Córdoba

El camino para ser toda una mujer

  • Una madre de Córdoba recauda fondos online para pagar la operación de cambio de sexo de su hija

"Ana, mi hija, es una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre", insiste Loli Jiménez. Como cualquier buena madre, tiene una meta clara en la vida, que su hija sea lo más feliz posible. Y tiene claro que esa felicidad pasa por liberarla de ese cuerpo masculino con el que a Ana, que ahora tiene 18 años, la engañó la naturaleza, un cuerpo que la tuvo confundida mientras todo el mundo la llamaba Arturo, nombre con el que fue bautizada. "Como niño siempre fue difícil, complicado, tanto que a los ocho años lo llevé al psicólogo y le diagnóstico distimia, algo así como que no sabía ser feliz", explica. "Con el tiempo me di cuenta del por qué de ese comportamiento de infelicidad constante, de estar peleado con el mundo", añade.

La vida de Loli ha sido dura. Madre de dos hijos, quedó viuda hace dos décadas. Después conoció a otro hombre con el que tuvo a Ana y a otra hija más. La pequeña vive en Córdoba con ella, mientras que Ana reside en Barcelona con su padre, del que Loli acabó separándose. Cuenta que en la familia todos han aceptado la condición sexual de su hija. "Desde muy pequeñita ya notábamos que era distinta, siempre prefirió jugar con cosas de niñas; el padre se empeñaba en comprarle cosas de niños, balones, juegos de playmóbil y esas cosas, pero ella prefería las barbies", indica la madre. "Desde muy pequeña, Ana siempre ha sabido que se encontraba en el cuerpo equivocado, pero la información que existía entonces complicó nuestro proceso de aprendizaje", añade. Aun así, Ana continuó creciendo e intentando adaptar su cuerpo a su identidad, sintiéndose constantemente frustrada, así como rechazada por sus compañeros de colegio y amigos. En su niñez y adolescencia, Ana probó el amargo precio social que la vida reserva a veces a quien es diferente. "Ha tenido que soportar muchas burlas en el colegio. Ha estado unos años mal, muy mal, lo que le llevaba a sentirse superinsegura, a estar siempre de mal humor", detalla.

Ese difícil estado de ánimo fue poco a poco, durante el último año, tornándose "en alegría", explica la madre, a la par que ella iba de manera lenta y continua sintiéndose más mujer. "La psicóloga le aconsejaba que fuese maquillada a la calle, haciendo esa transformación en mujer poco a poco. Ahora la veo más feliz; y es que no puedo llegar a imaginarme qué es vivir en un cuerpo equivocado, únicamente he visto sus consecuencias", sentencia Loli, quien lamenta que parte de la sociedad se comporte de forma cruel con personas como su hija. "Mi hija ha tenido y tiene que soportar, por su condición sexual, la burla e insultos de gente por la calle; y la verdad, tengo miedo a que alguien le pueda hacer daño físico", destaca. "Lo único que me da pena de esta situación es lo cruel que es la gente; si Ana hubiera sido sólo gay, pues genial, porque es algo más o menos asumido, pero a la sociedad le queda aún que asumir a este tipo de personas", añade.

Por todas esas vivencias y porque se le parte el corazón cada vez que contempla orgullosa el brillo de los ojos de su hija cada vez que se maquilla, puede comprarse un nuevo modelito o bien alzarse sobre unos tacones, Loli ha decidido luchar por hacer realidad "la necesidad" vital de Ana de ser una mujer en el cuerpo de una mujer. De momento esa lucha pasa por el enlace web https://caremaker.es/nc/fr/i/ayuda_a_ana_a_cambiar_su_cuerpo/, que pertenece a la firma de crowdfunding Caremaker, con la que ha iniciado una campaña de recaudación de fondos online para financiar la operación de cambio de sexo de su hija. El primer paso para hacer realidad ese objetivo marcado es que Ana se opere los pechos. "Hay momentos en los que me parece algo frívolo pedir dinero para la operación cuando estamos viviendo esta situación de crisis tan desesperada", asevera Loli. "Desafortunadamente, nuestra situación económica no es lo suficientemente relajada para poder afrontar el coste de la operación, que asciende a 7.500 euros. Soy pensionista y lo que cobro no da para mucho; es por eso por lo que pido ayuda a la gente; me vale con lo que cada cual pueda dar, por poco que sea", sentencia.

Ana comenzó a estudiar Comercio y ahora quiere empezar Enfermería Geriátrica, pero antes desea hacer realidad su sueño de ser completamente una mujer. "Al cumplir la mayoría de edad decidió dar el paso, y yo con ella", recalca la madre. Desde que la campaña está en marcha, Loli no deja de consultar la página web y de buscar vídeos por internet relacionados con este tipo de operaciones. También se interesa por personas que tienen la misma condición sexual que su hija, gente de la que se ha hecho amiga por las redes sociales. "Es gente que necesita sentirse apoyada, algo que en algunos casos no encuentran en sus propias familias; eso acaba por marcarles", puntualiza mostrando el perfil de Facebook de un conocido que, al contrario que su hija, nació niña y se ha transformado en chico. "Casos como el de mi hija no son aislados; hay otros niñas atrapados en el cuerpo de niños y niños atrapados en el cuerpo de niñas", apostilla esta madre que no esconde su temor ante la operación, aunque insiste en que tiene otro temor más grande, que alguien haga daño a su hija. "Sólo pido, como pido también para cualquier persona como ella, que la respeten, que la dejen ser feliz", concluye.

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