Atraco. El Ángel Ximénez cayó en Guadalajara víctima de un nefasto arbitraje. Los colegiados descalificaron en la segunda mitad a Demovic y Juande Linares, lo que dejó muy tocado al cuadro pontano que vio cómo al final los alcarreños se llevaron la victoria.

No fue hasta ese momento del choque cuando los hombres de Mateo Garralda, ayer muy espesos en ataque, lograron despegarse en el marcador.

El inicio del encuentro fue muy errático por ambas partes. Las férreas defensas seis-cero no concedieron lanzamientos claros a los atacantes. Hasta que Víctor Vigo, por los morados, y Nacho Moya, en el cuadro cordobés, decidieron soltar el brazo, monopolizando la parcela anotadora de sus respectivos equipos.

El Guadalajara tomó una ventaja máxima de tres goles (5-2), rápidamente neutralizada por los pontanenses. Después, la igualdad reinó en la pista. Se aproximaba el descanso y Garralda paró el crono, contrariado con las numerosas pérdidas de balón y la incapacidad de los suyos de anotar. Con tablas en el luminoso, gozaron los locales de superioridad en los dos últimos minutos, pero el Ximénez logró irse arriba en el marcador (12-13).

Cuando se llevaban cinco minutos de la segunda mitad, Demovic fue expulsado con roja directa por una dura entrada a Kike Plaza. Hasta entonces los de Puente Genil mandaban en el electrónico, pero esta acción sirvió para despertar al Guadalajara, hasta entonces incapaz de reaccionar frente al magnífico planteamiento de partido de Antonio Ortiz. Fue mediado este período cuando los morados empezaron a doblegar a los pontanos, que lo estaban dando todo. El acierto anotador, más las paradas de Diego Moyano, hicieron que los locales se marcharan en el marcador, con ventajas en torno a los cinco tantos. Y llegó la segunda descalificante para Puente Genil, esta vez para Juande Linares. Con los pontanenses desquiciados y los alcarreños volcados en ataque, la suerte estaba echada. El Ángel Ximénez vio cómo se le escapó de nuevo otra ocasión perfecta para ganar a domicilio, aunque esta vez los colegiados no le dejaron ganar.