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Motivo para la esperanza

  • El CCF vence en su último partido de preparación con una convincente primera parte Salvo la baja de Armando, Villa formó con el presumible once que abrirá la Liga ante la Ponferradina

Goles, buenas sensaciones, detalles para la esperanza y, sobre todo, 45 minutos de buen fútbol. Eso es lo que ofreció el Córdoba ayer ante el Almería, un recién ascendido de Primera al que los blanquiverdes tutearon y superaron en muchos momentos para echar el mejor cierre posible a la pretemporada. Tras una preparación gris en la que el equipo de Villa mostró algunas sombras y, sobre todo, una alarmante falta de gol, el choque de presentación ante sus aficionados sirvió para aclarar el panorama y generar optimismo de cara al inminente inicio liguero.

Porque el CCF mostró ante el Almería las armas que tendrá que exhibir el próximo sábado frente a la Ponferradina, ya con tres puntos en juego. Salvo sorpresas, y teniendo en cuenta la baja por lesión de Armando -que ha sido titular en todos los encuentros anteriores de pretemporada y que ayer fue suplido en el once por Fran Cruz- y del sancionado Samu, el equipo que saltó al césped se puede asemejar mucho al que tiene en mente Pablo Villa para medirse al conjunto berciano. Era pues un simulacro, el último del verano, pero con fuego real.

La colocación táctica de ambos equipos fue idéntica, un 4-2-3-1 que el conjunto blanquiverde transformaba en ocasiones en un 4-4-2, con Caballero al lado de Xisco. El CCF salió desde el inicio a por todas, sin complejos, con orden, velocidad y ganas. Y mejor no pudo comenzar el duelo. El Córdoba realizó una excelente presión sobre el lateral almeriense Cristian, que se vio obligado a retrasar el balón a Ustari. Un resbalón del meta argentino dejó libre el camino a Xisco para marcar a placer y a puerta vacía. Apenas había transcurrido un minuto de juego y el marcador a favor permitió a los cordobesistas afrontar con más tranquilidad el partido.

Qué mejor manera de empezar que con un gol de Xisco. El balear es el hombre llamado a marcar diferencias, a ser el artillero cuyos goles lleven al CCF a Primera. Su fichaje ha sido el que más ilusión ha generado este verano, y por eso se esperaba su irrupción como agua de mayo. Al delantero le cuesta coger la forma, y por eso los técnicos lo han mimado durante estas tres semanas, pero ahora ya está cerca de su mejor nivel, y eso se nota. Ayer marcó la primera que tuvo, en una acción afortunada pero de puro 9, y ésa fue una de las mejores noticias que pudo tener la grada.

El Córdoba muy bien plantado y con las líneas muy juntas, hacía muy difícil las incursiones de un Almería que quería y no podía. El centro del campo cordobesista no tardaba prácticamente nada en recuperar el balón, una solidaridad que dibujaba una jaula imaginaria en la que Luso, Abel y Caballero -con la ayuda de Iago y Fran Cruz- atrapaban al rival. Una vez recuperaban, triangulaban con facilidad, siendo Abel el que marcaba los tiempos. El sevillano pausaba con pases cortos dando tiempo sobre todo a Pedro o a López Silva, que buscaran posiciones adelantadas. Y cuando éstos estaban bien situados, buscaba velocidad en las acciones con buenos cambios de orientación a uno y otro extremo.

En uno de ellos, antes de la media hora de juego, Pedro recogió el balón en la esquina derecha del área chica y tras prepararse el balón, batió con la izquierda al meta argentino.

Los minutos pasaban con mayor posesión blanquiverde, con más aproximaciones pero sin llegar tampoco a poner en apuros a Ustari. Tampoco a Saizar le subieron las pulsaciones salvo en un par de disparos de Suso que abortó el meta blanquiverde.

El CCF había firmado, sencillamente, los mejores 45 minutos de la pretemporada. A imagen y semejanza de su entrenador, el Córdoba de Villa muerde, corre y presiona. El que no lo haga no va a jugar, y los futbolistas lo saben. La afición ya lo intuía, pero en la primera parte se llevó la confirmación que necesitaba.

Tras el descanso, y dando muestra que se acerca la competición oficial, los técnicos no realizaron un carrusel de cambios. Sólo Dani Espejo por Raúl Bravo saltó al campo en el Córdoba.

El Almería pareció más asentado en la reanudación. Se apoderó en los inicios del esférico y en un pase interior de Corona, Aleix Vidal se plantó ante Saizar batiéndole por abajo en el palo largo. El Córdoba despertó y de inmediato un inconmensurable Pedro mandó un balón al corazón del área que se paseó sin que Xisco pudiera rematar. López Silva, entrando desde atrás, empaló por arriba del larguero.

El choque se abrió y el Almería comenzó a ofrecer sus mejores minutos tratando de mostrar que es de categoría superior. El Córdoba aguantó el envite, sin amilanarse, aunque en una jugada aislada, logró el empate el Almería. Una pared entre Kiu y Aleix Vidal y el disparo de éste entró pegado al palo largo de Saizar.

Ni el empate ni el carrusel de cambios cortaron el ritmo de un partido que ambos contendientes querían ganar. Es más, los cambios, lejos de bajar el ritmo de juego, lo aceleraron aún más, como prueba del hambre que tienen todos los jugadores tanto en uno como en otro bando, jugadores que se están jugando el puesto ante el inminente inicio liguero.

La salida de Ayina por los blanquiverdes, junto a Gálvez y Sebas, dio mayor verticalidad a los de Pablo Villa. Una jugada del francés, cortada en falta por Rafita, sirvió al Córdoba para lograr el triunfo. El centro de Abel lo cabeceó Strahman de arriba abajo, mandando el balón junto a la cepa del palo y logrando el tanto que a la postre permitió a los cordobesistas lograr la victoria. En los diez minutos finales, vistosidad por ambas escuadras. Dubarbier y una falta botada por Verza pusieron en jaque a la defensa local, pero lo mejor estaba por llegar. Aunque no obtuvo fruto en el marcador, Sebas caracoleó dentro del área, sentó a Rafita en el suelo, pero se quedó sin reacción para buscar el disparo final. Los aplausos al de Villanueva del Duque, promesa emergente de los blanquiverdes, se unieron a los del pitido final con un público que pudo intuir muchas cosas del nuevo Córdoba, las mismas que ofreció el joven Sebas: astucia, inventiva, sacrificio, solidaridad y un gramo de fantasía. El CCF promete y el próximo sábado, frente a la Ponferradina, seguro que seguirá creciendo.

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