La crisis se ha llevado de golpe y porrazo el proyecto de los minipisos en la Universidad de Córdoba (UCO), una iniciativa auspiciada en 2007 por el extinto Ministerio de Vivienda y ahora reconvertido en Secretaría de Estado de Vivienda, dependiente del Ministerio de Fomento. La vicerrectora de Infraestructuras y Campus, Pilar Dorado, ha reconocido a El Día que la falta de financiación ha provocado que el proyecto esté paralizado.

La ocupación de estos pequeños apartamentos para universitarios, que se iban a ubicar en el colegio mayor Luccio Anneo Séneca -que tiene capacidad para 180 personas, aunque no suele cubrir ni la mitad de las plazas-, estaba prevista para el pasado curso y, hasta la fecha, no hay nada previsto. Los primeros cálculos que hizo la entonces ministra de Vivienda Antonia Trujillo eran los de construir unos 200 inmuebles en cada una de las 50 universidades del país, lo que implica que en Córdoba se harían otros tantos pisos para alquiler.

El departamento de Vivienda calculó un presupuesto de 31.080 euros por cada uno de estos apartamentos. Esta cantidad significaba que la inversión total en Córdoba sería de superior a los 6,21 millones de euros, al mismo tiempo que el coste total alcanzaría los 310 millones de España. De esta cantidad, el Ministerio de Vivienda se comprometió a sufragar el 50% -es decir, unos 3,1 millones de euros-, mientras que del resto se harían cargo los ejecutivos regionales y los centros académicos. Hasta el momento, nada de esto se ha llevado a cabo en ninguna universidad. Es más, fuentes del Ministerio de Fomento reconocieron que tras la presentación del proyecto "muchas universidades no encontraron financiación para llevar a cabo la construcción de los apartamentos, mientras que otras no encontraron espacio".

En el caso de la UCO, la falta de fondos es la causa principal de que el proyecto se ponga en marcha, puesto que el espacio ya estaba decidido. Dorado reconoció que hasta la fecha el proyecto de ejecución ni siquiera se ha llevado a cabo.

Según la propuesta inicial, los apartamentos tendrían una superficie de entre 30 metros cuadrados útiles, para los de un dormitorio, o 45 para pisos con dos dormitorios; el coste al que tendrían que hacer frente los universitarios que consiguieran arrendar uno de estos apartamentos sería de entre 75 y 200 euros. Los contratos del alquiler, siempre que que se mantuvieran por parte del arrendatario la vinculación con la Universidad estaba fijada en un máximo de cinco años, prorrogables por otros 12 meses más. Las viviendas contarían, además, con cocina integrada, un cuarto de baño, dormitorios y contadores individuales de luz y agua, entre otros servicios.

La puesta en marcha de estos pequeños pisos fue bien recibida por parte de los universitarios, que en muchas ocasiones se enfrentan a la búsqueda de pisos por las zonas universitarias y encuentran inmuebles poco conservados y a precios no muy asequibles. Junto a la opción de compartir piso, la otra posibilidad que tienen los alumnos en Córdoba es matricularse en el colegio mayor La Asunción, que cuesta 660 euros al mes, o en la residencia Lucano, en Rabanales.