Córdoba

Córdoba se vuelca con las Cruces en el día más grande de la Fiesta

  • Miles de personas se echan desde el mediodía a la calle para vivir de lleno por todos los rincones de la ciudad una jornada de sábado caracterizada por ser la más familiar de la cita

Sábado de Cruces. Día de marabunta en las calles para vivir de lleno la Fiesta, día en el que miles de personas están llamadas a hacer de la Fiesta de las Cruces una cita aún más grande de lo que es, en una jornada en la que la lluvia enseñó sus uñas a modo de caricia sobre las 15:00 con sólo unas tiernas gotas, una jornada que está caracterizada por ser muy familiar. Desde primera hora de la mañana, cuando aún no sonaba la música en las calles, niños y niñas vestidos de comunión aprovechaban para fotografiarse delante de esos monumentos hechos de flores que pueblan las calles en estos días. Ellos y sus familias querían inmortalizar el momento. Era el prólogo al día más grande de la Fiesta de las Cruces. "Este año también nos han dejado todo el domingo entero, por lo que tampoco estará mal el día", insistió el hermano mayor de la Hermandad del Calvario, Rafael Guerra. Esta hermandad tiene la cruz ubicada en la Malmuerta. Ya desde que empezó la música, a las 12:00, la cruz del Calvario se empezó a llenar de gente que durante todo el día no dejó de pedir esos singulares bocadillos de tortillas - a tres euros-, de lomo -a cuatro-, de jamón -a tres- o de queso -a cuatro-. Había quien se decantaba también por el plato de gambas -a cinco euros-, pero la especialidad de la casa este año son "el cartuchito de pescado, a cinco euros, o las croquetas de rabo de toro, a siete euros", tal como detalló el hermano mayor. Pasaban las horas y la gente seguía fotografiándose con una cruz a la que viste el piostre de la hermandad, Francisco Mira, "con margaritas verdes, clavellinas, helechos y alguna que otra planta más", detalló Guerra. Una cruz ubicada junto a la fuente de la Malmuerta y escoltada por macetas amarillas pobladas de los típicos geranios

El Calvario, que ayer tuvo a 16 personas en cocina y 14 en la barra -repartidas en dos turnos de mañana y tarde-, destina buena parte de la recaudación de la cruz a obra social, al igual que el resto de las cofradías de la Semana Santa que participan en la Fiesta, como por ejemplo, la del Caído. "Dedicamos una parte importante a obra social y otra parte a gastos de la hermandad", detalló el vocal de mayordomía de la Hermandad del Caído, Juan José Rodríguez. El Caído tiene ubicada su cruz junto al chimeneón de Ollerías, su lugar habitual. Una treintena de hermanos, el turno del paso del Cristo, se ocupaba al mediodía de ayer de atender cocina y barra mientras se iba llenando de gente ese lugar en el que la cruz vestida con claveles rojiblancos y adornada delante con un traje de luces, dos capotes y una fotografía de Nuestro Padre Jesús Caído pasando en procesión por delante del monumento a Manolete en Santa Marina, daba la bienvenida a la avalancha de personas que pasó durante todo el día por ella. "A todo el que viene por aquí se le da un trato muy familiar", incidió Rodríguez, "en este lugar tan cercano al barrio de los toreros [Santa Marina] con el que nos sentimos tan identificados en nuestra hermandad", sentenció. "Lo que más servimos es cerveza y después rebujito, mientras que lo que más éxito tiene en cocina son los pinchitos, los montaditos de lomo, las tortillas y el salmorejo", detalló el vocal de mayordomía de la Hermandad del Caído.

Al otro lado, bajando la Cuesta del Colodro, la cruz del Resucitado volvía a ser una de las más pobladas de las 52 que componen este año la Fiesta. La del Bailío no se quedaba atrás, mientras que algunos jóvenes, bastantes de ellos menores de edad, ponían en práctica la moda etílica de este año, el botellón ambulante. Bolsas de bebidas en mano, buscaban el lugar perfecto para no ser descubiertos por la Policía Local, resguardándose de multas que pueden llegar hasta los 180 euros por persona si los acaban pillando y que, en el caso de que sean menores, acabarán pagando los padres. Esas bolsas llevan botellas de Beefeter, como las que tiene la Hermandad del Cristo de Gracia -El Esparraguero- en su cruz en plena plaza del Alpargate, donde sirve copas de esa marca de ginebra a cuatro euros

"En nuestra cruz, como en nuestra caseta de Feria, nos caracterizamos por servir comida casera hecha por nuestras familias, como ocurre, por ejemplo, con nuestra tortilla", detalló el secretario de la hermandad, José Almoguera. De hecho, la cruz del Esparraguero es una cruz muy familiar, un lugar de encuentro para los hermanos de la cofradía. Un total de 15 personas por turno se ocupan en la barra de que no le falte nada a nadie. Esta hermandad dedicará entre un 20 y un 30% de la recaudación a obra social, según indicó el hermano mayor, Ricardo Rojas. "El 95% de la gente que colabora con nosotros lo hace con ese fin, con conseguir dinero para la obra social; muchos de ellos ni son hermanos ni les gusta el mundo cofrade, pero trabajan duro para ello", sentenció Rojas junto a una cruz vestida con "claveles rojos, que es nuestra tónica", resaltó el hermano mayor del Esparraguero, quien añadió que el exorno floral de la cruz lleva este año plantas "normales de Córdoba que cuida todo el año la familia Linares y que nos ceden para que las podamos lucir".

Enfrente -delante de la Biblioteca de Lepanto- se levanta otra cruz, la de la Hermandad de la Merced, vestida por Rafael Barón, y en la que no faltan rosas de pitiminí. "¿Quién mejor para vestir nuestra cruz que el presidente de la Asociación de Claveles y Gitanillas y hermano de la Merced?", preguntó a modo de afirmación el diputado de cultos y formación de la Merced, Manuel Jesús Sánchez. La de la Merced es la cruz familiar por excelencia. Sus sillas y mesas suelen estar llenas durante toda la jornada para degustar, sobre todo, "bolitas de flamenquín y tortilla de patatas casera, además de también los platos caseros de chorizo, japutas o patatas al pelotón", destacó.

Si la cruz del Esparraguero lleva ubicada en la plaza del Alpargate desde 1983, la de la Merced lleva seis años a las puertas de la biblioteca. Antes estaba en la zona del Zumbacón. La barra la sirven aproximadamente 45 personas entre bebidas y cocina. "El 50% de los ingresos que obtenemos con la cruz va destinado a obra social; atendemos aproximadamente a 54 familias de cuatro miembros en el barrio", incidió el diputado de cultos y formación de la Merced.

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