Marcial Gómez. Candidato por Córdoba de Ciudadanos al Congreso

"Si chocan los intereses del partido y los de la provincia, hay que irse a casa"

  • Procurador de los tribunales de profesión, ha dado el paso a la política convencido de que Ciudadanos es la mejor opción. Augura una legislatura de "parlamentarismo del bueno".

-¿Quién es Marcial Gómez?

-Pues un ciudadano cualquiera que un día decidió participar de la política harto de sufrirla.

-¿Por qué Ciudadanos?

-Mis primeros contactos con la política fueron en mi etapa universitaria en la Facultad de Derecho y en aquel momento tuve la ocasión de hacerlo, pero no me convencía ninguna de las opciones. Entonces lo que decidí fue ser un buen profesional. A lo largo de última década los políticos no han sido buenos profesionales, nos están decepcionando a todos y ese es el motivo que me ha llevado a cambiar de opinión y retomar la actividad pública. Ciudadanos me parece una opción muy sensata, tienen un programa para toda España, factible.

-Habla de los políticos en tercera persona.

-Fíjese que todavía no me considero yo un político, sino un ciudadano de la calle.

-Dicen de usted que es muy reacio a prometer nada, como es el caso de la comisaría, para la que sólo se compromete a trabajar.

-En ese tema es un partido político el que hace esa promesa desde el Gobierno, empeña la palabra de todos en ello y yo lo que intenté decir es que el Gobierno debe cumplir con la palabra dada. En Ciudadanos estamos cogiéndole el pulso a la sociedad, porque la gente está cansada de promesas vacías.

-¿Qué problemas arrastra Córdoba?

-Pues el déficit de inversiones tanto por el Gobierno central como por la Junta de Andalucía. Esa es la madre del resto de los problemas. Además, las propuestas de Ciudadanos son buenas para toda España y para Córdoba.

-Aclare lo del copago de servicios en sanidad y educación que se le atribuye a su partido.

-Ciudadanos es partidario de una sanidad y una educación pública y gratuita para todos. Ahora bien, lo que queremos es que se establezca un catálogo claro de prestaciones por igual en todos sitios, independientemente de la comunidad. Si esas comunidades quieren un plus, que puedan establecer un pago. Si alguien quiere ofrecer ortodoncia a los niños, que lo haga a través del sistema público con copago. Pero insisto, no somos favorables al copago ni lo proponemos.

-¿Es más fácil una campaña con un líder tan mediático como Albert Rivera, omnipresente casi en todos sitios?

-Pues en clave de generales, evidentemente. No podemos negarlo. Tenemos un líder que es el más valorado y eso es una ventaja.

-Se lo digo porque puede dar la sensación de que Ciudadanos es Rivera y poco más.

-Bueno, detrás de Rivera hay grandes profesionales: juristas, arquitectos, ingenieros... No tendremos experiencia política, pero sí profesional.

-¿El político debe tener un tiempo limitado?

-Nosotros proponemos que los mandatos sean limitados, a ocho años.

-¿Le causa cierta impresión el que pueda verse en poco más de un mes sentado en el Congreso de los Diputados?

-No voy a negar que sí, pero me quedo con la parte buena, con la gente que estoy conociendo y que me está enriqueciendo muchísimo.

-¿Cuál es su expectativa electoral para el 20 de diciembre?

-No tenemos suelo ni tenemos techo. Salimos a ganar las elecciones. Se vive con ilusión el ver que al menos hay cuatro opciones y que las cosas están muy parejas.

-¿Tiene la sensación de que en estas elecciones se enfrentan lo viejo y lo nuevo?

-Lleva usted parte de razón en la formulación de la pregunta. Entendemos que hay una vieja izquierda y una vieja derecha. En el caso de la vieja izquierda se ve un proyecto muy disperso, que no se sabe muy bien lo que quiere. Y la vieja derecha está agotada; defiende una reforma laboral, por ejemplo, que no ha dado frutos. Ahora tenemos estas fuerzas emergentes que se disputan un nuevo espacio político, en nuestro caso el centro, que ofrece cosas nuevas y que quiere coger lo bueno, venga de donde venga.

-¿En qué papel se ve usted si llega al Congreso?

-Va a ser una legislatura apasionante. Y me veo en un papel dialogante, sin enfados, y en el caso particular de la provincia, se ha echado en falta eso, el diálogo, a la hora de llevar la voz de Córdoba. Yo he hablado con otros candidatos y espero que podamos trabajar en sintonía.

-¿Y después de las elecciones, dónde se ve?

-Yo no me voy a trasladar a Madrid. Me quedaré en mi Córdoba y en la avenida de Barcelona, que es donde estoy bien. Pienso, y es una de nuestras propuestas, que los diputados tienen que estar en contacto con su electorado, con el votante. Que se reúna con ellos y le hagan propuestas. En eso me veo.

-¿Qué tiene que hacer un diputado cuando los intereses del partido no coinciden con los del territorio al que representa?

-Si choca el interés del partido y el de la provincia, volverse a su casa. Si antepone los intereses del partido a los de las personas a las que representa, está traicionando la voluntad popular que le han llevado ahí. Debería explicárselo a los electores e irse a su casa.

-¿No es usted demasiado drástico en esa afirmación?

-Hombre, eso es subsidariamente, porque lo primero que hay que hacer es pelearlo, pero si tu partido no te hace caso...habrá que dejarlo. Sin duda.

-¿Necesitamos políticos que no sean políticos?

-Creo que sí. Necesitamos personas que dignifiquen la actividad política, que presten un servicio público y que se vuelvan a sus trabajos luego.

-¿Qué le ha sorprendido de lo que lleva visto de Córdoba?

-Cabra. Es un pueblo que no conocía muy bien y su gente me ha llegado al corazón, aunque sin desmejorar al resto de municipios.

-¿Usted está convencido de que pueden gobernar?

-Ciudadanos quiere gobernar. Lo que ocurre es que con las encuestas que manejamos necesitaríamos de apoyos.

-Pero parece que eso a ustedes no les incomoda demasiado.

-No. En absoluto. A otros quizás porque todavía están anclados en el enfrentamiento, en el ¡y tú más! Nosotros hemos venido a cambiar la forma de hacer política. El equilibrio de fuerzas va a cambiar muchísimo y el diálogo tiene que imponerse. La próxima legislatura será la del parlamentarismo del bueno, que es lo que falta en este país.

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