Juan de dios García aguilera. director del conservatorio rafael orozco

"La utilidad de la cultura no se mide con criterios de mercado"

  • Asegura que en España "es muy difícil vivir sólo de la composición de música clásica" y considera que en Córdoba es necesario que el sector tenga "un mayor apoyo institucional"

Dejó los estudios de Derecho para dedicarse de lleno a la música -a una edad en la que según cree otros muchos estaban ya acabando su etapa universitaria-, un arte que descubrió después de que su abuelo le comprara una guitarra siendo un niño y que, según cuenta, aprendió a tocar de "oído". Juan de Dios García Aguilera (Madrid, 1959) es compositor y el actual director del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco. Cree más que necesario que se reduzca el 21% del IVA cultural de una vez por todas y también demanda que las enseñanzas musicales superiores tengan gestión propia y mayor autonomía. Confiesa que se dedicó al mundo de la enseñanza porque quería ser compositor.

-Lleva seis años al frente del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco, ¿qué balance hace de todo este tiempo?

-Para mí ha sido positivo porque la experiencia ha merecido la pena. Tenía una serie de objetivos cuando entré como director, como que el conservatorio mantuviera el nivel con el que yo me lo encontré y creo que en este tiempo ha mejorado; a mal no ha ido. Me he encontrado con unos colaboradores que no me esperaba y ha sido un acierto rodearme de este equipo directivo. Otro de los objetivos era implantar nuevas especialidades, como el Cante Flamenco, que era un reto. También quería mantener y propiciar la programación cultural de la ciudad, como el Festival de Piano Rafael Orozco y el Festival de Música Contemporánea.

-Además de dirigir el conservatorio, también es compositor, ¿cómo compagina ambas funciones?

-Sigo componiendo y mantengo las dos cosas. A nivel personal, me dediqué a la enseñanza de la música porque quería ser compositor. En este país es muy difícil vivir sólo de la composición de música clásica. Subsistimos de otra actividad que es la que nos permite en el tiempo libre dedicarnos a esta vocación.

-¿En qué se inspira?

-Me suelo inspirar en cosas cotidianas. Soy incapaz de hacer una obra sin tener el título primero. Para componer, tienes que tener unas capacidades no sé si innatas, pero sí un talento mínimo, como para cualquier otra actividad. No sé qué es exactamente. Una vez que tienes ese mínimo talento, luego hay que formarse y ponerle mucho pasión y empeño.

-¿Hasta dónde quiere llegar como compositor?

-Lo que busco es poder crear en libertad, con el máximo de libertad, y que lo que hago se pueda exponer públicamente, que eso no es siempre fácil. Realmente crear en tu casa no es tan complicado, el problema es a la hora de exponer la obra y comunicar con el público de una manera más dinámica y abierta.

-Su trabajo abarca un gran número de géneros, tanto de la música electroacústica como la instrumental, ¿con cuál se queda de los dos?

-Me gustan las dos. La electroacústica me da libertad porque es como la pintura. Al final la tengo grabada en el ordenador, la puedo perfeccionar y la puedo gozar personalmente. Para la instrumental se necesita un intermediario porque es efímera, la escuchas sólo una vez. Son dos mundos que están alejados entre sí.

-¿Cuál es el panorama actual de la música en Córdoba?

-La música en Córdoba tiene dos pilares. Uno de ellos es las actividad de la Orquesta de Córdoba, que ha superado el bache que tuvo hace dos años. Eso no significa que no vaya a costar llegar a los tiempos de antes de la crisis, pero ese riesgo de que se hablaba de su desaparición se ha pasado ya. El otro pilar es el de la educación musical. Los conservatorios mantienen su número de alumnos, tanto en el profesional como en el superior. Es verdad que cada vez entran menos alumnos por abajo, pero no sé cómo va a terminar esto. Los conservatorios han hecho mucho por la música en esta ciudad y en Córdoba siempre ha habido una tradición de programación cultural que en otras ciudades no ha habido. La música tiene futuro, pero no significa que tenga éxito. Aquí mantenemos la misma línea de trabajo y creo que será muy difícil que la música se extinga.

-En los últimos años han surgido nuevas orquestas en Córdoba, ¿creen que tienen proyección?

-Sí, han proliferado las jóvenes orquestas. En Córdoba está la Joven Orquesta, la Joven Filarmonía Leo Brouwer, la Camerata Capricho Español y la Orquesta del Conservatorio, pero son didácticas y no están como oferta cultural. En Córdoba hay músicos y tocan con buen nivel pero, al no ser profesionales, los miembros no pueden vivir de esto; todos tienen que buscarse la vida de alguna otra manera. No dudo de que esto les dará satisfacción personales e, incluso, que ganen algo de dinero pero no creo que les dé para vivir porque no encuentran otro tipo de ofertas.

-¿Cree que la oferta de estudios musicales en Córdoba es suficiente?

