Mayo festivo

Novedades de una fiesta única

  • Cuatro Patios se incorporan este año a la ruta oficial, de los cuales dos nunca habían participado en ediciones anteriores. La Universitaria se ha encargado de abrir el recinto ubicado en Samuel de los Santos Gener 5.

Medio de centenar de recintos participan en esta nueva edición del Concurso de Los Patios de Córdoba, que abren de nuevo sus puertas, tres años después de haber sido declarados por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, para volver a presentar sus encantos a miles de turistas y cordobeses que durante estos días caminan por doquier sobre las empedradas calles de esta ciudad milenaria. A estos, además, hay que añadirle 13 enclaves que aunque no participan en el Concurso forman parte de la ruta oficial ofrecida por el Ayuntamiento, lo que suma un total de 63 patios, o lo que es lo mismo, 63 visitas imprescindibles. De todos estos recintos, 52 repiten este año, siete se han descolgado y cuatro se han incorporado a la ruta, dos de ellos por primera vez en su historia y otros dos después de varios años sin participar. La vida es cambio, y por supuesto, los Patios también.

Alvar Rodríguez es una de las paralelas a Jesús del Calvario y está situada en el castizo barrio de San Lorenzo. Este año, al tradicional recinto situado en el número 11 de esta calle, que ha sido reconocido en varias ocasiones con algún que otro accésit y premio al patio singular, se le une otro en el número 8, apenas situado a unos metros del mismo. Este es el único Patio de Córdoba que se incluye dentro del concurso oficial y que este año participa por primera vez en la historia del certamen. La casa data de comienzos del siglo XVII y fue comprada hace diez años por la actual propietaria y cuidadora, Ángela Gómez, quien adquirió el inmueble prácticamente en ruinas y consiguió aplicarle una reforma prácticamente integral. No obstante, el recinto, que participa en la modalidad de arquitectura moderna, mantiene aún cierto aire añejo que lo hace especial, de hecho, en él se conservan algunos elementos antiguos como una vieja gramola que pertenecía a la anterior propietaria. A pesar de que el recinto ha estado bastante cuidado durante los últimos años, según explica su actual dueña, este año ha decidido dar el salto y "ha sido un auténtico honor", porque "siempre me ha fascinado la idea de que los propietarios y cuidadores abramos nuestra casa al público, me gusta conversar con la gente, explicarle cosas", señala. Ángela lleva dos décadas ejerciendo como florista en el barrio de San Lorenzo, y su amplio conocimiento sobre el mundo de las flores y plantas se evidencia en un Patio que cuenta con una gran diversidad de elementos florales: desde claveles de aire y rosas de Jericó hasta un rododendro y un dragó traído de las propias Islas Canarias -posiblemente, el único de todo el certamen-.

Apenas cinco minutos a pie de este recinto, junto a la iglesia del Juramento de San Rafael, destaca otro enclave que aunque no participa en el Concurso ha entrado por primera vez en su historia dentro de la ruta oficial de Patios establecida por el Consistorio, y es, sin duda alguna, otra de las paradas obligatorias para los amantes de este mundo. Tradicionalmente, ha sido una casa habitada por los sacristanes de la iglesia del Juramento, estuvo diez años abandonada, y lleva otros tantos habitada por Rafael Monte, uno de los hermanos de San Rafael que, entre otras personas, promovió la iniciativa de inscribir este recinto en el itinerario oficial. Posiblemente, sea uno de los más peculiares de Córdoba, de hecho, el enclave está conformado por dos zonas diferenciadas y partidas por una pequeña capilla presidida por una Virgen de Fátima, que fue bendecida por el actual obispo de Córdoba a finales de marzo. Uno de los dos patios, de forma triangular y construido a dos alturas, alberga una palmera que, según cuenta Rafael, creció sobre los tejados abandonados de la propia iglesia antes de que fuera reformada.

Junto al barrio de San Agustín, en la calle Mariano Amaya número cuatro, ha regresado uno de los veteranos, y lo ha hecho con aires renovados, "partiendo de cero", según indica una de sus cuidadoras. El patio comenzó a entrar en el certamen en la década de los noventa y pertenecía a Antonio Almenara, fundador de la asociación Claveles y Gitanillas. Tras su fallecimiento, el recinto estuvo varios años abierto de forma interrumpida. Durante los últimos cuatro años ha estado cerrado durante la Fiesta de los Patios, pero en 2014, la esposa de Almenara, Marina Muñoz, recibió la insignia de la Gitanilla de Oro, un reconocimiento que le dio el empujón que necesitaba para volver a abrir el recinto. Presenta macetas pintadas de color rojo -a diferencia de otros años-, una colección de plantas aromáticas y una pequeña bodega situada en una de las esquinas y decorada con elementos antiguos que se constituye, en palabras de la cuidadora, como "la insignia" del recinto.

En uno de los muchos recónditos lugares de la Judería, en la calle Samuel de los Santos Gener número 5, vuelve de nuevo a la palestra otro de los grandes, un Patio que dejó de participar en el certamen hace más de una década después de haber estado veinte años abierto al público y haber conseguido, incluso, el primer premio del Concurso en la década de los ochenta. El recinto, que estuvo deteriorado durante estos años por algunos problemas de humedades, pertenece a la parroquia del Sagrario, y ha sido cedido a la hermandad de Universitaria, quien se ha encargado de su cuidado. Su hermano mayor, Miguel Rodríguez, se muestra bastante alegre por haber puesto de nuevo en marcha este patio barroco porticado en el que destaca una magnífica hortensia y un mandarino que acapara buena parte de las miradas de los turistas.

Las novedades, además, también han llegado a algunos de los recintos institucionales, como en el patio del Museo Arqueológico o en el de la casa Romero de Torres, propiedad de la Diputación de Córdoba, que ha sido abierto por segundo año consecutivo y en esta edición estrena el acondicionamiento de la planta baja del pabellón este, conocido como lavadero, en el que se expone una selección arqueológica de ocho piezas de la colección Julio Romero de Torres. Durante el acto de apertura, que tuvo lugar durante la mañana de ayer, el vicepresidente primero de la institución provincial, Salvador Fuentes, subrayó el compromiso de la Diputación de rehabilitar en su totalidad este espacio, e insistió en el deber de las instituciones públicas de "poner en el mundo el nombre y la imagen de Julio Romero de Torres".

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