Los cordobeses votaron el domingo y se hicieron públicos los resultados. Sin embargo, esos no son los datos definitivos, puesto que es ahora la Junta Electoral de Zona de Córdoba la que tiene refrendar las cifras totales una vez que se incorporen los sobres con las papeletas que proceden del extranjero y se atiendan las peticiones de los partidos políticos que han participado en los comicios. En teoría, cuando los números de las urnas son claros y contundentes, apenas hay reclamaciones de las candidaturas y la junta electoral da por bueno el volcado que se ha realizado durante la jornada electoral.

Sin embargo, todo apunta a que en esta ocasión no serán así las cosas, sino que cuando a lo largo del día de hoy se reúna la Junta Electoral de Zona más de una formación va a pedir el recuento de los votos, de las 349 mesas que se abrieron el pasado domingo en los colegios de la ciudad, de manera que se compruebe "fehacientemente, como marca le ley" -decía ayer un dirigente del PP- que las cifras coinciden. En realidad, es la esperanza a la que se aferran -no sólo los populares- algunos partidos para ratificar que el reparto de concejales es el que es o que se pueda producir alguna variación.

Lo cierto es que no es una cuestión baladí, sino que un cambio en el reparto de los sillones del salón de plenos de Capitulares puede alterar el signo del gobierno del Ayuntamiento de Córdoba para los próximos cuatro años. La razón no es otra que entre los tres partidos de la izquierda -PSOE (7), Ganemos (4) e IU (4)- suman 15 concejales, o lo que es lo mismo, la mayoría absoluta del pleno municipal. Así las cosas cualquier alteración en el reparto de uno de esos tres partidos puede dar al traste con la posibilidad de un tripatirto, de manera que, o tendrían que renunciar a esa posibilidad, o abrir la puerta a Ciudadanos (que tiene dos ediles), para sumar la mayoría absoluta. Es por ello que el recuento de hoy no será un trámite más del proceso electoral, sino que se prevé un severo seguimiento del mismo, que podría derivar incluso en impugnaciones ante otros órganos.

Por ello, los partidos políticos cordobeses afinaron durante toda la jornada de ayer su maquinaria para estar presentes en la sesión de la Junta Electoral de Zona y ver qué posibilidades de actuación sería la más conveniente en caso de que sea pertinente elevar algún tipo de reclamación. Los más interesados, sin duda, el PP y Ciudadanos, que podrían ser los beneficiarios de cualquier modificación en el recuento. Las fuentes consultadas por El Día indicaron que hasta ayer mismo había dos mesas cuyos resultados estaban en el aire, "aunque ya están localizadas", pero que en realidad lo que se persigue es la revisión de las actas de todas la mesas. Las mismas fuentes apuntaron que "podría darse el caso" de que una desfase de poco menos de 300 votos beneficiara a Ciudadanos o que cualquier otra cifra -hay quien habla de 700- puede favorecer al PP.

Pero esta estrategia de última esperanza no es un asunto nuevo, sino que los partidos manejan precedentes recientes al respecto. El más llamativo tuvo lugar cuando tras las elecciones autonómicas del pasado 22 de marzo, y tras una denuncia de Vox en Sevilla, se realizó un segundo recuento que arrojó que había 1.300 votos más que en el primero, lo que arrojó dudas sobre cómo se había realizado y anotado todo ese proceso. Fue la propia Junta Electoral Central la que ordenó que se realizara ese recuento de nuevo como se recoge en la legislación, una práctica que generalmente no se realiza.

Durante la jornada electoral del domingo, en el caso de Córdoba, si hubo reclamaciones y quejas por parte de algunas formaciones, como es el caso de Ciudadanos, que alzó la voz porque en una mesa no había papeletas de su formación y los propios apoderados tuvieron que reponerlas.