las tablas con un cabezazo de Ghilas. Ojo, también de estrategia, tras un córner, para darle a los colchoneros un poquito de su propia medicina.

 

Había partido nuevo con casi toda la segunda mitad por delante. Griezmann, más activo que en todo lo que va de campaña, casi golpea sin tiempo para la celebración tras un pase interior, pero Juan Carlos le ganó la partida. No ocurrió lo mismo en la siguiente oleada rojiblanca por el costado diestro, pues otra vez un Griezmann que llevaba todo el año a cero volvió a adelantar a los suyos. Y acto seguido Mandzukic cerró el partido definitivamente tras otra pelota parada y con la inestimable colaboración del cancerbero cordobesista, que se comió la pelota y regaló el gol. El Atlético resolvía la papeleta en apenas cinco minutos gracias a sus aerolíneas.

 

Con casi media hora por delante, el partido se quedó sin historia y sin emoción. Ni siquiera los cambios reactivaron a un Córdoba que quedó más a merced aún de su rival, que empezó a llegar más fácil. El balón merodeaba una y otra vez el área visitante hasta que cayó el cuarto, tras unos tímidos escarceos cordobesistas por campo contrario. Ya casi al final, con el Calderón festejando, Ghilas maquilló el marcador, que entraba dentro de lo normal, pero deja lecturas que, leídas en positivo, pueden resultar valiosas para lo que queda de campeonato. Y mientras tanto, a sufrir toca.

 

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