La selección argentina sumó ante Filipinas su segunda victoria en tres partidos, aunque fue más trabajada de lo esperado. El combinado sudamericano, que perdió la jornada anterior ante Croacia, se aprovechó ayer del pinchazo balcánico ante Senegal para igualarse a dos triunfos y seguir con opciones de ser primero en el grupo que se disputa en Sevilla.

Frente a Argentina, Filipinas mostró un juego rápido en el movimiento del balón y con un lanzamiento certero en la media distancia de De Ocampo, unido a la intimidación de un pívot como Blatche, que juega en los Nets de la NBA. El inicio apabullante del equipo de Reyes dio para llegar al meridiano del primer cuarto con una máxima ventaja de diez puntos (7-17).

A Argentina, en la que Scola aportó menos de lo habitual en el comienzo y se fue al descanso con tres faltas personales, la salvó el acierto de Herrmann y del fichaje del Real Madrid Campazzo para que el marcador concluyera con un ajustado 22-25 en el primer cuarto. Pese a la intensidad filipina, la albiceleste ya iba por delante al descanso (43-38).

En el tercer cuarto, la selección filipina mantuvo el tipo en los primeros cinco minutos (51-51), pero cuando empezaron a funcionar al unísono los hombres determinantes de los sudamericanos -Scola, Prigioni o Nocioni, ayer Mata-, Argentina se marchaba 15 puntos arriba en el marcador (68-53, minuto 28), ventaja que a su conclusión quedó en diez (71-71).

Un parcial de 0-8 para Filipinas en el arranque del último cuarto ajustó el marcador (71-69), progresión que cortó Laprovittola con un triple. Esa acción no fue suficiente para que Argentina viviera un final plácido frente a un rival que acertó desde el exterior y que dispuso de una posesión para llevarse el partido a falta de quince segundos y un 83-81 en el marcador, pero no la aprovechó.