Córdoba

Cuando Córdoba hierve de fe

  • Miles de devotos desafían a un calor asfixiante para vivir un acontecimiento único, la Magna Marina 'Regina Mater', en la que participan 25 vírgenes coronadas de la diócesis.

Córdoba hierve de fe. Miles y miles de almas se han dado cita en la ciudad atraídas por la devoción a distintas advocaciones marianas, que en el fondo es la misma. Ni siquiera, el asfixiante calor es capaz de rebajar un ápice ese tipo de sentimiento, el que esas miles y miles de almas profesan por alguna de las 25 vírgenes coronadas que participan en la Magna Mariana Regina Mater, un acontecimiento único que pone el broche de oro a las celebraciones del 775 aniversario del culto católico de la Mezquita-Catedral, como recuerda el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, poco antes de que la gran procesión entre en la carrera Oficial.

Cuenta la historia que la coronación canónica es uno de los ritos litúrgicos católicos, instituido en el siglo XVII e incorporado en el XIX a la liturgia romana, usado para resaltar la devoción por una advocación mariana. El origen de este rito se sitúa en el XVI, cuando los hermanos capuchinos, como culminación de sus misiones evangelizadoras, recogían joyas como símbolo de conversión y desprendimiento que fundían para confeccionar con ellas una corona para la Virgen.

La Carrera Oficial, situada en el entorno de la Mezquita-Catedral está sembrada de sillas, 11.000 en total, que esperan el paso de cada una de las imágenes. Las vírgenes han ido saliendo escalonadamente en el tiempo desde distintos templos de la ciudad hasta la Cruz del Rastro, punto desde el que cada una de ellas realizará su entrada en la Carrera Oficial. La primera en hacerlo, la Virgen del Carmen, que partió de su iglesia, la de San Cayetano. Esta talla, fechada en la segunda mitad del siglo XVII y coronada el 12 de mayo de 2012, ha llegado acompañada de la Banda de Música del Carmen de Salteras (Sevilla). La imagen cuyo palio está inundado de pétalos, luce para la ocasión distintos regalos de devotos, como un aderezo completo de oro y amatistas del siglo XIX compuesto por collar, pulsera, tiara, broches y pendientes; y una capa bordada en hojilla también del XIX para el Niño Jesús, que en su mano también porta un barco en filigrana de plata. Además, la corona, la misma de su coronación, lleva engarzadas 20 joyas de los siglos XVIII y XIX y la Virgen luce igualmente como novedad unas puñetas de encaje de bruselas y un ramillete de flores de talco del siglo XVIII en sus manos.

Después de la Señora del Carmen y también entre vítores, la Virgen de Linares recorre la Carrera Oficial. Ha salido de San Francisco y San Eulogio acompañada de la Banda de la Sociedad Filarmónica María Inmaculada, de Linares (Jaén), que como todas las bandas se quedará en la Cruz del Rastro, Alguien entre el público recuerda que esta talla anónima -realizada en madera de peral o cedro y de tan sólo 94 centímetros de altura- fue coronada el 14 de mayo de 2011 en la Santa Iglesia Catedral. Detrás de ella atraviesa el Triunfo de San Rafael María Santísima del Campo, de Cañete de las Torres, a hombros de 60 portadores y procedente de su sede cordobesa para la Magna, la parroquia de San José y Espíritu Santo, desde donde salió acompañada de la Banda de Música Tubamirum, también de Cañete. La Señora del Campo es una talla del XIV coronada el 4 de septiembre de 2010. Son ya las 20:15 y el calor no cede, como tampoco cede el entusiasmo de un grupo de palmeños que asiste al paso de María Santísima de Belén, coronada el 8 de mayo de 2010 y que ha llegado a la Cruz del Rastro con la Banda de Música de Nuestra Señora del Rosario, de El Cuervo (Sevilla). La Virgen de Palma del Río, realizada en 1937 tras haberse perdido una talla anterior durante la guerra civil camina apoyada sobre una peana del siglo XVIII con su corona de oro y brillantes. Los palmeños destacan la acogida que ha tenido la imagen en su sede cordobesa para la Magna, la parroquia de San Roque mientras el tono de los aplausos empieza a subir para acompañar el discurrir de María Auxiliadora, que ha dejado atrás la música que la acompañaba, la de Santa María de las Nieves, de Olivares (Sevilla). Ha abandonado por unas horas el patio del Centro Don Bosco en el que se encuentra desde septiembre de 1984 para no faltar a su cita con la Magna, por la que transita delante de Nuestra Señora de Gracia, de Benamejí, coronada el 8 de septiembre de 2007 y que ha partido de San Francisco y San Eulogio -a hombros de 60 portadores- con la Banda de Santa María de la Merced, y de la egabrense María Santísima de la Sierra, que ha hecho lo propio desde San Juan y todos los Santos (La Trinidad), con la Banda Musical de Cabra.

