Desde ayer, el entorno de la Mezquita-Catedral está más vigilado que nunca ante la amenaza yihadista que mantiene a la ciudad en nivel de alerta 4 -riesgo alto-. El Cuerpo de Policía Nacional ha desplegado para ello a los efectivos cordobeses de uno de sus grupos más preparados en materia antiterrorista, la Unidad de Prevención y Reacción, también llamada UPR. Esos efectivos, arma larga en mano, mantienen una vigilancia permanente en la zona aledaña al monumento durante las 24 horas del día.

La Unidad de Prevención y Reacción está preparada para intervenir, de forma inmediata, ante acontecimientos inesperados considerados graves y prestando auxilio o defensa a los ciudadanos en catástrofes o calamidades públicas. Los funcionarios adscritos a esta unidad también realizan labores de protección de personalidades; colaboran con la Policía Judicial, Científica y de Extranjería; y ayudan a jueces y tribunales en lanzamientos y otras actuaciones judiciales.

El inicio de la intensificación de esa vigilancia se produjo el pasado viernes. Ese día, y también el sábado y el domingo, la Policía Nacional llevó a cabo ese operativo con los tradicionales coches patrulla, que recorrieron durante todas esas jornadas el casco histórico de la ciudad. A partir de ayer, de momento, esa vigilancia corresponde a dos equipos especiales de la Unidad de Prevención y Reacción, que suman aproximadamente unos 60 agentes. Según ha podido saber este periódico, la vigilancia policial antiterrorista se extiende también a las estaciones de Alta Velocidad (AVE) y de autobuses y a sus zonas aledañas.

Tras la reciente cadena de atentados de finales del pasado mes de junio en Túnez, Francia, Somalia y Kuwait, que en pleno Ramadán provocaron decenas y decenas de muertos, el Ministerio del Interior elevó en Córdoba -como también en otros puntos de España- el nivel de Alerta Antiterrorista del 3 -riesgo medio- al 4 -riesgo alto-, el más alto desde el 11-M y que supone "el máximo reforzamiento de los dispositivos de seguridad", tal y como destacó entonces el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Según estipula el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, el nivel cuatro o rojo supone, como está ocurriendo en Córdoba, una mayor vigilancia callejera, incrementando la presencia de agentes de los Cuerpos de Seguridad en las calles.

En este tipo de nivel se movilizan unidades especiales de intervención a infraestructuras esenciales e importantes, como es el caso de la Mezquita-Catedral y del casco histórico de la ciudad, y a aquellos lugares en los que se cuenta con una gran afluencia de personas.

Por encima del nivel cuatro sólo está el cinco, también llamado nivel negro o de riesgo muy alto. Según el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, en este tipo de nivel extremo, aunque las principales tareas corresponden al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil, el Ejército también recibe la comunicación del nivel de alerta para que incremente la protección sobre sus instalaciones. Además, en el caso de que los agentes de las Fuerzas de Seguridad tuviesen problemas para cubrir todos sus objetivos, los militares tendrían que colaborar en estas tareas realizando en esas zonas importantes y de gran afluencia de público la labor que está desempeñando ahora en la ciudad la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional. Según apuntaron ayer a El Día algunas fuentes, esta unidad especial continuará durante los próximos días esa vigilancia estática en el entorno de la Mezquita-Catedral.