Antonio Rivera. Presidente de Cruz Roja

"Quiero creer que en España se ha aprendido con la crisis"

  • Defiende la misión de la institución humanitaria, que es "aliviar el sufrimiento", y sostiene que tras la recuperación económica "no se va a volver al estado de buena de esperanza de antes".

INSISTE en destacar una y otra vez el trabajo de los voluntarios de la entidad y subraya que ante todo "lo importante son las personas". Antonio Rivera (Córdoba, 1952) está al frente de Cruz Roja, un cargo desde el que ha tenido que hacer frente a una avalancha de peticiones de ayuda desde el inicio de la crisis. Relata que cada caso que llega es diferente y , por ello, defiende la atención integral de cada persona que acude hasta la entidad.

-¿Por qué decidió formar parte de Cruz Roja?

-Empecé en el año 2000 de voluntario. Quería dedicar parte de mi tiempo a hacer una acción voluntaria. Fui a la Asociación Española Contra el Cáncer y a la Cruz Roja y, desde entonces, soy voluntario. Cuando llegué me dijeron que lo mejor, quizás por mi edad, sería que prestara servicio con los mayores y estuve cerca de cuatro años en Las Moreras y Las Palmeras visitando, como yo digo, a mis niñas; la más joven tenía 75 años. Eso fue para mi una experiencia muy gratificante.

-¿Y cómo llega entonces a la presidencia de Cruz Roja?

-Cuando llegué estaba de presidente Manuel Serga Hermosín, que es notario, y por su profesión necesitaba una persona que le echara una mano y pensó en mí. Yo tardé un tiempo en decidirme, porque he sido una persona muy inquieta y toda mi vida he estado metido en muchas cosas, hasta de presidente de la asociación de padres, y sé lo que esto conlleva y también la responsabilidad y el compromiso que adquieres cuando dices sí. Él me convenció y estuve con él en la vicepresidencia y luego con Antonio León, como presidente, un cargo que también dejó porque no podía atenderlo por motivo de trabajo, y así hace accedí a la presidencia.

-¿Qué es mejor, ser voluntario o presidente de Cruz Roja?

-Ser presidente conlleva ser voluntario, es una regla sine qua non. Además de ser voluntarios, lo lógico es que seamos socios.

-¿Ha seguido ejerciendo de voluntario en estos años?

-Cuando puedo he salido con la Unidad de Emergencia (UME), que sale a la calle a visitar los asentamientos y también he salido al tema de mujeres que están en el polígono de la Torrecilla. Cuando puedo sí que me gusta estar con mis voluntarios y ver a pie de obra cómo actuamos.

-Cruz Roja puede presumir de ser una de las entidades humanitarias más conocidas en el mundo, pero ¿y en Córdoba?

-Pienso que sí. La Cruz Roja es una marca que vende por sí sola. Es una marca que tiene 150 años y en 2015 estamos de cumpleaños. Cuando una entidad cumple 150 años es porque ha perdurado en el tiempo, tiene una gran importancia y, sobre todo, cala en la sociedad. Lo que no tengo claro es si la sociedad cordobesa conoce la amplitud de servicios que tiene la Cruz Roja. Por eso, creo que la comunicación es importante y también dar a conocer todo el espectro de servicios que tenemos.

-A pesar de ello, esta semana han presentado su memoria anual, que refleja que Cruz Roja ha triplicado sus atenciones en los principales años de la crisis. Es decir, que la entidad sí que es conocida por aquellos que la necesitan, ¿no cree?

-Todos sabemos que antes a la Cruz Roja se la conocía por los puestos de socorro de la carretera, pero eso era hace 40 años y Cruz Roja ha evolucionado. El 80% de las actuaciones de antes eran de socorro y ahora la proporción se ha invertido. Hoy el 80% de las actuaciones de Cruz Roja son de intervención social.

-¿Cómo gestionan cada caso que les llega?

-Hace poco tuvimos una asamblea general en la que se planteó qué queremos hacer en Cruz Roja en los próximos cuatro años. Está claro que el foco de la gestión tiene que estar orientado a la persona. Por eso, se ha puesto en marcha como novedad un marco de atención integral, que es muy innovador. Antes una persona venía a Cruz Roja por una necesidad básica; por ejemplo, por un problema de alimentos. Pero hoy en día queremos hacer una actuación totalmente integral. Lo que pretendemos es acoger, conocer, identificar las circunstancias que le traen y escuchar, que también es importante, y hacer una valoración a través de nuestros profesionales y hacer un seguimiento. Lo que queremos es que cada persona pase por los distintos proyectos que tenemos.

-En todos los años que lleva al frente de Cruz Roja, ¿en qué ha cambiado el perfil de los beneficiarios a causa de la crisis?

-La crisis ha hecho mella en la población en muchos sentidos. Creo que los primeros que la padecieron fueron los que ya eran vulnerables y se convirtieron en más vulnerables por su situación. Pero también ha hecho mella en las familias en las que todos sus miembros están en paro. Si antes había un perfil típico, hoy en día hay personas que, por ejemplo, vivían en barrios no marginales, que tenían dos coches, los dos trabajaban, pero el paro les ha golpeado y se encuentran que tienen dos coches, pero no tienen lo básico.

-¿Qué lleva a una persona acudir a Cruz Roja?

