Bádminton

Carolina, reina del orbe

  • La onubese conquista la medalla de oro al derrotar a la china Li Xuerui, campeona olímpica y número 1 mundial, por 17-21, 21-17 y 21-18. Acaba con la hegemonía asiática.

La onubense Carolina Marín se ha coronado como nueva campeona del mundo de bádminton al superar en la gran final a la china Li Xuerui por 17-21, 21-17 y 21-18, en un encuentro disputado este domingo en Copenhague (Dinamarca) que tuvo una duración de una hora y dieciocho minutos. 

Carolina, que el pasado 15 de junio cumplió 21 años, sigue rompiendo moldes y escribiendo páginas gloriosas para el deporte de Huelva en una modalidad minoritaria en España pero que causa furor en Asia. Es la única no asiática que ocupa una de las quince primeras posiciones del ranking mundial, una onubense que siendo una niña apostó por practicar el bádminton en vez de bailar flamenco y que para los aficionados orientales puede ser vista como una volantista exótica. 

Como su ídolo, Rafa Nadal, jamás se da por vencida. Al igual que el tenista balear empuña la raqueta con su mano izquierda, derrocha coraje y talento en la pista, y celebra los puntos con gritos de ánimo. Y ayer, en el pabellón Ballerup Arena danés, se tiró al suelo para celebrar su victoria sin poder reprimir sus lágrimas de emoción al haber superado otra barrera y alcanzar la cima mundial. 

Su gesta fue increíble. Derrotó a Li, campeona en los Juegos Olímpicos de Londres y que partía como número 1 del mundo. En sus tres enfrentamientos anteriores había perdido ante la china. En enero del año 2012 lo hizo en un torneo internacional en Corea en tres mangas (21-16, 17-21 y 19-21), más tarde en la fase de grupos de los Juegos de Londres cayó en dos sets (13-21 y 12-21) y el pasado mes de junio en el Abierto Yonex de Japón volvió a inclinar la rodilla por 14-21 y 12-21. Pero ayer derribó otra muralla convirtiéndose en la primera campeona del mundo de bádminton española. Este mismo año, en Kazán (Rusia) también había hecho historia al lograr el título en el Europeo absoluto. 

"Puedo porque pienso que puedo" es una de las máximas que aplica esta joven onubense, que con catorce años y apoyada por su familia decidió dejar Huelva para marcharse a vivir a Madrid y residir en el Centro de Alto Rendimiento con la intención de seguir progresando en el bádminton, el deporte de raqueta en el que se alcanzan las velocidades más altas. 

El partido de ayer no comenzó bien para la volantista onubense, que encajó un parcial en contra de 5-0. Poco a poco la onubense fue remontando (4-6, 5-7, 7-9), aunque al intermedio de la primera manga llegó con cuatro puntos en contra (7-11). La asiática dominaba el juego, cometía menos errores y sacaba a relucir su amplio repertorio de golpes que le habían llevado hasta la final sin haber perdido ni un solo set, cediendo tan sólo como máximo 17 puntos. 

Un 5-0 para la española recortó las distancias el marcador (12-14), pero Li apretó el acelerador (14-19) para llevarse este primer set en su segunda oportunidad por 17-21 en 22 minutos. 

En el segundo periodo, y tras perder el punto inicial, la española se puso por primera vez por delante (2-1). El partido se equilibró y la de Huelva empezó a encontrar fisuras en el juego de Li. Tras un remate de revés en la red (4-2) el choque entró en una fase de igualdad (5-5), aunque luego la china volvió a cobrar una ventaja apreciable (5-10). Li llegó al descanso dominando (7-11) tras ganar el punto en un remate que cogió a contrapié a la onubense. 

Todo estaba cuesta arriba (8-13) pero Carolina no se rindió. El plan diseñado por sus entrenadores, Fernando Rivas, Anders Thomsen y Rafa Vázquez, empezó a dar los frutos deseados (12-13) hasta que equilibró la contienda (15-15) aprovechándose de dos errores no forzados de la asiática. Luego tomó el mando y, con movimientos felinos y un juego agresivo, empezó a superar a su adversaria (17-15, 19-16) para apuntarse la manga por 21-17 en 27 minutos. 

En el último y definitivo set fue de infarto. Una vez más Li empezó anotándose los primeros puntos (0-2) pero Carolina, como una leona herida, sacó fuerzas de flaqueza para equilibrar el marcador (2-2, 4-4) primero, y ponerse por delante después (8-5) ante la desesperación de su oponente. No obstante la asiática volvió a demostrar porqué ha sembrado el terror de sus rivales en el bádminton femenino mundial y, con seis puntos seguidos, alcanzó el descanso con una renta jugosa (8-11) tras un parcial de 0-6. Carolina no se entregó, se aferró a la pista y poco a poco fue minando la moral de su rival alternando acciones agresivas y espectaculares remates con otros más conservadores. Tras una igualada a quince puntos la onubense se puso por delante y Li paró el encuentro para ser atendida en su talón derecho, en lo que pareció una artimaña para intentar cortar el ritmo de la de Huelva. Pero Carolina no perdió los nervios. Con una templanza encomiable sumó otro punto (17-15) y no bajó el pistón cuando la asiática, en otro arreón, igualó a 17. A partir de entonces el encuentro tomó color español. Sumó un colchón de dos puntos (19-17 y 20-18) que fueron una renta suficiente para conseguir un triunfo histórico y la medalla de oro cuando Li estrelló el volante en la red. 

Anteriormente en el torneo había dejado en la cuneta a la malasia Jing Yi Tee, la china Yihan Wang, la taiwanesa Tzu Ying Tai y por último en semifinales a la india Pusarla Venkata Sindhu. 

Carolina ha vuelto a superar sus límites. Este año se había marcado tres objetivos: entrar en el top ten mundial, convertirse en la primera española que conquista el Campeonato de Europa de bádminton en la categoría absoluta y subir al podio en el Mundial de Copenhague, algo que ya había logrado el pasado viernes al clasificarse para las semifinales. Ha conseguido los tres, convirtiendo sus sueños en realidad. 

Hace poco más de un año escribió otra página en la historia del bádminton nacional al llegar a los cuartos de final del Mundial, entonces disputado en Guangzhou (China). El 9 de agosto de 2013, la jugadora onubense peleó por las medallas con la que, a la postre, se colgaría el oro, la tailandesa Ratchanok Intanon. Carolina perdió en tres sets, pero entonces ya pensó que su momento llegaría. Ahora, una vez en la cima mundial, seguro que ya piensa en su próximo gran reto: los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

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