Miroslav Djukic apurará al máximo para perfilar su primer once. El técnico serbio ha ordenado un último entrenamiento para mañana, horas antes del partido ante la Real Sociedad, en el que terminará de encajar las piezas y los conceptos que quiere que el CCF muestre a partir de ahora. Todo sea porque el conjunto blanquiverde rompa por fin su sequía de triunfos y acabe de enterrar esa tendencia negativa que persigue a los entrenadores debutantes en su banquillo. Para eso, nadie mejor que el balcánico, que salvo en una ocasión siempre se estrenó en un equipo con victoria.

Cuatro entrenamientos son pocos para tratar de cambiar tantas cosas como quiere Djukic. Es por eso que el nuevo técnico cordobesista no ha dudado ni un instante en estirar la preparación de su primer encuentro hasta horas antes del mismo. No es habitual, pero que nadie se asuste porque la sesión no será muy exigente. Lo justo para terminar de formar un once competitivo y, sobre todo, aclarar conceptos tanto defensivos como ofensivos con los que plantar cara a la Real Sociedad y, fundamentalmente, lavar la mala imagen dada por el equipo en su última cita en El Arcángel, el pasado sábado en el derbi ante el Málaga.

De esta manera, la comparecencia de prensa obligatoria en la previa del choque, prevista para el mediodía de hoy, sólo servirá para conocer las primeras impresiones que el preparador balcánico se ha llevado tras los primeros días al frente del equipo. Para saber los nombres que componen su primera convocatoria habrá que esperar a horas antes del duelo. Lo único seguro es que Crespo es baja por lesión, mientras que se espera la llamada de José Carlos. El resto, toda una incógnita. Porque Djukic no quiere dar pista alguna.

El objetivo inminente del serbio pasa por trabajar para que el CCF logre su primera victoria del curso y abandone así el farolillo rojo de la clasificación. Para eso es necesario que el serbio dé continuidad a su idilio con los estrenos. No en vano, en sus siete anteriores debuts, desde que dio el salto a los banquillos en 2006, ganó en todos salvo en uno. Fue en el inicio de su corta etapa como seleccionador absoluto de Serbia, pues igualó (1-1) en un amistoso con Macedonia. Tanto con la sub 21 como con el Partizan de Belgrado, sus primeros destinos en su país, como en los posteriores ya en el extranjero, sumó victorias. Lo hizo con el Mouscron belga, y el Hércules, el Valladolid y el Valencia, ya en la Liga.

De todos esos partidos, especial relevancia tiene el triunfo que logró como entrenador herculino. Porque fue precisamente ante la Real Sociedad, aunque en Anoeta (1-3). Aquel éxito ante los donostiarras, que mañana llegarán a El Arcángel, no sirvió para que en las nueve jornadas que restaban para la conclusión del campeonato, los alicantinos lograran el milagro de la permanencia.

Los buenos estrenos de Djukic contrastan con las históricas dificultades que los entrenadores del Córdoba han tenido en sus primeros encuentros al frente del equipo. De hecho, Pablo Villa fue el último en sumar los tres puntos a las primeras de cambio. Lo hizo al inicio de la pasada campaña ante la Ponferradina (1-0, Strahman), para tomar el relevo en Segunda que había dejado Roberto Fernández en el curso 2004-05 (2-0 al Nàstic de Tarragona). De los últimos inquilinos del banquillo, ni Paco Jémez (1-1 en Balaídos en la campaña 07-08), ni José González (1-1 en Castellón un año más tarde) ni Luna Eslava (0-1 ante el Rayo en la 08-09) ni Lucas Alcaraz (3-0 en el Benito Villamarín en la 09-10) ni Rafa Berges (0-0 en Murcia en la 12-13) ni su relevo Juan Eduardo Esnáider (0-1 con la Ponferradina) ni Luis Carrión (3-0 en la visita al Numancia del pasado curso) ni el propio Albert Ferrer (0-0 ante el Jaén en El Arcángel) pudieron hacer algo que Djukic y todo el cordobesismo ansían que pase mañana ante la Real Sociedad. Porque ya toca.