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Sentimiento y orgullo

  • El CCF busca su primera victoria en la élite ante un conjunto hispalense que llega cargado de moral al derbi regional Gunino y Pinillos son las grandes novedades de la lista de Ferrer

No es un partido cualquiera. Es el partido con mayúsculas. Una de esas citas en las que hay mucho más en torno al balón que una simple batalla. Recibir al vecino rico, ese que suele campear por Europa mientras tú penas en categorías menores, es de esos momentos que ponen. Ponen muchísimo. Porque ahora son dos iguales. Dos equipos que comparten campeonato, aunque tengan objetivos muy dispares. El Sevilla tiene más y mejor plantilla, sigue invicto y está el tercero; el CCF todavía no ha estrenado su casillero de victorias en su reencuentro con la élite, es el tercero por la cola y sigue buscando un once que la afición empiece a saberse de memoria. Pero mientras halla la fórmula perfecta, cuenta con una hinchada que suple todas las carencias posibles con sus ganas de morder al grande. Hoy El Arcángel no se llenará, pero los que estén se harán notar y mostrarán al cuadro hispalense que en este reino, el que quiera proclamarse rey, tendrá que sudar sangre.

El Córdoba viene de jugar en Almería, en otro duelo de rivalidad regional. Pero nada tiene que ver eso con este partido. Este sí es un derbi de verdad, porque al margen de los puntos y de los equipos, hay mucho más en juego. El conjunto blanquiverde quiere hacerle ver al mundo que los colores blanco y verde son los que mandan en los aledaños de El Arenal, que con eso no hay quien se atreva a jugar. Porque El Arcángel no puede ser asaltado por nadie. Ni ahora ni nunca. Es por eso que esta es una de las citas más esperadas, casi tanto como las visitas de los más grandes, que llegarán ya en la segunda mitad del campeonato. Por el equipo, que ansía ya sumar por primera vez tres de una tacada, y por el cordobesismo en sí, que quiere darse el gustazo de superar al mejor club de Andalucía. Ambos lo pondrán todo de su parte con la intención de que al unirse, a eso de las 19:00, se conviertan en poco menos que invencibles.

La única pena es que la batalla quedará descafeinada en las gradas. La política de precios, marcada por el club ya desde julio, invitaba a eso. Desde Sevilla vendrán muy pocos, y casi ninguno a la zona visitante, sino camuflados por el resto del campo, especialmente en los fondos. Sí se espera que, terminada ya la época de vacaciones, acudan los más de 16.000 abonados con los que el Córdoba cuenta para esta temporada. Ahí está claro que el partido ya está claramente teñido de los colores locales. Un primer tanto que nunca viene mal apuntarse, todo lo contrario.

En lo meramente futbolístico, de momento, el CCF ha demostrado que puede competir de tú a tú en la máxima categoría. Lo hizo en el Bernabéu, en Almería y en casa con el Celta. En estos dos últimos encuentros sumó, algo que es importante para un novato. Pero ahora le falta superar una asignatura todavía más complicada: aprender a ganar. Y eso es básico para sobrevivir en este mundo de lobos en el que el menor descuido es castigado con saña. Ferrer lleva repitiendo en las últimas semanas que el equipo debe quitarse los complejos de una vez, porque mientras siga con los grilletes del debutante puestos, no será capaz de mostrar su mejor versión. Y ya se sabe que sin estar al cien por cien todo el mundo te puede pintar la cara. Y a eso es a lo que no hay que llegar. Ni ahora ni en el futuro.

Ferrer desveló ayer sus cartas, aunque se guarda la más importante que es la que rodea al once inicial. Xisco es baja por unas molestias musculares que suelen aparecer con frecuencia cuando el panorama se le tuerce. Al balear, superado con claridad por Havenaar y Ghilas en las preferencias del técnico, hay que sumar a López Silva, que no se ha recuperado de los problemas que ya le impidieron viajar a Almería. Carlos Caballero y José Carlos siguen con sus distintos procesos de rehabilitación, mientras que Gunino, Pantic y Luso han abandonado esta semana la enfermería. Los dos primeros se perfilan nuevamente como titulares, mientras que el mediocentro aragonés fue descartado por decisión técnica, como Deivid. Es lo que tiene contar con una plantilla de 26 futbolistas, que todos no caben en el cesto. Del equipo inicial, lo normal es que haya cambios en todas las líneas. Una elección de la que dependerá en parte el éxito ante un Sevilla que no asusta, por muchos nombres y mucha historia que traiga a sus espaldas. Porque, por múltiples motivos, pero sobre todo por sentimiento y orgullo, este es un partido para ganarlo.

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