El candidato de Unión Cordobesa, Rafael Gómez, dijo ayer que todo lo que se diga sobre el caso Malaya -en el que está imputado por un delito de cohecho- o sobre la construcción de naves ilegales en las antiguas instalaciones de Colecor en Córdoba le favorece, "porque todos los andaluces saben que no he hecho nada". "Soy un gladiador con el que no hay quien pueda", aseguró el ya político y empresario.

De hecho, sobre su imputación en el caso de corrupción más importante de España, Gómez sostiene que cuando fue detenido su única preocupación era su empresa y los más de 10.000 trabajadores entre directos e indirectos que tenía a su cargo porque él no había hecho nada.

"Se equivocaron conmigo. No había motivos para detenerme, por lo que mi preocupación eran mis trabajadores y las empresas con las que mantenía compromisos de pago", declara el empresario quien, tras explicar que ha saldado en un 99,9% todas sus deudas, añade que su detención en el caso Malaya fue "injusta". Rafael Gómez, que se siente como una "víctima" en este asunto, se ha mostrado convencido de su inocencia y ha asegurado que quedará absuelto "porque no hay motivos" para condenarle.

Y añade: "todo lo que digan de Malaya o de Colecor me favorece. ¿Por qué? Porque los cordobeses y los andaluces saben que no he hecho nada. Toda Andalucía lo sabe. Cuanto más lo pongan ustedes -refiriéndose a los periodistas- mejor para mí".

Sobre la construcción de las naves, ha aseverado que pidió permiso a quien mandaba en aquel momento en Córdoba y, aunque no ha querido dar ningún nombre "porque no le gusta hacer daño a nadie", ha dicho: "a quién le iba a pedir permiso: ¿a mi prima?". Las dificultades, dice, surgieron porque "estorbaba" a una serie de empresas.

Aunque su prioridad más absoluta es la creación de empleo, Rafael Gómez desvela un proyecto en el que lleva trabajando desde hace más de doce años y que plasmará la historia de Córdoba a través de la representación en mármol de los 55 personajes más importantes de la ciudad en bloques de cuatro metros.

Así, asegura que es una obra "faraónica y el mayor espectáculo del mundo" que ha sido esculpida en el taller de Miguel Ángel con mármol de Carrara -en la región de la Toscana en Italia- y que ha despertado la curiosidad del propio primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, según cuenta. "Será un referente", afirma.