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La estrategia de Lucas (2-1)

  • El equipo blanquiverde se cae del sexteto de cabeza tras una derrota encajada en una acción a balón parado y en tiempo de descuento. Nadie ha vencido en casa del Almería.

Árbitro: Valdés Aller (castellano-leonés). Obvió un penalti por mano de Tena en el minuto 43. Amonestó al entrenador del Almería, Lucas Alcaraz, "por salir del área técnica a dar instrucciones a sus jugadores en la celebración de un gol" (92'). Correcto en la asignación de cartulinas.

Tarjetas: Amarillas Ulloa (34'), Patiño (47'), Carlos Caballero (54'), Carlos García (59'), Borja García (74') y Juanma Ortiz (88').

GOLES0-1 (39') Borja García. El madrileño se adentra en el pico derecho del área con un caño a Corona y suelta un derechazo cruzado a media altura que golpea violentamente en el poste antes de entrar.1-1 (67') Corona. Ulloa manda al centro pegado a la banda izquierda, Jonathan mete un pase al hueco en la corona del área ante el desmarque de Corona y el corte a ras de suelo de López Garai coge a contrapié a Alberto García, por lo que el centrocampista marca a puerta vacía.

2-1 (92') Juanma Ortiz. Corona cierra un córner desde la izquierda, el balón sale rebotado y Ortiz, desde la frontal, engancha un derechazo que se cuela por el centro de la meta de Alberto García tras pegar en el larguero.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimotercera jornada de la Liga Adelante disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 5.903 espectadores, entre ellos medio millar de aficionados cordobesistas. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Francisco Sáez López y Antonio Martínez Juan de la Cruz, seguidores del Almería fallecidos recientemente. El juego estuvo interrumpido durante diez minutos por un apagón en el 47'.

Lucas Alcaraz le ganó la partida a Paco Jémez como más duele, a balón parado y en el descuento. Frente a la calidad del Córdoba, sintetizada en el golazo de Borja García al filo del intermedio, el Almería opuso empuje y el recurso de la estrategia, siempre decisiva en los equipos del granadino. Corona igualó en el ecuador del segundo periodo y Juanma Ortiz no pudo tener mejor regreso a su lanzadera al firmar el 2-1 definitivo en la prolongación, sin dejar margen al adversario para levantarse. Así se le escapó al CCF el duelo con un rival directo, que además le gana el goal average (1-1 en El Arcángel), y la plaza en la zona de play off, ahora a dos puntos y con el Hércules y el Valladolid pendientes de jugar hoy. La cruel derrota en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde ningún conjunto visitante ha ganado todavía, es la tercera en las cuatro últimas salidas, saldadas con un solo punto (0-0 en Tarragona, en el feudo del colista).

Sin tres pesos pesados como Gaspar, Javi Hervás y Charles, Paco Jémez optó por recuperar el 4-4-2, con López Garai y Carlos Caballero en el doble pivote y Patiño y Pepe Díaz como dupla ofensiva. El viento de costado incomodó desde el inicio a un equipo que salió frío, concediendo un par de centros consecutivos de Aleix Vidal y un tiro de Ulloa desde 40 metros que obligó a Alberto García a recular hasta chocarse con el poste. El encargado de dar aire fue Caballero, que caracoleaba y caracoleaba con el apoyo de Fuentes, cuya versión valiente contrasta con el lateral reservón promocionado por Lucas Alcaraz. Y luego está Borja García, ese chico maravilloso que regatea con amagos, dejando correr el balón.

Acasiete y Carlos García ganaron la partida a Pepe Díaz en los dos primeros desplazamientos en largo y Esteban atrapó los dos primeros centros sobre su área. El CCF se había sacudido la pájara inicial, pero volvió a las andadas cuando López Garai tuvo que rebañar la pelota ante Ulloa después de un comprometedor pase atrás de Borja. También Alberto regaló un balón franco al argentino con los pies. El empeño de tocar por abajo a veces juega una mala pasada, como quedó ratificado al cuarto de hora: Goitom robó en la salida y conectó con Soriano, que con todo a favor se precipitó en su asistencia al sueco.

El fútbol, sin control, no sirve de nada. O sirve de poco. El Córdoba no se sentía cómodo en la zona ancha y la falta de ritmo contagiaba a los atacantes, especialmente a un Patiño desubicado y fallón. A Paco se lo llevaron los demonios con sendos disparos lejanos y desviados de Díaz y López Silva con varios socios acompañando. Porque lo que ha hecho grande a este equipo es eso, el trabajo en equipo.

