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El despertador no suena

  • El CCF se ha malacostumbrado a entrar tarde en los partidos, empezando todos ellos por debajo en el marcador. En las dos últimas jornadas se vio superado antes del minuto 12.

"Va siendo momento de dejar de regalar minutos. Aquí se regalan minutos y te hacen goles enseguida. A ver si conseguimos aprender de ello, ser un equipo más compacto y empezar a dejar la portería a cero, y desde ese trabajo creo que llegarán las victorias". Íñigo López puso el dedo en la llaga tras la clara derrota ante el Sevilla. El central es uno de los más experimentados del plantel de un CCF que se ha malacostumbrado a entrar tarde en los partidos y, como consecuencia principal, en todos ha comenzado perdiendo. Incluso en la serie de dos derbis consecutivos ha ido un paso más allá, pues tanto en Almería como ante el cuadro sevillista ya iba por debajo en el marcador antes del minuto 12. Ventajas al enemigo que no se debe permitir un recién ascendido como el equipo blanquiverde si quiere tener oportunidad de sumar. Y más si enfrente hay un rival como el Sevilla, en estado de gracia, con muchos más argumentos y que ha firmado su mejor arranque de los últimos 30 años. Como para encima hacerle cualquier tipo de regalo...

Ya sea por una cuestión mental o por cualquier otro motivo, cierto es que el Córdoba tiene un problema a la hora de encarar los partidos. Como si tuviera un motor diesel, tarda un mundo en darse cuenta de que la batalla ya ha comenzado y, cuando lo hace, el contrario ya ha olido la sangre y se ha lanzado directo a hacer daño. Ese handicap se ha visto sobre todo en las dos citas caseras, en las que la superioridad del Celta y el Sevilla desde la salida de vestuarios ha sido notoria. La diferencia ha estado luego en el acierto, pobre en los gallegos y certero en los hispalenses. De ahí que el resultado y las sensaciones finales fueran muy diferentes, aunque en el fondo todo fuera bastante parecido.

De hecho, salvo el domingo pasado, el CCF siempre ha demostrado estar en disposición de competir, de pelear el resultado, de dar la cara. Incluso en el estreno ante el Real Madrid en el Bernabéu. Pero también allí comenzó perdiendo. Entonces fue a la media hora con un remate de cabeza de Benzema a la salida de un córner. Es el único gol que ha recibido Juan Carlos bien entrado el choque. Porque el resto han sido poco después de salir del vestuario. El Celta en la segunda mitad, pero el Almería y el Sevilla antes del cuarto de hora, lo que obliga a ir contracorriente, a hacer un esfuerzo extra que siempre no es posible para un equipo en fase de construcción.

Con todo, ante gallegos y almerienses, el equipo supo rehacerse pronto, sin tiempo para que el enemigo madurara su ventaja. Esa rápida respuesta evitó sustos mayores y permitió sumar los dos puntos que ahora mismo adornan el casillero del penúltimo de la tabla. Incluso en ambas citas tuvo opciones reales de confirmar la remontada, aunque al final no llegó. Todo lo contrario que en el último encuentro, en el que la férrea defensa nervionense fue consumiendo los minutos sin que los blanquiverdes fueran capaces siquiera de poner a prueba a Sergio Rico, que sólo tuvo trabajo en el tramo final.

¿Cuál es la solución al problema? Ferrer seguro que lleva tiempo dándole vueltas, pero sigue sin dar con la tecla. El jueves hay una nueva oportunidad ante otro rival de la otra liga, un Valencia ante el que no estará Fede Cartabia. Una ocasión para empezar a despertar.

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