El calor pide a gritos vacaciones. Con estas temperaturas, ¿quién no está pensando ya en hacer las maletas? Los viajes al extranjero son una de las actividades preferidas de los andaluces en verano, y cada vez son más los que se aventuran más allá de nuestras fronteras. Pero viajar al extranjero entraña algunos riesgos, que se pueden minimizar con una buena preparación antes del viaje.

La regla de oro es, cuanto más lejos, con más antelación hay que empezar a prepararse, especialmente si el contraste climático va a ser grande. Para determinados climas y regiones hay que empezar a informarse meses antes de los requerimientos de vacunas, porque las vacunas llevan su tiempo y algunas se ponen en múltiples dosis que deben administrarse en intervalos de varias semanas. Vacunarse es imprescindible no sólo por nuestra propia salud sino porque, en algunos países, no nos dejarán pasar de la frontera si no acreditamos que tenemos las vacunas adecuadas. Una ojeada de la web del Ministerio de Asuntos Exteriores y una visita al hospital con unidad de medicina tropical más cercano son irrenunciables.

¡Los visados! La Unión Europea y el espacio Schengen nos tienen mal acostumbrados y tendemos a olvidar que en la mayor parte del mundo aún necesitamos visados. Esto requiere consultar en el consulado o embajada de cada país en el que deseemos entrar y contar con que, según el país, pueden pasar meses desde la solicitud hasta la obtención del visado.

Al tramitar los vuelos es recomendable informarse de la ruta a seguir hasta la ciudad de destino. Si es un vuelo con escala sería positivo mirar por Internet cómo es el aeropuerto en el que se va a realizar la parada, el camino a recorrer de una puerta de embarque a otra (¿están en la misma terminal?, ¿son dos aeropuertos diferentes en la misma ciudad?) y la duración de la escala, para asegurarnos de que el transbordo es viable en el tiempo del que disponemos.

Conviene comprobar, al comprar el billete, cuáles son las condiciones de la aerolínea, en caso de imprevistos, para realizar un cambio de fecha, hora o clase de vuelo y cuál seria el importe de la comisión.

Incluso para los más aventureros, es de sentido común tener el alojamiento reservado para al menos los dos o tres primeros días. Conviene darse un margen para aterrizar, aclimatarse y, en su caso, recuperarse del jet lag antes de empezar a preocuparse de “dónde dormiremos esta noche”. Foros y blogs pueden ser una buena fuente de información sobre las particularidades del destino elegido y de recomendaciones de alojamientos.

A veces ocurre que nos acostumbramos a volar siempre con la misma compañía y olvidamos que cada una tiene sus propias reglas en cuanto al equipaje máximo permitido y a su distribución (¿un bulto de 23 kg, dos de 15kg?). Aunque parezca una obviedad, hay que recordar que en viajes con vuelos a bordo de varias compañías hay que cumplir las reglas de todas ellas. En cuanto al extravío o robo de equipajes, el embalaje de la maleta no garantiza nada pero puede ayudar a disuadir a los dedos largos. Si el extravío es culpa de la aerolínea, conviene reclamar.

Es importante conocer las precauciones higiénicas y sanitarias pertinentes en los países que visitemos porque las vacunas no nos protegen de todas las enfermedades. Las probabilidades de caer enfermo son remotas, pero es importante conocer los riesgos, porque una diarrea sin importancia puede arruinarnos un viaje o buena parte de él. Un buen seguro de viaje con repatriación en caso de enfermedad puede ser recomendable. Que un pariente o amigo cercano que no vaya en el mismo viaje guarde copia de la documentación del seguro no está de más para ir más tranquilos.

Antes de cada vuelo conviene mirar el correo electrónico por si la compañía nos hubiese avisado de un cambio de hora. A pesar de toda precaución, los retrasos y cancelaciones a veces ocurren. En esos casos, los pasajeros tienen derecho a reclamar. No es mala idea consultar a qué indemnización se tiene derecho antes de meterse en papeleos. Flightright tiene una calculadora de indemnizaciones en su página web con la que se puede consultar fácilmente.

Para las personas que no entienden de puntualidad, existen herramientas que permiten evitar molestas aglomeraciones a la hora del check-in. Muchos teléfonos incluyen ya la opción de validar el billete sin esperar en los mostradores de la compañía. Esto agiliza los tiempos de espera y contribuye positivamente frente a posibles retrasos.

El día del vuelo, antes de salir de casa, hay que asegurarse de que se lleva toda la documentación a mano (pasaportes, número de teléfono de incidencias y número de póliza del seguro de salud, reservas y dirección de los alojamientos). En vuelos internacionales se recomienda llegar 3 horas antes al aeropuerto. Esto puede parecer exagerado pero es fundamental cumplirlo sobre todo para vuelos que pasan por Estados Unidos, en los que se multiplican los controles previos.