La Virgen de la Sierra va adornada con nardos y orquídeas portada por 36 almas. "El manto que lleva, de color marfil, es una joya, el mejor que tiene, se lo confeccionaron las monjas agustinas", incide el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de la Sierra, Antonio Cano. Cuentan las crónicas de la época que la coronación de esta imagen , el 4 de junio de 2005, fue la última del pontificado de Juan Pablo II. Ese día asistieron al acto más de 15.000 personas. "Es muchísima la devoción que se le tiene en toda la Subbética; durante ocho siglos la han visitado personas de muchos de los pueblos de la comarca y de otros puntos de la provincia", relata el hermano mayor. La Archicofradía ha decidido agradecer esas visitas centenarias en su viaja de ida y vuelta a Córdoba. En la ida pasó por Priego de Córdoba, Luque, Zuheros, Doña Mencía, Nueva Carteya y Zuheros y a la vuelta pasará por Montemayor, Montilla, Monturque y las Huertas Bajas. Los vivas se confunden unos con otros, mientras suena una y otra vez la música de la Orquesta Sinfónica de Algeciras (Cádiz) bajo la batuta de Juan Carlos Ocaña. Es el turno de Nuestra Señora del Socorro, talla del siglo XVII atribuida a la escuela granadina que avanza hasta la Santa Mezquita Catedral desde su ermita, lugar desde el que la música la ha ido poniendo la Asociación Cultural Maestro Agripino Lozano de San Fernando (Cádiz). Su paso es barroco en forma de corona de la que cuelgan pequeñas campanitas. Los abanicos se mueven al compás del Socorro, como queriendo espantar a un calor que no quiere irse y que sienten también los 48 portadores que llevan a ritmo pausado a Nuestra Señora de la Antigua y Piedad, de Iznájar. Una joven no puede evitar tocar el manto de la imagen -coronada el 8 de Septiembre de 2000-, un manto de color burdeos labrado en oro, con el que ha partido de la iglesia de Santa Marina de las Aguas Santas. Tras ella, Nuestra Señora de los Remedios, de Aguilar de la Frontera, en un desfile muy solemne, como el que ha traído desde la parroquia de San José y Espíritu Santo con la Banda Municipal de El Carpio.

La titular mariana de la Hermandad de la Veracruz va precedida de un pequeño crucificado. Los vivas se van sucediendo aquí y allí al compas del batir de abanicos. La levantá que realizan sus costaleros justo debajo del Arco del Triunfo es impresionante, tanto el contraste de su gran manto negro con las flores blancas que adornan su paso. No hay tregua para el descanso. Tras la aguilarense atraviesa el Arco del Triunfo Nuestra Señora de la Estrella, de Villa del Río, coronada canónicamente en 1995. Llega de San Hipólito, desde donde ha sido acompañada por la Banda Musical Puente Romano. "¿Después de esta Virgen viene la de los tiros?", le pregunta una joven a su pareja. "Sí, la de Veredas. En la guerra le pegaron dos tiros, uno en la frente, que se le ve, y otro que le rozó el rostro; y fue un milagro que la cabeza no saltara hecha añicos", le contesta él echándole un vistazo a la guía que lleva en la mano, junto unos segundos antes de que aparezca la Patrona de Torrecampo, coronada canónicamente el 30 de abril de 1995 a hombros de 44 portadores en el justo momento en el que empieza a caer la noche. Llega de la iglesia del Juramento, desde donde partió con la Asociación Musical Guadarroma. Tras ella, María Santísima de la Soledad, de Priego de Córdoba, desde la Basílica de San Pedro. Lleva 84 portadores y su manto es negro. La noche realza aún más el claro exorno floral que lleva. Como la noche y los vivas realzan también el paso de Nuestra Señora de los Ángeles, de Hornachuelos, imagen que ha dormido durante los últimos días en la parroquia de San Nicolás de la Villa.

