Córdoba

La agenda perolista de Ocaña

  • El alcalde completó ayer una ruta por algunas de la celebraciones del Día de Andalucía que lo llevó desde Villarrubia hasta Alcolea y la barriada de Los Ángeles

Las tortillas de patata, los pinchitos y, sobre todo, los peroles de arroz se olieron ayer en muchas partes de Córdoba. Desde Alcolea a Villarrubia, muchos vecinos se reunieron en una jornada espléndida para celebrar el Día de Andalucía de la manera más cordobesa. Y el alcalde, Andrés Ocaña, quiso estar presente en esos momentos de fiesta para compartir unas risas con los vecinos y, de paso, dejarse ver, que ya queda menos para la cita con las urnas. La agenda del regidor incluía para ayer una verdadera tournée por la capital que lo llevaba desde Villarrubia hasta Alcolea -pasando por El Naranjo y Miralbaida- en un intervalo de apenas dos horas. La teoría no se pudo llevar a cabo y finalmente Ocaña sólo pudo estar presente en la primera parada y en la última donde acabó pasadas las 17:00.

Villarrubia, plaza de los Ríos, 13:30. Ocaña llega acompañado de algunos concejales a la fiesta organizada por el consejo de distrito de la barriada periférica. No estaba programado, pero el candidato del PSOE a la Alcaldía, Juan Pablo Durán, también se encontraba allí con su hermana y primera teniente de alcalde, Inmaculada Durán, y unos amigos. Los dos se saludaron y después se dirigieron a revisar el proceso de elaboración del arroz. "¿Quién es el cocinero jefe?", preguntó Ocaña al grupo mientras daba algunos meneos al perol. "Con más gracia, alcalde", le animó Rosa Candelario mientras ella probaba algo de caldito. Durán se quiso sumar a la fiesta dejando protagonismo al regidor pero los que allí estaban presentes desconfiaron de las verdaderas intenciones de estos políticos. "Anda que venir a hacerse la foto" o "cómo se nota que estamos en elecciones", fueron algunos de los comentarios de los allí presentes. Pollo y costillas eran los ingredientes principales de este arroz que ninguno de los socios de gobierno pudo probar, debido a la apretada agenda perolista. Un vinito sí que le dio tiempo de tomarse al alcalde, que tampoco fue recibido con demasiado entusiasmo por las masas, más bien pasó desapercibido. Las familias sacaban sus tortillas de patata caseras mientras escuchaban la música de Bisbal ajenas a la visita oficial que acababan de recibir.

Alcolea fue la siguiente parada pero el grupo ya se separó. Rosa Candelario y Ana Moreno se dirigieron a Miralbaida mientras que Ocaña, junto con Alba Doblas, tomaron rumbo a la barriada periférica. Allí tenía una cita con el Partido Comunista que había instalado con una caseta para celebrar el Día de Andalucía. Sardinas a la plancha y arroz con carne eran los manjares disponibles que el alcalde tampoco probó. Y ya eran más de las tres de la tarde. Tras conversar con varios compañeros sobre el tiempo o el trabajo que tienen encima, se dirigió a los jardines de Alcolea donde las peñas también celebraban el Día del Andalucía. Allí la visita fue más animada. Las cocineras se empeñaron en que Ocaña se atreviera a freír un huevo -algo que sí hizo Juan Pablo Durán- pero se tuvieron que conformar con que bebiera algo de vino. "¡Si dicen que era buen cocinero!", insistieron sin éxito. "Alcalde, aquí", le increparon los responsables de la plataforma Que quiten las vías del tren, ya que pensaban que iba a pasar de largo. Pero el alcalde se paró y apechugó con la petición de los vecinos porque "ya está bien de esperar" a lo que el regidor sólo pudo asentir y comprometerse con su petición. Además de un poco de vino, lo único que entró en el estómago fue un rosco "casero, casero" elaborado por Mari para la ocasión. "Muy bueno, muy bueno", respondió el alcalde. "Vámonos ya para Los Ángeles que es tarde", dijo a su séquito y se dirigieron a esta zona donde, tras una visita exprés de apenas diez minutos, Ocaña pudo regresar a su casa y, quizá entonces, comer algo calentito.

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