Aritz López Garai. Centrocampista del Córdoba

"La presión la tienen otros"

  • Apela a El Arcángel ante un Valladolid "muy poderoso" ·A su juicio, sacar siete puntos de 12 posibles "sería para ponerse una nota alta en este pequeño Tourmalet".

El 1-1 del Almería fue un palo. Por no hablar del 2-1, que apenas dio margen para sacar de centro. López Garai, el epicentro del terremoto blanquiverde, ha recobrado el ánimo después de un par de días duros, aunque antes de abandonar El Arcángel vacila a los periodistas con una sonrisa: "Si sabéis de un psicólogo para la depresión, decidme...". En realidad, Aritz ha inyectado su talante ambicioso a un vestuario no habituado a convivir con la presión del ascenso. Cinéfilo y encantado de la vida con sus paseos con su perro Rocky, sabe de lo que habla. Por eso la conversación fluye.

-No se culpe: Corona se habría quedado solo delante de Alberto García si usted no hubiera desviado aquella pelota justo antes del empate...

-Sí, parece ser que sí. Vi las imágenes, y si no la hubiera tocado habría sido un uno contra uno. Pero al tocarla se lo facilité un poco más, y la verdad es que me costó dormir después del partido por esa circunstancia.

-Y luego, mazazo en el 92'. Camino del autocar me preguntaba en qué minuto había sido el gol de Juanma Ortiz. Estaba tocado.

-Sí. Me acuerdo de que el marcador del tiempo reflejaba el 45' por el apagón, y no sabía el tiempo que quedaba. Le pregunté al árbitro y me dijo el córner y se acaba. Cuando vi que entraba el balón, la sensación de vacío fue terrorífica.

-Usted es uno de los tíos más echaos p'alante del vestuario. Tras un par de amaneceres chungos, ha vuelto a salir el sol.

-Sí, la verdad es que sí. Cuando se pierde tengo un par de días bastante complicados, lo paso bastante mal, pero, como se suele decir, por mucho que llueva llega el día en que sale el sol. Esto es igual. El partido de Almería ya pasó y ya estamos pensando sólo en el sábado, que tenemos un partido precioso.

-Este equipo suele levantarse después de las derrotas. Y el sábado les espera una auténtica prueba de fuego con el Valladolid: 12 jornadas sin perder, 16 puntos de 18 posibles...

-Sí, tenemos una piedra de toque de las más importantes. Nos enfrentamos al equipo que ahora mismo está, junto al Deportivo, en Primera División, que lleva muchísimos partidos sin perder, muchísimos puntos consecutivos sacados... Nos enfrentamos a un equipo muy poderoso, pero en nuestra casa, con nuestra gente, hemos demostrado que somos peligrosos, y creo que somos capaces de ganarles.

-Será el colofón a esta serie de cuatro partidos consecutivos ante rivales directos. ¿Qué balance hace aunque aún estén recorriendo el camino?

-El balance, si consiguiéramos ganar al Valladolid, sería sensacional. De cuatro partidos ante rivales directos, que son 12 puntos, poder sacar siete, sería para ponerse una nota alta en este pequeño Tourmalet. De momento la cosa va bien.

-¿Es el Córdoba un candidato tan potente como cualquier otro o les viene mejor ir de tapados?

-Todos nos conocemos. Realmente los candidatos con toda la presión, todas las plantillas y todo el presupuesto para ascender son otros. Nosotros nos hemos encontrado esta situación por nuestro trabajo y las cosas que estamos haciendo, pero la presión la tienen otros.

-La temporada pasada se quedó a las puertas del ascenso con el Celta (cayeron por penaltis en la primera eliminatoria, en Granada). ¿Qué similitudes y diferencias hay entre aquel proyecto y éste? Y a nivel de ciudad, ¿está Córdoba a la altura de Vigo en materia futbolística?

-Hay bastantes diferencias. El Celta es un equipo que históricamente tiene urgencias puestas en Primera División, porque hace poco estaba jugando la Champions y ahora se encuentra en Segunda División. Obligatoriamente, todos los proyectos que hace son para subir a Primera División. Este año en el Córdoba no era el caso, no era ese proyecto. En cuanto a masa social y afición, creo que la del Córdoba está más volcada: aquí la gente está deseando que el equipo dé una alegría, está deseando que el equipo esté arriba, y allí en Vigo todo lo que no sea ascender y estar arriba provoca que la gente se desilusione, y es más complicado mantener la llama de la ilusión. Aquí, a poco que el equipo esté bien, la gente está respondiendo.

-¿Qué culpa tiene Paco en lo futbolístico y en la mentalización del equipo para que estén ahí?

-Toda. Es una plantilla confeccionada en verano prácticamente para sufrir para salvarse, y gracias al carácter que le ha inculcado el míster, haciendo creer a la gente cosas que tal vez a principios de temporada nadie pensaba, el equipo está jugando bien y está compitiendo con los mejores.