-Una gran necesidad. Algunos sienten incluso vergüenza porque nunca habían pensado que ellos podían ser usuarios de una prestación económica. Es probable que antes de venir a Cruz Roja hayan ido ya a Asuntos Sociales, de hecho tenemos una gran coordinación con el Ayuntamiento y cada día vienen entre 70 y 80 familias derivadas del Consistorio y ya valoradas por los trabajadores sociales. Es fundamental trabajar en coordinación con los que nos dedicamos a estas cosas.

-¿Cruz Roja tiene capacidad para dar cobertura y abordar los daños de la crisis?

-La misión de la Cruz Roja es aliviar el sufrimiento y, sobre esa base, intentamos mitigar en la medida de lo posible las necesidades básicas. Lógicamente, nosotros no somos la panacea; eso es indudable. Pero lo que quiero que quede claro es que todo esto se debe al esfuerzo de los voluntarios, los trabajadores y de los socios de Cruz Roja, que han aumentado mucho. En España ya somos más de un millón doscientos mil socios y más de 200.000 voluntarios. Y en Córdoba, entre voluntarios y socios nos acercamos a las 17.000 personas. Gracias a ese esfuerzo y también al de las administraciones podemos mitigar en cierto modo los efectos de la crisis.

-¿Cree que en época de crisis se es más solidario?

-Sí, yo creo que sí, por una sencilla razón: hoy en día no se escapa nadie, si no es un familiar, es un vecino que no puede pagar la comunidad. Siempre hay alguien a quien le está golpeando la crisis, y eso nos hace ser más solidarios. Creo que tal cuestión es una de las razones por las que está aumentando el número de voluntarios, y eso entiendo que es muy importante.

-El pasado jueves se publicaron los datos de la EPA que desvelan que el número de parados ha bajado en 7.000 personas entre enero y marzo, ¿Cree que se está saliendo de la crisis?

-Creo que se va a tardar en salir de la crisis. Todos estamos de acuerdo en saber que el empleo es el motor de la economía. El problema de hoy en día es que se están acabando las prestaciones y hay personas mayores que tienen que dividir sus recursos entre su familia y aquí tenemos muchos casos. Pienso que la propia Administración debería pagar a los abuelos, porque son una forma más de la cadena de producción. Ellos apoyan con sus recursos a sus hijos.

-¿Considera que tras la crisis habrá cambios en el modelo económico de España?

-Quiero creer que se ha aprendido con la crisis. Honestamente soy optimista y pienso que a esta situación no se va a volver cuando salgamos, como también pienso que no se va a volver al estado de buena esperanza que había antes. Está claro.

-En el último ejercicio, Cruz Roja ha aumentado un 2,5% las prestaciones. Realmente, ¿se han estabilizado las ayudas tras los años centrales de la crisis?

-Se han estabilizado y damos todos los recursos que tenemos, pero si tuviéramos más llegaríamos a más personas.

-¿Qué previsiones maneja Cruz Roja a corto plazo?

-Creo que la situación se va a estabilizar. Lo importante son las personas, no las cifras. Con el nuevo sistema, a lo mejor disminuyen las cifras, pero no las atenciones.

-¿Cómo se financia Cruz Roja?

-Tenemos el IRPF y el año pasado fueron alrededor de tres millones de euros lo que conseguimos en Córdoba. También tenemos fondos propios, las aportaciones de los socios, la lotería y las campañas que hacemos. Con ellas, el año pasado conseguimos cerca de 300.000 euros. También tenemos las subvenciones de proyectos que recibimos de las diferentes administraciones.

-¿Qué le queda por hacer al frente de Cruz Roja?

-Me quedan por hacer muchas cosas porque esta casa es tan grande... Lo que tenemos claro, por lo menos yo, es que la organización está por encima de las personas y yo soy una parte más del engranaje, pero esto es una organización muy importante, con unos grandes profesionales y voluntarios que tienen claro cuál es su rumbo. Pero hay que trabajar en muchas cosas porque hay que mejorar, sobre todo, en la transparencia. Pienso que la sociedad ha evolucionado y nos exige una absoluta transparencia a la hora de mostrar todo lo que gastamos porque somos una organización que vive de la generosidad de la población. Todos los datos que damos tienen nombre y apellidos. También tenemos que hacer un esfuerzo en comunicación, tanto interna, como externa porque somos muchos voluntarios. Tenemos que aumentar la participación y el buen gobierno y ser más eficaces para llegar a más gente. Otra cosa importante que tenemos que potenciar son las asambleas locales. Como yo digo, los voluntarios de las asambleas locales son como pequeñas antenas porque están en la calle y saben qué persona necesita algo o a quién se puede atender. Hay proyectos, por ejemplo, que no cuestan dinero, como que una persona mayor esté pasando un problema y esté sola. Muchas veces la gente viene aquí con problemas de soledad, de ansiedad. Escuchar a una persona es importante y, aunque no le soluciones nada, sabe que se está con ella y se va fortalecida.

-¿Hay fecha ya concreta para el traslado a la nueva sede de la entidad en Arroyo del Moro?

-Yo por mí me iría mañana. Lo que está claro es que el traslado va a ser este año, eso es seguro. La fecha aún no la tentemos. El edificio no está entregado todavía y falta la cédula de habitabilidad. Lo que Cruz Roja podía hacer, como es el proyecto, ya está hecho.

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