Córdoba

"La energías renovables pueden ser el futuro de las zonas rurales"

  • Barroso pide más agilidad a las administraciones en la gestión de inversiones millonarias y compara los lastres que conlleva el petróleo con las ventajas de obtener electricidad del sol, del viento o de la biomasa

Mariano Barroso es una institución en el complejo mundo de las energías renovables en Andalucía. Preside la patronal de sector con la unanimidad de sus miembros. Este cordobés afincado en Málaga considera que la grandeza de las energías limpias es que son infinitas, al contrario que el petróleo, y razona: "¿Por qué nos empeñamos en explotar algo que cada vez es más escaso y caro si podemos avanzar en sistemas que siempre estarán ahí?". Sostiene sin embargo que todavía hacen falta muchos avances técnicos para que las renovables se conviertan en algo cotidiano, pero asegura que "vamos en camino".

-¿Cuándo tardaremos en convertir a las renovables en nuestras energías de cabecera?

-Todavía no hay tecnología para eso. Es cierto que hay cortijos que se autogestionan, que son autosuficientes, pero todavía hay que abaratar muchos más el uso cotidiano de este tipo de energías. La solución es seguir investigando, pero si se corta el desarrollo de las renovables como se está haciendo ahora por culpa de las normativas y de los vaivenes de la legislación, pues se detiene la investigación y la aplicación de las estas energías es más lenta. Pero su uso extendido llegará seguro. Una pila de litio que almacena la energía que se produce durante el día como las que llevan los coches eléctricos cuesta ahora 12.000 euros, pero si seguimos investigando para abaratar su precio valdrá mil y entonces si estará al alcance de todo el mundo.

-¿Entonces el problema de las renovables es el almacenamiento?

-Claro. Las energías, como se dice en el sector, no son gestionables, no se puede compensar la energía fotovoltaica cuando cesa el sol y hay que aplicar una pila que es demasiado cara, cuando eso cueste menos se avanzará mucho. Sin embargo, ya se están dando soluciones. En La Gomera, por ejemplo, donde la energía parte de grandes grupos de gas-oil, se está implantando un sistema que combina las renovables de tal manera que serán gestionables. Se acumula agua mediante el uso de plantas eólicas por la mañana y luego se suelta para producir otro tipo de energía. El sistema es totalmente limpio y prescinde del petróleo.

-¿En qué momento se encuentra el sector en Andalucía en estos momentos?

-Está en un momento complicado, como en toda España. Las renovables habían tenido un horizonte claro. Los empresarios invertíamos a buen ritmo, los bancos respaldaban nuestras inversiones con apoyos de hasta el 95% e instalábamos nuestras plantas sin ninguna subvención por parte de ninguna de las Administraciones. Porque la Junta no ha puesto ni un duro en el desarrollo de los 2.000 megavatios de eólica ya instalados, que han supuesto 2.500 millones de inversión privada. Todo esto se ha ido desarrollando paulatinamente y hoy somos líderes en desarrollo de renovables. Pero los continuos cambios de normativa de los últimos años nos están generando incertidumbre y eso es muy negativo en nuestro negocio. Por eso pedimos al Gobierno que se aclare y que dicte unas normas del juego que potencien nuestras inversiones, no que las corten, porque eso también afecta a la investigación, que al pararse el desarrollo se frena.

-El Senado ha aprobado una nueva norma por la que se acaba con las preasignaciones de cupos y da más competencias a las Comunidades Autónomas en materias de energías limpias. ¿Qué ocurrirá? ¿Es la ley que estaban esperando?

-Todavía no lo sabemos. Sigue habiendo incertidumbre porque no deja de ser un cambio de las reglas. Hay lagunas que se tienen que aclarar y tenemos que ser cautos, pero tenemos muchas esperanzas en que éste sea un paso definitivo. Es fundamental que nos pregunten antes de legislar para que puedan librarse inversiones como las que están previstas en Andalucía, que ascienden a 14.000 millones de euros por parte de los empresarios, pero que cuentan con la financiación de los bancos, financiación que no llegará si sigue habiendo incertidumbre. El sector de las renovables es muy sensible a todo esto, sobre todo porque es un sector que está superregulado. Aquí todo es blanco, no hay nada en negro porque cada instalación tiene un contador que lee el gobierno y el gobierno es el que paga. No hay más historia.

