Córdoba

"Ser obispo de Córdoba no me produce ningún vértigo"

  • Al nuevo prelado designado le agrada toda la información que baraja sobre la realidad de su nuevo destino y señala que es "una Iglesia viva y pujante"

El de ayer fue un día ajetreado para el obispo electo de Córdoba, Demetrio Fernández. En su despacho del Obispado de Tarazona no dejó de atender llamadas telefónicas, visitas, "y unos trescientos correos electrónicos". Conoce la ciudad, ya que ha estado varias veces aquí dirigiendo ejercicios espirituales a sacerdotes, pero en unas semanas será su nuevo destino. A una distancia de siete horas por carretera, el prelado piensa ya en su traslado a Córdoba, una Diócesis a la que ha dirigido un saludo en el que muestra su cercanía "a todos los que sufren por cualquier causa, por la enfermedad, por el paro, por el desamor, por la carencia de Dios".

-En su primer saludo a Córdoba usted dice que ha oído hablar de los cordobeses "mucho y bien".

-Que es una Diócesis viva, en cuanto tiene sacerdotes muchos y buenos, seglares muy comprometidos y muy bien formados, un buen Seminario, grupos y movimientos apostólicos, cofradías y hermandades. Una Iglesia viva y pujante. Como he oído hablar muy bien así lo digo.

-Este ascenso supone pasar de una Diócesis pequeña, como la de Tarazona, a otra más grande, donde las magnitudes se multiplican en unos casos por tres y en otros por cuatro. ¿Esto le produce vértigo?

-No. Me daría vértigo, si tuviera que dármelo, el ser sacerdote, simplemente. Porque ser ministro de Jesucristo para hacer presente a Jesucristo en la tierra es algo totalmente desproporcionado a las fuerzas de cualquier hombre. Esto es algo que vivo desde hace 35 años por la gracia de Dios. Me da mucho consuelo y estímulo. El ser desde hoy obispo de Córdoba no me produce ningún vértigo, sobre todo si creo en Dios y confío en Él.

-Me refería al tamaño de su nueva Diócesis.

-Pero la tarea es la misma, sólo cambian las magnitudes. Si tuviera en Córdoba que hablar con todos los fieles en la proporción en que lo hago aquí, pues no podría. También es verdad que la Diócesis de Córdoba tiene muchos colaboradores y muy buenos. Esto hace que el obispo pueda cumplir mejor con su misión.

-En Tarazona ha puesto especial empeño en el Seminario, para fortalecer la salud de la Diócesis. ¿Va a seguir la misma tarea en Córdoba?

-Lo que tengo que hacer es continuar en la línea en que está planteado y alentar lo que ya hace el Seminario y tiene como planteamiento fundamental.

-Monseñor Asenjo ha destacado la amistad que tiene con usted desde hace 30 años...

-También he dicho hoy que soy amigo suyo, cómo no.

-...¿Esto facilitará el relevo, no?

-Muchísimo, no cabe duda que eso facilita el trabajo. Además de ser amigos él seguirá siendo metropolitano de Córdoba como arzobispo de Sevilla.

-¿Será usted administrador apostólico de Tarazona?

-No lo sé, porque eso lo decide el Papa y lo hará después del 20 de marzo, cuando Tarazona quede vacante. Ahora mismo Tarazona tiene obispo, que soy yo. El día que tome posesión de Córdoba el Papa decidirá si nombra administrador apostólico o deja que el Colegio de Consultores nombre administrador diocesano. Es una decisión que no puedo adelantarme a ella.

-Una de las peculiaridades de Córdoba es la recurrente reivindicación del culto compartido en la Mezquita-Catedral. ¿Tiene usted un criterio al respecto?

-La postura de don Juan José en el documento que publicó hace tres años es clara, nítida y es la postura de la Iglesia, desde la Santa Sede hasta el último de los fieles miembros de la Iglesia católica. Cualquier otro planteamiento lo único que hace es enredar el tema.

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