Con el lema "no te lo puedes perder, volverás a soñar" se presenta este año a la Feria el Gran Circo Alaska, un espectáculo itinerante que según comentó ayer el presentador del evento, Oscar Romero, viene cargado de novedades hasta tal punto que ha cambiado todo su diseño de producción y la función es totalmente inédita en la capital cordobesa. Los artistas que participan, además, también son nuevos.

El espectáculo circense, que se está celebrando durante estos días en el estadio de fútbol Enrique Puga, comenzó su primera representación en esta edición el pasado 15 de mayo y durará hasta el próximo domingo. En total, sumando los directores técnicos y los artistas que participan, son más de cien personas las que trabajan conjuntamente para que todo transcurra según lo previsto en las dos sesiones que se celebran diariamente, exceptuando los sábados y domingos, que se organizan tres.

El Gran Circo Alaska, que se ha convertido en una de las citas ineludibles de este mayo festivo y lleva ya acudiendo a la capital cordobesa durante siete años, ha constituido para este año un repertorio con el que, en palabras del presentador del espectáculo, se ha pretendido "innovar, cautivar tanto a los niños como a los adultos, y sorprender a este maravilloso público cordobés".

La función, que dura más de dos horas, engloba varias actividades como espectáculos con tigres de bengala y elefantes gigantes que, debido a su tamaño, suelen llamar mucho la atención del público. También se realizan funciones de contorsionismo y de acrobacias con el famoso aro aéreo. Además, este año tampoco ha faltado a la cita la exhibición del Hombre Láser -que se estrenó el año pasado en Córdoba- en el que un artista crea un espectáculo tecnológico en el centro de la carpa subido sobre un podio negro en el que recaen numerosos puntos de láser. Por último, la función también cuenta con el top internacional de los payasos, que se encargan de arrancar risas entre los más pequeños.

En definitiva, un arsenal de diversión que, según subrayó ayer Romero, "funciona como una fábrica de sueños donde el objetivo es constituirse como el mayor espectáculo del mundo y y entretener de forma espectacular la vida de las personas de todas las edades para que la experiencia conjunta en familia sea positiva".

Los precios de las entradas oscilan en función de la posición del asiento. En Tribuna, por ejemplo, cuestan cinco euros para los niños y diez para los adultos.