Córdoba

Con la Pascua en el horizonte

  • La imposición de la ceniza en la Catedral abre un periodo de 40 días de intensa vida cofrade en la ciudad. El Miércoles Santo también destaca por los vía crucis de la Merced y La Esperanza.

Miércoles de Ceniza.  Inicio de la Cuaresma; o lo que es lo mismo, 40 días de preparación hacia la Pascua. El ritual cristiano ordena comenzar este tiempo litúrgico con la eucaristía de imposición de la ceniza. Y como también manda el ritual, en la Catedral, el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, presidió ayer a primera hora de la mañana la correspondiente misa que sirve de pistoletazo de salida al tiempo de Cuaresma. En su homilía, el pastor de la diócesis recordó que "es tiempo de conversión y un tiempo en el que Dios ofrece gracias de perdón y su misericordia". Recordó que el Papa Francisco en el mensaje de Cuaresma, Misericordia quiero y no sacrificio (Mt. 9,13), "manifiesta que es Jesucristo el que viene a purificar y a adornar a su esposa la Iglesia, así como a prepararla para las nupcias pascuales". Lo que significa que "hemos de empezar y continuar viviendo el tiempo de Cuaresma hacia el encuentro de Jesucristo. La penitencia cuaresmal es como el que se está preparando para un encuentro gozoso como es la Pascua", afirmó.

"Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás" o "arrepiéntete y cree en el Evangelio" son las frases que suele decir el sacerdote en el rito de imposición de la ceniza y que se repitieron a lo largo del día en las distintas parroquias de Córdoba desde ese momento en la Catedral. Llamadas todas ellas a la conversión, a cambiar de vida con un sentido penitencial que se remonta al Antiguo Testamento, a tiempos remotos en los que los judíos se vestían de sayal y se cubrían de ceniza para rezar ante un acontecimiento importante.

Escenas del Nuevo Testamento, sin embargo, se revivieron gracias a distintos vía crucis que pusieron el epílogo a la imposición de la ceniza en parroquias como la de San Andrés o San Antonio de Padua. El primero de ellos estuvo dedicado a Nuestro Padre Jesús de las Penas. El Gitano, llevado por portadores, recorrió las calles al son de música de capilla. El itinerario marcado debía ser San Pablo, Santa Marta, la plaza de la Fuenseca, Juan Rufo, Imágenes, Isabel Losa, el convento de Santa Isabel de los Ángeles, la plaza de Santa Marina, Zarco, Rejas de Don Gome, Ocaña, Isaac Peral, Realejo y, de nuevo la plaza de San Andrés, para entrar en su sede canónica. Sin embargo, la amenazante lluvia hizo que ese itinerario no se cumpliera al cien por cien.

En San Antonio de Padua -el Zumbacón- todo fue más íntimo. La de la Hermandad de la Merced es otra manera de entender un vía crucis en lo que a continente se refiere, que no en lo que a contenido. No salió a la calle, pero se vivió con la misma intensidad la celebración en honor a Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas. La música la puso el Trío de Capilla de la Banda de Música Santa María de la Merced.

Pero no todo fueron vía crucis. Otra hermandad, la de la Misericordia, inició ayer un quinario en honor del Santísimo Cristo de la Misericordia, que se desarrollará hasta el próximo domingo 14. El quinario dará comienzo todos los días a partir de las 19:30 horas con la exposición del Santísimo, seguido del rezo del rosario. Durante el quinario, el Santísimo Cristo de la Misericordia será trasladado a la Catedral para presidir el Vía  Crucis  de las Hermandades del próximo sábado

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