-Hay que enseñar a los niños a comprender la música y eso no quiere decir meterles un rollazo. Los chavales desde que están en el colegio aprenden y se familiarizan con todo lo relacionado con las artes pláticas y la música necesita algo parecido. No es que se sepan la teoría de toda la música, pero necesitan un contacto con ella y darles un instrumento para que pierdan el miedo y también experimenten. La música se tiene que entender desde primera hora; los niños deberían saber qué son las notas musicales. En la música profesional lo que se necesita es salir de la precariedad en la que se encuentra a nivel cotidiano. Tenemos presupuestos muy reducidos y somos una enseñanza equivalente a la Universidad, trabajamos con créditos ECTS, pertenecemos al Espacio Europeo de Educación Superior... pero si lo comparas con la Universidad se ven las carencias.

-Una vez que los alumnos concluyen sus estudios en el Conservatorio Rafael Orozco, ¿qué salidas profesionales hay en Córdoba para ellos?

-Algunos alumnos procuran hacer el máster fuera de España y alimentan el currículum de otras experiencias que no sean de las más cercanas. Una de las cosas que hay que hacer es abaratar la cultura, no puede ser tan cara y me refiero al 21% del IVA. Si no se abarata, la cultura no puede sobrevivir. Nadie hace una programación cultural a un precio tan caro, no te lo permiten. Hasta hace unos años había becas de muchas clases, la Junta tenía sus ayudas, pero todo eso está desapareciendo y los alumnos cada vez tienen menos oportunidades. Una de las demandas principales es bajar el IVA cultural, otra potenciar las agrupaciones culturales, como las orquestas sinfónicas, que necesitan reforzar sus plantillas, hay mucha interinidad; esas plazas se tienen que sacar a concurso porque no es por falta de músicos. Lo que necesitamos es que nos saquen de la estructura educativa. Somos la única enseñanza superior, como todas las artísticas -estamos en el nivel de la Universidad-, que está en la Consejería de Educación. Necesitamos que nos acerquen a la Universidad, tener un estatuto similar a ella, no podemos seguir como estamos. Y lo necesitamos para tener más autogestión, tener mayor autonomía, para también regirnos con criterios similares a los universitarios. Nuestros alumnos miran a la Universidad, comparan y no se puede soportar. Por ejemplo, cualquier biblioteca que hay en la Universidad es una biblioteca decente y la nuestra se parece a la de un instituto y no tenemos bibliotecarios.

-Y el propio conservatorio, ¿qué necesidades presenta?

-El conservatorio empieza a quedarse un poco pequeño, pero ese no es el problema porque tendría solución. El problema es que hace cuatro años que no podemos pintar el edificio porque los presupuestos no llegan y el presupuesto que tenemos es parecido al de un instituto. Necesitamos adecuar las instalaciones, rehabilitar el auditorio... Tenemos tres edificios y hay problemas de seguridad que nos gustaría resolver como en el edificio C, en la calle del colegio Santa Victoria.

-El conservatorio Rafael Orozco es el único centro andaluz superior donde se puede estudiar el currículo completo de la especialidad de Flamenco, pero ¿cuáles son las especialidades más demandadas?

-Los estudios superiores de Flamenco en Andalucía y la especialidad sólo se pueden cursar aquí. Entre especialidades e itinerarios son veinte: Composición musical, Flamenco en sus tres itinerarios de Flamencología, Guitarra flamenca y cante, Canto, Piano, Guitarra y los tres itinerarios correspondientes a los instrumentos sinfónicas. Entiendo que haya tendencia a pensar que la especialidad más demandada sea la Flamenco. Es exclusiva de nuestro conservatorio. Pero en realidad, no hay menor demanda en instrumentos sinfónicos que en Flamenco.

-¿Cree que la música necesita un mayor apoyo institucional?

-Sí y lo necesita también en el aspecto cultural y educativo. En el primero necesita que le quiten barreras, la cultura no puede ser un sector rentable porque por principio no puede serlo. Si la cultura se quiere rentabilizar se convierte en ocio y, sólo vas a ofrecer lo que la demanda te exija y la cultura no funciona así. La utilidad de la cultura no se mide con criterios de mercado. Habrá músicas que se venden solas y otras que necesitan la protección. Si no fuera así habría cosas como la poesía que no existirían porque sería algo minoritario y todo lo minoritario se eliminaría. Es más fácil vender un concierto de rock, que llena la plaza de toros, que un concierto de un coro de música sacra o un cuarteto de cuerda y, eso no significa que no tiene valor, pero sí que necesita apoyo.

-¿Considera que Córdoba ha rendido homenaje suficiente a Rafael Orozco?

-Rafael Orozco ha sido uno de los grandes pianistas europeos de la mitad del pasado siglo. Hizo una carrera maravillosa y que naciera aquí fue un privilegio. Rafael Orozco fue un gran intérprete, pero llegó a un momento en el que se tuvo que ir. En Córdoba se está reconociendo cada vez más y, hoy en día hay una noción de quién fue; pero tenemos más noción los cordobeses que los españoles. Desde aquí se ha hecho mucho por él, hay asociación, el conservatorio lleva su nombre... y todo eso ha contribuido a darle relevancia. Pero lo que hace falta ahora es conocer su obra, mucha gente sabe quién es pero no nadie lo ha visto tocar. Una de las cosas que se reivindica ahora es que se reedite su obra pianística.

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