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Mayo a la vista con éxitos y retos

  • Turismo. Los primeros meses del año demuestran que la evolución de la ciudad es innegable, pero todavía hay debates e iniciativas por desarrollar que a menudo se silencian

V UELVE mayo, que ya se ve en el horizonte a apenas cinco días de distancia. Mes emblemático por estas tierras, donde no se le puede comparar con cualquier otro. Por supuesto, una fiesta de y para los cordobeses, pero que en los últimos años se ha convertido también en un reclamo brutal en lo que se refiere al turismo. Y no hablo de décadas, sino de apenas unos lustros, porque el impacto de estas celebraciones ha crecido en el siglo XXI de tal modo que sólo comparar el Mayo del año pasado con el del año 2000 deja evidentes diferencias. En una ciudad en la que casi todos tendemos a subrayar a menudo los muchos males que nos lastran, también conviene reconocer pues que en el aspecto festivo y turístico muchas cosas se han hecho bien. Las estadísticas están ahí para demostrarlo, porque no se puede decir que Córdoba haya crecido en estos aspectos al mismo nivel que otras ciudades similares. Su ritmo de avance es más amplio e incluso comienzo a pensar que la crisis que le ha venido al pelo a la hora de atraer a un turista nacional que, dadas las apreturas y los temores que se han registrado, ha tenido que buscar destinos próximos para reducir gastos. La ampliación de la red AVE, por supuesto, también ha colaborado.

Mayo llega en todo caso en este 2015 bajo las mejores condiciones. La magnífica Semana Santa, una de las más brillantes que se recuerdan dado el aluvión de gentes y la benigna climatología, sirvió de preámbulo, de piedra de toque. Luego han ido llegando los datos oficiales del sector, que confirman que el comienzo del año en lo turístico ha sido bueno. Los datos dejan avizorar en ese sentido que 2015 puede volver a ser un año de récord después de que 2014 dejase los mejores resultados históricos desde que existe este tipo de contabilidad. También la Encuesta de Población Activa, la célebre y tan temida EPA, demuestra que el sector servicios lidera la creación de empleo y con su fuerza ha permitido que la provincia siga en registros positivos, aunque sean moderados, a pesar de que otro sector tan potente como la agricultura no esté teniendo su mejor comienzo de curso con cosechas decepcionantes en ámbitos tan decisivos. O sea, que el comercio y la hostelería son ahora mismo los espacios de negocio más vigorosos, y en eso el turismo es fundamental aunque no quepa duda de que una recuperación general tendrá que pasar por narices por el resto de sectores, que son esenciales.

En cuanto a Mayo, que es a lo que iba, lo que a uno le preocupa es que con el éxito exista esa tentación tan sublime de no admitir que todavía hay campos en los que queda camino por recorrer. Me refiero en concreto al civismo, cuestión en la que todavía, y pese a algunos avances, existen evidentes fisuras. Y no hablo sólo del botellón, un asunto que a veces colapsa el debate al respecto y del que algunos no quieren hablar en un ejercicio de infantilismo sumo, sino de la existencia de una conciencia colectiva que entienda en profundidad lo que Mayo significa para el futuro de la ciudad como escaparate de su historia y también de su imagen actual. No entiendan con esto algo así como a que en las fiestas se deba tender hacia la uniformidad tradicionalista, sino a que en los tiempos de las redes sociales ya no queda espacio para que algunas actitudes lamentables no se conviertan en algo público y viral. La basura que cada noche quedaba en la calle durante la Semana de Pasión una vez que se recogían las procesiones es un buen ejemplo de que falta concienciación en la sociedad, de que no se entiende la importancia de ciertas cosas. De ahí que no se deba esquivar este debate, sino afrontarlo de forma mesurada y optimista en busca de soluciones que a medio plazo vayan suponiendo mayores avances de los hasta ahora conocidos. Se debe hablar del botellón y se deben hacer esfuerzos inversores en campañas de concienciación que hagan comprender a la ciudadanía que Mayo no es sólo un mes para disfrutar de la fastuosa primavera cordobesa sino un tiempo en el que cada cual debe poner lo mejor de sí mismo para demostrar que Córdoba está a la altura del interés que suscita. Cada uno de un modo tenemos responsabilidad. Y no se trata de ganar el premio a la calle mejor engalanada como en el franquismo más ñoño, sino de defender un atractivo que debe alumbrar a la ciudad en ese proceso en marcha de recuperar la senda de progreso constante que a menudo se nos ha extraviado. Y se puede lograr.

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