Comenzó muy pronto la temporada para la Real Sociedad. Lo hizo llena de expectativas y con un primer objetivo a cumplir: superar las dos rondas previas y clasificarse para la fase de grupos de la Liga Europa. Los donostiarras eliminaron al Aberdeen escocés, pero no pudieron con un Krasnodar ruso, que les puso los pies en la tierra. Así, sólo les quedó la competición doméstica y, como objetivo único, volver a ocupar puestos europeos para la próxima campaña.

Pero el arranque no está siendo nada fácil para los de Jagoba Arrasate, que ya han sido capaces de lo mejor y lo peor. Tras el batacazo europeo y caer en el estreno liguero ante el Eibar, dieron buena cuenta de un Real Madrid al que remontaron dos goles en contra. Pero ese es el único triunfo que ha logrado la Real hasta el momento, además de firmar sendos empates frente al Celta y el Valencia. Ahora, llega a El Arcángel tras un serio tropiezo ante el Getafe, que vuelve a poner en duda la continuidad de su técnico.

Arrasate, que este verano perdió a hombres importantes del bloque que también dirigió la pasada campaña, como el meta Bravo o el delantero Griezmann, se ha visto compensado con la llegada de fichajes importantes como Finngobason y la continuidad en el equipo de otros también vitales como Granero, Canales o Vela.

sin balón

Desde el principio, los cambios de sistema, las lesiones y el mal arranque, a pesar de ese triunfo ante el Real Madrid, han hecho que el técnico haya cambiado continuamente el equipo. Incluso, modificó el sistema de juego sobre la marcha. Quiso implantar un 4-4-2 jugando en rombo en el centro del campo, pero viendo que el equipo no se adaptaba y que debía sacrificar hombres importantes, Arrasate optó por cambiar al 4-2-3-1, con el que últimamente está jugando.

La lesión de Rulli llevó al técnico a confiar en Zubikarai, guardameta que está mostrando un buen nivel a pesar de los muchos goles que ha encajado y de tener por delante a una defensa que no termina de ajustarse y que se está mostrando insegura. Sólo Íñigo Martínez ha disputado los ocho encuentros jugados hasta ahora. En los laterales, Zadúa se ha consolidado en la derecha, habiendo cogido la delantera en el costado izquierdo Yuri, tras la lesión de De la Bella. Ambos laterales suelen subir, pero sus desdoblamientos por las bandas no están siendo asiduos y se ven frenados en cierta manera por los jugadores que ocupan las bandas, estáticos en sus posiciones. Como pareja de centrales, junto al intocable Íñigo Martínez, han aparecido Elustondo, ahora lesionado, Mikel González o, como en el último encuentro, Ansotegui. Todos ellos, aunque suelen tapar bien la línea de pase, sufren con balones a sus espaldas, y salvo para buscar jugadas a balón parado, pocas veces abandonan la retaguardia.

con balón

En medio campo, el técnico está dando continuidad a un doble pivote formado por Bergara y Zurutuza, aunque se echa en falta la creatividad de jugadores como Granero o Rubén Pardo, defenestrados en las últimas jornadas. Bergara trata de equilibrar siempre el equipo junto a un Zurutuza que es más mediapunta. La ausencia de movilidad en los hombres que juegan por delante les obliga a tocar y tocar, quizás con excesiva lentitud, y sin llegar a superar las líneas enemigas.

La falta de espacios obliga a los mediocentros a buscar salida por banda o a jugar en largo, con los consiguientes problemas para el hombre de referencia, puesto que ocupó Finngobason ante el Getafe y que habitualmente ha sido propiedad de Agirretxe e incluso Carlos Vela. Cierto es que por fuera es donde radica su mayor peligro ofensivo. Tanto Vela como el Chory Castro son dos jugadores rápidos, que desbordan bien y sacan buenos centros. Ambos son zurdos, por lo que pueden aparecer por cualquier lado, buscando el centro para disparar o intentando conectar con la referencia arriba o el mediapunta por el centro. Este puesto suele ser propiedad de Xabi Prieto, si no juega escorado, o Canales, un mago con el balón que cuando juega en el exterior pierde rapidez y visión de juego. Los cuatro jugadores más adelantados atesoran calidad para romper el partido, pero les cuesta mucho ocuparse de labores defensivas y cerrar en banda cuando es el rival el que tiene el balón.

lo mejor

Jugadores de calidad como Canales, Vela o Castro, capaces de resolver un encuentro por sí mismos.

lo peor

Desajustes defensivos, lentitud y falta de profundidad.