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El alcohol es uno de los factores más peligrosos a la hora de conducir. Mezclar la bebida y el volante es una acción que puede tener consecuencias tan negativas como la muerte, ya que el alcohol está presente en el 30% de los accidentes mortales que se producen en la carretera, según los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno. En los siniestros también pueden entrar otros factores como la velocidad o la ausencia de medidas de protección como el cinturón de seguridad, pero una elevada tasa de alcoholemia produce la mayoría de los accidentes de tráfico. Por este motivo, la Dirección General de Tráfico controlará durante esta semana a unos 5.000 conductores en una campaña especial de controles que tiene como objetivo concienciar a los cordobeses sobre el peligro de conducir bajo los efectos del alcohol en estas fechas, cuando se celebran muchas comidas sociales y familiares. El jefe provincial de Tráfico, José Antonio Ríos, aseguró que los positivos en estos controles cada vez son menos, aunque debe seguir la campaña de sensibilización para conseguir erradicar esta mala costumbre de algunos conductores. En concreto, los agentes estarán trabajando hasta el próximo domingo prestando especial atención sobretodo durante la sobremesa, cuando muchos salen de las comidas tras ingerir bebidas con graduación.

Campañas como éstas, además de la concienciación de los conductores, son fundamentales para conseguir reducir las cifras de mortalidad, uno de los objetivos de la DGT y que, en lo que va de año, se ha conseguido. Así, entre enero y noviembre perdieron la vida 23 personas en las carreteras de la provincia, un 20% más que las víctimas contabilizadas en los 11 primeros meses de 2009. También ha bajado en este ejercicio el número de heridos graves en los accidentes producidos, al pasar de 119 a un centenar. A pesar de esta bajada, el Gobierno central recordó que se sigue hablando de personas y que el objetivo es "no bajar la guardia para que la carretera no se cobre más vidas". Entre las causas más importantes de esta evolución de la siniestralidad se encuentra el cambio de comportamiento de los conductores, que ahora circulan con más seguridad. Además, la Subdelegación destacó las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo, entre las que se encuentran la entrada en vigor del carné por puntos en 2006. En este sentido, los últimos datos apuntan que 1.109 cordobeses han perdido el permiso de conducción por cometer infracciones al volante y otros 610 tienen un expediente incoado. Además, la provincia cuenta con 249 conductores a los que sólo les queda un punto, 773 a los que les restan dos y 631 con sólo tres. La mitad de las pérdidas de puntos ha sido por exceso de velocidad y, en segundo lugar, se sitúa la falta de uso de los sistemas de seguridad pasivos como el cinturón o el casco.