El calor empieza a aflojar y los vivas a subir cuando quien se convierte en protagonista es Nuestra Señora del Rosario, de la Hermandad de la Expiración, que partió de San Pablo y que está coronada canónicamente desde 1993. "Lleva una saya blanca por primera vez en procesión, una saya que fue donada por Fray Ricardo de Córdoba", detalla Rafael Cuevas, el piostre de la Hermandad. "La Virgen lleva los colores blanco y negro en honor a los dominicos, ya que la iglesia de San Pablo la fundaron los dominicos", insiste. Está exornada por 1.500 flores, entre rosas, rosas de pitiminí y peonías y alrededor de los respiraderos de su paso lleva rosarios hechos de flores que van moviéndose. "Lleva la única corona de oro que sale en procesión en la Semana Santa de Córdoba", destaca el piostre.

Tras la Virgen del Rosario y con paso firme hacia la Mezquita-Catedral discurren la Santísima Virgen de la Salud, de Castro del Río, que fue coronada el 16 de julio de 1989, y Nuestra Señora de Villaviciosa. La primera partió de la Iglesia Hospital Jesús Nazareno y la segunda de San Lorenzo. "Desde el siglo XV, Nuestra Señora de Villaviciosa tiene hermandad en la parroquia de San Lorenzo", relata Martín Pedregosa. "La Virgen coronada en 1988 que es la Patrona de ese municipio data del siglo XVIII y es una copia de la imagen primitiva que preside el altar mayor de la Catedral de Córdoba", relata. "Luce sobre paso de plata, porta manto bordado y ráfagas de plata", añade.

La noche está más cerrada y los abanicos empiezan a aletargarse al paso de la Purísima Concepción, de Puente Genil, que partió de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz. Tras esta talla anónima coronada el 14 de mayo de 2011 y que tan sólo tiene 94 centímetros de altura caminan la pequeñísima María Santísima de los Remedios, de Villafranca, que ha dormido durante los últimos días en la iglesia de San Miguel, que fue coronada en 1986 y que data del siglo XVI; y María Santísima de la Cabeza, de Rute, "una imagen del siglo XVII, que fue coronada el 9 de mayo de 1986 por el obispo José Antonio Infantes Florido", detalla el expresidente de la Hermandad Zacarías Jiménez. "Su trono es en forma de carroza cincelada a mano y lleva el manto bordado en terciopelo fino y en oro por la reverendas Madres Adoratrices de Córdoba", añade el expresidente.

Cuatro años antes fue coronada María Santísima del Castillo, de Carcabuey, la siguiente imagen en recorrer la Carrera Oficial. "Fue el 5 de septiembre de 1982", explica su hermano mayor, Joaquín Sicilia, quien veló a la imagen, como muchos de sus vecinos, en la iglesia del Salvador y Santo Domingo de Silos, al igual que hicieron los hermanos de María Santísima del Valle, de Santaella, en la iglesia de San Lorenzo, o la Asociación de María Auxiliadora de Montilla, en la iglesia de Santa Victoria. "María Auxiliadora fue coronada el 14 de mayo de 1950; es una talla de madera de los últimos años del siglo XIX, y no ha salido en procesión desde ese año de su coronación; en su lugar sale una réplica de escayola", insiste la presidenta de la asociación montillana, Encarnación Gásquez.

Cuando el calor pretende quedarse para acompañar la noche cierran el cortejo -a lo grande- las dos señoras de Córdoba, la Virgen de los Dolores -coronada en 1965- y la de la Fuensanta -en 1994-. Las señoras se alejan entre vítores y aplausos y la sensación de haber vivido una grandísima jornada mariana en el que las calles de la ciudad han estado engalanadas al paso de las imágenes marianas .

En el palco de autoridades, presidido por el obispo de Córdoba y situado a un costado de la Mezquita-Catedral, estuvieron presentes representantes eclesiásticos, de la Agrupación de Hermandades y Cofradías y del Ayuntamiento, entre otras instituciones, mientras que numerosos alcaldes acompañaron en el cortejo a las virgenes de sus municipios. Este el caso, por ejemplo, de Félix Romero (Cañete de las Torres), José Antonio Ruiz Almenara (Palma del Río), Francisco Juan Martín (Aguilar de la Frontera), Antonio Ruiz (Rute y recién elegido presidente de la Diputación) o Fernando Priego (Cabra)

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