Unicaja y Cajasur tienen una fecha para cerrar su protocolo de fusión: el 1 de enero de 2010. Ayer tarde arrancaron para esa meta, con la bendición del Banco de España a su proyecto de integración. Los servicios de ambas entidades pasaron a limpio el documento con los compromisos institucionales pactados en la tarde del lunes por Braulio Medel y Santiago Gómez Sierra, los dos presidentes que ayer acudieron a la Plaza de la Cibeles para solicitar el visto bueno del supervisor. El Banco había apremiado a la caja cordobesa a cerrar un acuerdo que acabara con su precaria situación de morosidad, liquidez y solvencia.

Desde que los consejos de administración aprueben de forma oficial el principio de acuerdo, comenzará un plazo de seis meses como máximo para que se haga efectiva la fusión, según marca la ley. Aunque la intención de las dos entidades es que este periodo se recorte y la nueva institución esté creada a comienzo del próximo año. Unicajasur será la denominación de la nueva caja, pero durante los dos primeros años coexistirán las marcas actuales.

La presidencia de la nueva entidad será ocupada por Medel y se crearán dos vicepresidencias ejecutivas, una en la que permanecería Manuel Atencia y otra que recaería en el Cabildo cordobés y que gestionará el negocio de Andalucía occidental. Las fuentes consultadas apuntan que la vicepresidencia eclesiástica recaería en el actual presidente de Cajasur, Santiago Gómez Sierra. La sede principal de la entidad estará en Málaga y en Córdoba quedaría una cosede, al frente de la cual estará un director general adjunto. Para este cargo suena el actual director de Banca Minorista, Santiago Cabezas, quien acompañó el pasado lunes en Sevilla junto a Gómez Sierra para cerrar el principio de acuerdo que sienta las bases de la fusión.

Las mismas fuentes señalaron que en esta cosede de Córdoba trabajarán entre 200 y 250 trabajadores. Los servicios que se establecerán en estas oficinas girarán en torno a la red comercial, riesgos y servicios financieros. Uno de los puntos más importantes del acuerdo reside en que la sede de la obra social de la nueva Unicajasur estará en Córdoba. Sobre esta entidad tendrá funciones plenas el vicepresidente ejecutivo que designe el Cabildo. Aparte, se creará una obra social que gestionará directamente la Iglesia. Ésta tendrá una asignación fija de ocho millones de euros y se quedará con la actual sede de Cajasur en Ronda de los Tejares de Córdoba, la Oficina Agraria, también en la citada calle, y el edificio del Santo Ángel, ubicado en la avenida del Brillante, una de las zonas más cotizadas de la ciudad. El valor de estos inmuebles estaría en torno a la mitad de los 70 millones demandados por la Iglesia en el principio de la negociación. En cuanto al Palacio de Viana, una de las propiedades más importantes de Cajasur, quedará en manos de la Diputación, que tendría que cerrar el traspaso del edificio a Unicajasur una vez forjada la nueva entidad. El acuerdo sobre las propiedades ha sido uno de los puntos más duros de la negociación.

En cualquier caso, fuentes de la cúpula de Cajasur indicaron que la vigencia en el tiempo de algunos puntos de este principio de acuerdo dependerá de la infinidad de flecos que hay que ajustar a partir de que comience el proceso negociador, a partir de septiembre. Además, los dos principales partidos, PSOE y PP, aún no han hablado. Y queda mucho por discutir de los aspectos económicos y financieros.

Unicaja y Cajasur intentaron ayer poner algo de sordina a la euforia generada sobre su fusión. Ambas entidades comunicaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que han avanzado en sus negociaciones pero no han cerrado aún ningún acuerdo formal. Las dos cajas emitieron un comunicado idéntico en el que admiten que han mantenido "contactos informales" para un posible acuerdo de integración. Pero califican de "prematura y poco prudente" cualquier interpretación que vaya más allá.

No se conocen las cifras que Unicaja había solicitado en el plan de viabilidad que realizó sobre esta fusión. Su análisis financiero y contable recogía un balance de la posición en el mercado de Cajasur, su fortaleza comercial, la calidad y efectividad de su dirección, además de aspectos tecnológicos, fiscales y laborales. En ese estudio se pedían ayudas tanto del Fondo de Garantía de Depósitos, como del recién creado Fondo para la Reestructuración y Ordenación del sector Bancario (FROB), pero la opacidad con la que Braulio Medel ha llevado todo el proceso no ha permitido conocer la cuantía de las ayudas reclamadas.

Las entidades fundadoras de Cajasur, el Cabildo y la Diputación de Córdoba, se sentarán en el consejo de la caja fusionada, con dos y un puesto respectivamente. La rama cordobesa de esta fusión tendrá un tercio de la representación en la asamblea general y el consejo de administración de la futura entidad. La Junta de Andalucía avanzó ayer, por boca de su portavoz, que está dispuesta a cambiar la ley regional de cajas para facilitar los acuerdos institucionales. El plan de estabilidad laboral pactado amplia los acuerdos actuales de prejubilaciones a los 60 años. En la reducción de oficinas no se ha profundizado: hay unas nueve mil y un solapamiento especial en las provincias Córdoba, Jaén y Málaga, las sedes principales de las tres cajas fusionadas. El plan de incentivos para las bajas pactadas se financiará con fondos del FROB.

Otros detalles de interés sobre esta fusión en marcha no podrán conocerse hoy en el consejo de administración previsto por Cajasur, porque ha sido suspendido hasta mañana por problemas de agenda. Los presidentes no paran de viajar: ayer llevaron el preacuerdo al Banco de España, y hoy harán lo propio con la consejera de Economía y Hacienda, Carmen Martínez Aguayo. A pesar de la cautela de su comunicado oficial, la hoja de ruta de este proceso está clara: el 1 enero nace Unicajasur.