Con el sentido colectivo desconfigurado, David Prieto se trababa atrás y abusaba de los pelotazos. Y así no había manera. El Almería imponía su físico, con varios jugadores superando o bordeando el 1,90, en un choque discontinuo, sin ocasiones y con los índices de calidad por debajo de lo recomendable. Y aunque Ulloa debía estar en su salsa en tales condiciones, no lo veía claro: amarilla por protestar. El pichichi se quedó con las ganas de engatillar en posición franca por un cruce providencial de Borja en el área. Sí, Borja también defiende. Y ataca como un ángel (asesino): corría el minuto 39 cuando el madrileño se sacó de la chistera un túnel a Corona y un latigazo demoledor desde el pico del área. Una maniobra de Primera.

El medio millar de aficionados visitantes, exultantes con la ventaja que reportaba el golazo, pidieron con sorna a Alcaraz que sacara un defensa más. Pero el ex entrenador blanquiverde tenía poco margen de maniobra con cuatro canteranos de nuevo cuño en el banquillo. Le quedaban los arreones de los profesionales, que reclamaron penalti (y con razón) cuando el cuero salió rebotado del muslo al brazo en una intervención de Tena. Pero Valdés Aller se inhibió y con el 0-1 se llegó al descanso. Por si fuera poco, los precedentes profundizaban en la brecha: mientras el Almería había perdido ocho puntos en los segundos tiempos, el Córdoba los había ganado. Nada más lejos de la realidad.

Los 22 protagonistas regresaron sin dilación. Sin embargo, un apagón en el estadio los devolvió a los vestuarios nada más reanudarse el juego, con la única novedad de una amarilla a Patiño. Diez minutos después, Alberto atrapó esa misma falta, colgada por Corona. A estas alturas todos conocemos a Lucas y sabemos que, a falta de fútbol combinativo, la estrategia puede ser un tesoro. De hecho, el siguiente acercamiento consistió en un testarazo centrado de Soriano a la salida de un córner.

Por entonces, el técnico granadino ya había llamado al recién llegado Juanma Ortiz (cedido por el Glasgow Rangers escocés) y al joven Jonathan. Se marcharon Acasiete -Jakobsen pasó del lateral al eje- y Soriano y Goitom centró su posición; o sea, dos tanques juntos. El Córdoba contestó con Caballero, que quedó amonestado por una pasada de frenada y acarició el gol por su afán en la presión muy arriba, y Tena, ejecutor de circunstancias con el empeine tras una dejada de Pepe.

Los pitos de la hinchada blanquirroja no se hicieron de rogar por la impotencia de un equipo incapaz de trenzar. Tuvo que ser un error del contrario, en este caso López Garai, el que habilitara a Corona para establecer el empate mediado el segundo tiempo. Aunque es preciso reseñar que el centrocampista local se hubiera quedado solo en carrera de no ser por la mediación del vasco.

Paco sacrificó a Patiño para ganar empaque y poderío aéreo con Alberto. Pepe Díaz apenas duró ocho minutos como único punta, ya que cedió el testigo al debutante Airam. El partido se había torcido porque el Almería percutía con más profundidad y no faltaba algún que otro fallo, como sendas pérdidas de Prieto y Aguilar con el bloque descolocado.

El encuentro, como había pronosticado Alcaraz, era de ida y vuelta, aunque el Córdoba iba menos y volvía más. Ulloa era un quebradero de cabeza, mas lejos del área, y Jémez quemó sus cartuchos con otra alternativa, la del argentino Dubarbier, en perjuicio de López Silva. Parecía que los dos daban por bueno el punto, porque el CCF llegaba poco -Airam recortó en vez de tirar en un balón suelto en el área- y Lucas no quería agotar los cambios. El penúltimo susto llegó en el minuto 89, cuando Alberto García tuvo que salir fuera del área para abortar una briosa arrancada de Aleix Vidal; el último, ya en el descuento, cuando el portero no atajó el enésimo centro sobre su área y Goitom cabeceó al larguero. De ahí vino un córner, un rebote y un derechazo de Juanma Ortiz que se coló después de pegar en el travesaño. Y no hubo tiempo para más, sólo para lamentarse con cara de tonto.

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