La sala de usos múltiples de la Biblioteca Central se convirtió ayer en un espacio lleno de magia e ilusionismo. Los responsables de ello fueron la doctora Susana Martínez-Conde y el mago Miguel Ángel Gea, que se encargaron del desarrollo de una nueva jornada titulada Magia, ilusionismo, prestidigitación: el cerebro crea la realidad que percibimos, dentro ciclo Conversaciones en la Central. Todos los asistentes pudieron comprobar como las carencias perceptivas del ser humano juegan alguna que otra mala pasada y como los magos aprovechan estos déficit para realizar sus trucos.

Miguel Ángel Gea reconoció que los orígenes de la magia se basaron en el engaño a las personas "de una forma muy básica", y que esos mismos trucos se han ido transmitiendo de generación en generación aplicándole mejoras. Durante su intervención incluso desveló algunos de sus secretos "mejor guardados", aunque aseguró que en la actualidad con las nuevas tecnologías se ha perdido muchos de los encantos de la magia, ya que "cualquiera puede conocer la técnica que emplea cualquier mago en sus funciones". Gea insistió asimismo en que todos los trucos están basados en el engaño, puesto que "todos los humanos presentan grandes carencias en la capacidad de memoria o en la capacidad visual".

Por su parte, la doctora Susana Martínez-Conde mostró su punto de vista acerca de las ilusiones visuales y las conclusiones que durante su carrera profesional ha extraído de sus numerosos estudios. En estos momentos se encarga de la dirección del Laboratory of Visual Neuroscience en el Barrow Neurological Institute, en Phoenix. Las investigaciones de su equipo se centran en las bases neuronales de la experiencia visual, y el estudio del nexo entre ilusiones y realidad en la frontera ente el arte y la ciencia, específicamente entre neurociencia y magia. Según la doctora, el cerebro tiene limitaciones. "Al fin y al cabo es una estructura física, y como cualquier estructura física tiene limitaciones en términos del número de neuronas o de las sinapsis que las conectan", apuntó. Y son esas limitaciones las que aprovechan los magos para sus trucos de magia, insistió. De esta forma dejó sobre la mesa una gran cuestión: ¿somos conocedores de la realidad, o vemos tan solo lo que el cerebro nos deja percibir?