-Le costó convencerle: tardó un mes en entrar en el equipo. Y eso lo llevó mal.

-Sí, sí, porque venía de Vigo, de ser un jugador importante los dos años que estuve allí luchando por ascender, y cuando vienes a un equipo que ha insistido en firmarte y te encuentras que al principio te cuesta entrar, en mi caso lo llevo mal. Llevo mal no jugar, es una cosa que no sé llevar y lo pasé fatal ese primer mes. Gracias a Dios, queda atrás.

-En el banquillo tiene a Alberto Aguilar, un suplente de lujo.

-Sí. Alberto Aguilar es un jugador contrastado. Ha jugado en grandes equipos, es un futbolista con muchos partidos encima, y ahora mismo imagino que está en una situación complicada. Pero está asumiendo ese papel con mucha tranquilidad, muy bien. Cada vez que sale aporta muchísimo al equipo, nos está dando ese aire fresco que el equipo necesita.

-En un conjunto que mima el balón como ningún otro en la Liga Adelante, la clave está atrás: es el menos goleado.

-Es curioso, porque nosotros exponemos mucho, arriesgamos mucho, pero como dice el míster somos un equipo muy pesado y que corre mucho y aprieta mucho, y eso en gran parte es gracias a la gente de arriba, que no deja que el balón salga bien del rival. Y eso facilita para que cuando lleguen los delanteros a nuestros defensas lo hagan casi muertos, y ya sólo hace falta poner la puntilla. Creo que hacemos un trabajo colectivo muy importante.

-Como pivote, usted tiene mucho que decir en el balance defensivo.

-Sí, porque a un equipo que ataca tanto y con tanta gente hay que darle un equilibrio. El míster quiere que el pivote defensivo, delante de la defensa, sea el encargado de que el equipo no se parta, no se divida, y haya esa unión entre ataque y defensa. Ese papel de pivote defensivo es muy importante en este equipo.

-Después de 23 jornadas, ¿cuál cree que es el sistema ideal para este Córdoba? ¿4-4-2 o 4-1-4-1?

-Depende un poco del estado de forma de los futbolistas, del rival al que te enfrentes y del momento que el míster escoja. Los dos sistemas nos han ido bien. Ha habido días que con dos delanteros hemos hecho grandísimos partidos, y con un único delantero y tres medios hemos jugado contra equipos grandes y hemos dado la talla. Son dos sistemas que manejamos bien y es indiferente.

-A su lado, Javi Hervás ha ido subiendo como la espuma. ¿Un pellizquito del traspaso al Sevilla (1.250.000 euros) es suyo?

-Todo, todo el pellizco es mío (risas). La verdad es que es un chaval que está haciendo las cosas muy bien. Tiene mucho futuro por delante y un presente muy bonito. Es un futbolista diferente, porque aparte de ser un chaval muy joven y con capacidad para crear fútbol, es zurdo, y hay poquitos. Me alegro muchísimo, porque aparte de ser un buen futbolista es un buen compañero.

-Luego está Charles, un gran amigo a pesar de la rivalidad entre ambos por su pasado en el Pontevedra. ¿Qué le viene a la mente cuando recuerda cómo Edu Albacar le partió la cara?

-Me duele mucho. Porque aparte de que es un buen amigo, para nosotros es un jugador clave. No voy a decir que para nosotros Charles es medio equipo, pero  nos da muchísimo. Dentro del campo, tanto para nosotros como para los rivales, es significativo, porque del balón que le mandas siempre sale algo. Es muy importante para nosotros, y cada vez que recuerdo la jugada se me viene a la mente que vamos a estar sin él demasiado tiempo.

-Usted no mete el codo, pero sí la pierna. Está apercibido.

-No suelo ser muy agresivo, pero sí me suelen sacar tarjetas. Ya llevo cuatro, pero no lo pienso. El día que llegue la quinta, llegará. Yo meto la pata donde haya que meterla. Cuanto más tarde llegue, mejor, y si llega el próximo día, pues ha llegado.

-El Valladolid les va a exigir el máximo, tanto a nivel individual como colectivo.

-Sí, sí. El Valladolid es un equipazo: juega bien en ataque, juega bien en defensa, mete goles con facilidad... Nos va a exigir un partido similar al del Elche o el del Celta, en el que tenemos que estar centrados al mil por mil y dar nuestra mejor versión en ataque, porque si no no nos va a llegar.

-Para seguir arriba no queda otra que ganar y volver a ganar. Hay que ganar muchos partidos.

-El ritmo arriba es brutal. La puntuación que lleva la gente este año, yéndose casi a 80 puntos para meterse en el play off... Creo que al final todo va a bajar, porque hay enfrentamientos directos y es imposible que todos sumen, pero el play off va a estar cerca de los 70 puntos, 65, 67, 68. Y eso significa un ritmo de ganar un partido de cada dos como mínimo, y es muy complicado mantener ese ritmo con los enfrentamientos duros que hay cada semana en Segunda División.

-A por ellos.

-Sí, a por ellos.

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