El obispo de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, destacó ayer -durante la tradicional eucarístía que presidió en la iglesia del Juramento en conmemoración del día del Custodio- que Córdoba y San Rafael están unidos desde hace siglos "y no vamos a perder a San Rafael, ahora lo necesitamos más que nunca". Dirigiéndose a los cientos de asistentes que acudieron a la eucaristía, el prelado destacó que en el mundo de hoy "hay posturas" que pretenden eliminar a Dios y a la religión de la vida del hombre, "pero nosotros seguimos creyendo en Dios, que nos protege a través de San Rafael", apuntó. "Nos sentimos contentos de que San Rafael custodie y proteja a la ciudad de Córdoba", añadió el obispo de la Diócesis, quien insistió en que el Arcángel no se cansa de protegernos a todos, "creyentes o no", ara concluir con un "San Rafael, no abandones a esta ciudad".

La eucaristía tuvo su momento más especial en el momento del anuncio que realizó el rector del citado templo y consiliario de la Hermandad de San Rafael, Fernando Cruz-Conde -que concelabraba la eucaristía en nombre del Cabildo Catedral-, de la llegada a la misma de las reliquias de 14 mártires de la Guerra Civil que él mismo se había encargado de demandar. Estas 14 reliquias pertenecen a siete beatos franciscanos de la localidad de Fuente Obejuna, cuatro carmelitas de Montoro, dos cooperadores salesianos y una teresiana.

La eucaristía en honor a San Rafael que cada año se celebra en la iglesia del Juramento está organizada por la hermandad del Custodio, un colectivo que tiene entre sus objetivos inmediatos el de recuperar la salida procesional de su titular por las calles de Córdoba, algo para lo que es necesario e imprescindible, según han relatado en reiteradas ocasiones, que se incremente el número de hermanos.

La última vez que salió el Arcángel en procesión por las calles de Córdoba fue el 24 de octubre de 2012 y lo hizo de forma extraordinaria desde la Santa Iglesia Catedral camino de su iglesia del Juramento. Entonces, fueron miles los cordobeses que acompañaron al Arcángel en esa salida extraordinaria después de que llevara casi cinco décadas -concretamente 45 años- sin recorrer las calles de la ciudad.