-Importantes empresas de sectores como la construcción han invertido mucho en los años de bonanza. Ahora que hay crisis, ¿qué pasará con esas inversiones? ¿Son un valor seguro? ¿Son una tabla de salvación?

-La división de renovables ha sido el complemento ideal para muchas empresas porque se podía llevar a la vez que el negocio tradicional. Muchas constructoras, como dice, lo han hecho así. Y ahora que está habiendo dificultades en la mayor parte de las empresas pues se está acudiendo a estas inversiones en energía limpia para obtener recursos y financiación.

-¿Son entonces una tabla de salvación para muchos?

-Hay quien piensa que sí y quien piensa que no, pero sí es cierto que es el único sector con solvencia actualmente. Es más, hay empresas que están vendiendo parte de su inversión en renovables para salvar el resto de la empresa. Eso quiere decir que han podido ser inversión refugio y que siguen siendo solventes. Ya no hay nadie que dude en el mundo de la viabilidad y de la alternativa que suponen estas energías, sin embargo, cuando pensamos en este sector no sólo podemos dirigir nuestra mirada a un parque fotovoltaico o eólico. No, tenemos que pensar en que con las renovables llega todo un entorno impresionante de investigación de vanguardia que está llegando, por ejemplo, a las zonas rurales. Por eso es fundamental que las administraciones nos apoyen y que no corten nuestro desarrollo.

-¿Y en qué medida puede dinamizar su sector el mundo rural ahora que las ayudas a la agricultura comienzan a descender?

-Son claves para el futuro. Actualmente, estamos investigando con cultivos energéticos en zonas como Los Pedroches o el Alto Guadiato. Esto supone alquileres de fincas que antes no producían o que no eran rentables y ahora el propietario tiene una renta porque estamos sembrado un tipo de cardo que puede convertirse en energía. Estamos cogiendo parcelas de dos hectáreas, las cercamos y las sembramos. Eso da una vida tremenda porque tienes que contratar al que siembra, al guarda, al que recoge y luego generar energía. Cuando se coloca un parque eólico en un terreno se paga un alquiler al propietario que puede vivir de esa renta ahora que los fondos europeos están descendiendo. Son todo ventajas. Y eso sin contar que se tienen que hacer nuevas conexiones a la red para evacuar toda la energía que produce una planta de renovables, y ya que se hace este esfuerzo pues se modernizan los tendidos eléctricos de muchas zonas rurales. Ya hemos hablado con la Junta en este sentido y nos hemos ofrecido para que, aprovechando nuestras instalaciones, se pueda llevar un suministro de más calidad a las zonas donde nuestro sector pueda desarrollar una actividad concreta. Las energías renovables pueden ser la salvación del medio rural.

-Sin embargo, y aunque usted lo presenta todo como muy ventajoso, se quejan constantemente de los problemas que les causa la lentitud de la burocracia, ¿cuánto tarda en hacerse realidad una gran inversión en energías renovables?

-Lo de la burocracia es tremendo. Un parque eólico, por ejemplo, no debería tardar más de tres años en estar funcionando después de las pruebas de viento y de los informes de impacto ambiental y de avifauna. Con tres años, que ya está bien para inversiones que superan en la mayoría de los casos los 50 millones de euros, nos conformaríamos, pero los problemas burocráticos elevan este tiempo a diez años en la mayoría de los casos por la inoperancia de las administraciones. Un miembro de Aprean me decía que había tardado siete y le he dicho que ha tenido mucha suerte. Todo esto hablando de inversiones que generan empleo y que son una garantía durante al menos 20 años. Porque un parque eólico no se puede mover en 20 años y el puesto de trabajo que se crea, casi siempre en zonas rurales, insisto, está garantizado durante ese tiempo para el ingeniero, para el biólogo, para el guarda, para todos. Podrá cambiar el trabajador, pero el puesto sigue siendo necesario. Pero es descabellado que inversiones que mueven este dinero y que generan esta riqueza se lastren de este modo. Estamos en crisis, estamos en una situación de emergencia y cuando esto ocurre hay que trabajar de día y de noche si hace falta para generar riqueza, para generar empleo.

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