Córdoba

Pepe Martínez abre el carnaval a la calle con un canto de amor a Córdoba

  • El histórico comparsista pronuncia un emotivo pregón acompañado por amigos en la parte musical para epilogar sus versos

El carnaval ya está en las calles de Córdoba. Y lo está después de que ayer, el histórico comparsista Pepe Martínez invitara a todos los cordobeses desde las tablas del Gran Teatro a sumarse a la fiesta de las máscaras hasta el próximo domingo de piñata. Lo hizo con un pregón que fue todo un canto de amor a Córdoba. Era su día grande y Pepe Martínez subió a las tablas después de que dos chirigotas infantiles -Los que saltan de azotea en azotea para que nadie los vea y Los elementos de los elementos- pusieran el prólogo a su pregón, un prólogo que coronó la chirigota de José Luis Romero Pizarro, a quien todo el mundo del carnaval cordobés conocía como Finito, fallecido el pasado año. Los amigos de Finito le realizaron un emotivo homenaje interpretando un pasodoble que, como dijo el maestro de ceremonias, el periodista José Antonio Luque, "nos tocó la patata [el corazón]" a todos los presentes en el Gran Teatro. Apenas se apagaron los ecos de las cuerdas de la guitarra y de las voces "que nacen de muy dentro", insistió Luque, "rendidas a la memoria de Finito", sus amigos le entregaron una placa de recuerdo a su viuda y a su hija, quienes también recibieron un cuadro con un retrato del desaparecido de manos de un hermano de éste. "Aprendan a respetar a nuestro amigo Finito", comenzaba ese pasodoble del corazón.

Tras ese emotivo homenaje, el comparsista cogió la coctelera de la alegría y también, en algunos momentos, de la nostalgia por montera -nació en el barrio de La Merced, barrio de toreros- para mezclar su vida personal, marcada por el amor al carnaval, a veces recitada, con actuaciones de amigos -no faltaron los incombustibles e históricos chirigoteros Castrati- que dejaron un sello musical en forma de pasodobles, coplillas o cuplés con emotivas letras que invitaban a la paz, a vivir cada momento de la fiesta en muchos de los rincones de la Córdoba más histórica. Emotivo fue el momento en el que hizo subir al escenario a su nieta Irene para convertirla en princesa del carnaval y obsequiarla con un ramo de flores. Y también fue emotivo el momento en el que le costó articular palabra al referirse a su madre, María Rodríguez. "Luchadora y tenaz donde las haya", dijo de ella Luque, quien destacó el papel que jugó en la vida del pregonero cuando su marido, el guitarrista Miguel Martínez, emigró a Madrid en busca de fortuna musical. "Qué voy a decir de ella, una santa mujer luchadora por sacar adelante a mi hermano y a mí...todo un ejemplo de sencillez y humildad", dijo el pregonero de su madre mientras se lo permitía la emoción animado por más de un "vamos Pepe, valiente" salido de la boca del respetable. La misma sencillez y humildad con la que él mismo hizo desfilar ayer por su pregón a históricos del carnaval cordobés, a personas que contribuyeron a incrementar ese amor por una fiesta que defendió a capa y espada lamentando los reveses que sufrió, como aquellos años en los que tras la Guerra Civil estuvo prohibida. Desfilaron Antonio Sánchez El Chinche, su primo Rafael Rodríguez Raigón, El Cobos...y volvió la emotividad con la carta del emigrante amigo Manuel pidiendo un trozo de tierra de Córdoba para besarla antes de morir. Y desfilaron rincones, muchos rincones de Córdoba, como San Lorenzo, la Fuente de la Piedra Escrita, Santa Marina, la Mezquita, el Alcázar Viejo...invitando a todos los presentes a llevar el carnaval a cada uno de ellos.

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