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Lo sacan del 'play off' (2-0)

  • Los blanquiverdes reeditaron en Santo Domingo su mala relación con el gol y malograron sus ocasiones en la primera parte. El Alcorcón impuso tras el descanso su mayor intensidad.

El Córdoba está fuera del play off. Empatado con el Almería, pero fuera del play off. Todavía quedan ocho jornadas, pero el equipo de Paco Jémez debe recuperar su mejor versión cuanto antes para que el ascenso no se convierta en una utopía. El Alcorcón impuso su fútbol físico y potente para llevarse en el segundo tiempo una victoria que le permite igualar el gol average particular (3-1 en El Arcángel) y afianzar la quinta plaza, ya con cinco puntos de ventaja sobre los blanquiverdes. El tercer partido consecutivo sin marcar obliga al CCF a responder, sin más dilación, ante tres conjuntos a los que les quema la clasificación, pero por motivos bien distintos: Guadalajara, Alcoyano y Nàstic.

El empate del Almería (dos puntos de nueve desde el relevo de Lucas Alcaraz por Esteban Vigo; vaya revulsivo) en Cartagena obligaba al Córdoba a sumar para mantenerse entre los seis primeros. Paco había avisado de que barruntaba cambios y no defraudó a los partidarios de savia nueva: Javi Hervás fue condenado al banquillo para ganar en empaque y poderío aéreo con Alberto Aguilar, mientras que Fuentes se cayó del once para que Dubarbier repitiera como lateral, López Silva ejerciera como interior y Airam Cabrera acompañara a Charles en la delantera. 4-4-2 ante un conjunto que llegaba lanzado, con cuatro victorias consecutivas y ocho triunfos en las diez jornadas anteriores.

El Córdoba contuvo los pelotazos iniciales del Alcorcón y gozó de las dos primeras llegadas, un córner cabeceado al alimón por Gaspar y Alberto Aguilar y una rosquita made in López Silva que se perdió cerca de la escuadra. Su superioridad en el medio acogotaba al cuadro madrileño, que apenas trenzaba y naufragaba en el juego directo. Borja García perdonó a los ocho minutos, pues disparó fuera con todo a favor tras una cabalgada de Dubarbier y una dejada de Charles.

Gaspar inauguró el catálogo de amarillas -le sucedió un viejo colega, Agus-, aunque el equipo salió indemne de esa primera falta lateral. Un quebradero de cabeza y acaso la herramienta más fructífera del Alcorcón, que fomentaba sus características asociaciones para crear superioridad por dentro o por fuera. Quini actuaba como boya y permitía a los suyos ganar metros mientras Paco Montañés amagaba con exponer su zancada por la izquierda.

No obstante, el Córdoba estaba mejor situado. Charles aparecía mucho entre líneas y las llegadas por los costados y los centros al área se sucedían, aunque sin remates francos. López Silva se cambió de banda para protagonizar la segunda gran oportunidad, un mano a mano algo forzado en plena carrera que Manu Herrera resolvió con una gran parada. Y aún mejor fue la siguiente intervención del portero, a quien su padre recientemente fallecido dio alas para rectificar la posición y conjurar sobre la raya una volea de Alberto Aguilar.

Borja volvió a intentarlo con un zurdazo centrado antes de que Quini, a la media hora, pidiera el cambio. El pichichi amarillo (diez goles) cedió el testigo al ex blanquiverde Oriol Riera, enrachado con cuatro tantos en los tres encuentros recientes. El de Vic tardó cuatro minutos en probar a Alberto, que repelió su derechazo en posición ventajosa tras un despeje cualquiera de Agus. Así llegaba el Alcorcón, con su propuesta tan rudimentaria como eficaz con el doble pivote Abraham-Rubén Sanz como fiable motor. A su manera, tan suya, también asustó con un zapatazo de Montañés que terminó en córner.

El CCF alcanzó el descanso con las tablas del arranque por su falta de pegada, alimentada por la entereza de Manu Herrera, y su atención en la defensa de las acciones a balón parado. El primer tiempo murió con un saque de esquina a su favor que tampoco tuvo consecuencias.

Jémez pensaba en Tena, Fede Vico o Patiño, los tres suplentes que calentaban, en función del desarrollo del choque. El empate no era malo para el futuro y había que andar con cuidado por los envíos a la espalda de una zaga tan adelantada como de costumbre. Desde la banda, el técnico pedía mesura a Dubarbier por su vocación ofensiva, que podía provocar un agujero irreparable atrás. Porque Fernando Sales tuvo y, por tanto, retiene. Aunque no duró mucho más en el campo.

Un tiro de Oriol con David Prieto fuera de sitio dio pie al 1-0. Alberto García se quitó el balón de encima, concediendo un saque de esquina tan bien botado por Rubén Sanz como rematado por Nagore. El lateral derecho saltó solo ante la desidia general y clavó el testarazo en el ángulo. Inapelable. El tanto levantó a la hinchada local, poco ruidosa hasta entonces, y escoció a un Córdoba que necesitaba más velocidad en ataque. Y más precisión, claro. Herrera volvió a lucirse en un disparo cruzado de Airam y otro zurdazo, de Dubarbier, estropeó una contra clarísima al perderse por encima del larguero. Nada que ver con la pólvora del Alcorcón, que puso tierra de por medio con Abraham como orfebre y Montañés dando la puntilla con todo el aplomo y la clase del mundo.

Lo que faltaba en un bloque sobraba en el otro. Paco sacrificó a dos titularísimos, Gaspar y Borja García, para otro aire a la vanguardia con Patiño y Fede Vico. Un defensa menos en el CCF y uno más en el bando madrileño, ya que Babin pasó al círculo central con la entrada de Rueda por Borja. Manu Herrera certificó su gloriosa tarde blocando un golpe franco lanzado por López Silva. La suerte parecía echada, aunque Charles acarició un centro de Fernández después de una bola peleada por Patiño. Pepe Díaz fue el clavo ardiendo al que se agarró el equipo en los últimos minutos, un tramo donde el reserva Saúl explotaba los huecos a la espalda de Dubarbier y se antojaba más factible el 3-0 que el 2-1. Así, Alberto García detuvo un chut del siempre incisivo Riera, que buscó el gol con denuedo.

El descuento fue una agonía para un conjunto que había caído en la trampa. Mientras Fede, López Silva, Patiño o Pepe Díaz soltaban golpes al aire, como un boxeador noqueado, Santo Domingo coreaba a Anquela, el artífice de un milagro en Madrid Sur. El Alcorcón es quinto y el Córdoba… séptimo. El ascenso se recrudece.

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