Córdoba

Desde el embarazo, al parto y a la crianza

  • La cordobesa Ana Rosa Muñiz explica a 'El Día' por qué decidió ser doula

Ana Rosa Muñiz es cordobesa, madre, tiene 31 años y es doula. Según relata a El Día, decidió convertirse en una de ellas "porque descubrí durante mi propio proceso de embarazo, parto y puerperio, la necesidad de sentirme acompañada". "Cierto que no estaba sola, tenía a mi pareja, a mi madre, y a mucha más gente que sin ánimo de hacerlo, me hacían más mal que bien", relata y añade que "era madre primeriza, no sabía nada de bebés, de partos ni de lo que me esperaba después". A su juicio, "la sociedad ha convertido la maternidad en un proceso superficial, medicalizado, industrial, económico, todo menos lo que es: la etapa más influyente a nivel físico y emocional en una mujer y en su bebé". Por ello, Ana Rosa decidió seguir sus instintos "mi capacidad para saber lo que mi bebé necesita y como hacerlo, pero fue ir a contra corriente ,y eso se paga muy caro, te destroza a todos los niveles, te deja secuelas que son muy difícil reparar", dice.

Al poco tiempo, continua, "después de fundar con otras mujeres un grupo de lactancia y empezar a ayudar a otras madres con la misma, me enteré de que existía lo que yo tanto había necesitado, alguien que me apoyara sin juzgarme, que me informara objetivamente, que simplemente estuviera, y que así me hiciera confiar en mi capacidad de parir, de amamantar y de criar". En este punto, reconoce que la figura de la doula aún no estaba muy extendida en España y "sé que hacer esta formación en 2010-2011 era una locura, gastar dinero, tiempo y viajes en formarme para seguramente no tener casi trabajo después, pero aún así, sentí que tenía que hacerlo, que mi propio proceso me había dado la capacidad para comprender lo que hace una doula", explica. Para ello, Ana Rosa se formó en Málaga a lo largo de casi un año, y desde entonces ha continuado formándose "en seminarios relacionados con esta profesión y con la maternidad, pues una doula debe estar siempre actualizada".

Reconoce que hace apenas cuatro años, la de doula era una figura de la que apenas se hablaba en España y menos en Andalucía. Sin embargo, sostiene que "ahora estamos ante un cambio de paradigma que protege la maternidad, sin imponer, sin juzgar". Esta cordobesa, que forma parte de la Asociación Española de Doulas, lo tiene muy claro y subraya que la doula "es una mujer con experiencia y con formación que acompaña a otras madres (también al padre o pareja) durante cualquier etapa de su maternidad". "Le ofrece apoyo emocional e información objetiva sobre el proceso que está viviendo", explica e insiste en que "este acompañamiento se hace desde la empatía, sin juzgar en ningún momento". Otra de las defensas que hace de su labor es que la doula "sostiene a una madre que está viviendo su propio proceso, está con ella, le aporta información y recursos siempre objetivamente" y matiza que "lo que una madre decida en cualquier momento es lo único válido, da igual que esté yo de acuerdo o no, da igual que lo que yo opine y da igual lo que yo haría. Es su cuerpo, es su bebé y es su decisión". También aclara que la doula "no es personal sanitario, no toma decisiones clínicas y no interfiere en ellas". "Es la madre quien decide y quien se expresa libremente", apunta y subraya que "el personal sanitario (matrona) asiste los partos, y en caso de que surja algún problema durante el mismo es cuando interviene el ginecólogo o ginecóloga". "El trabajo de la doula no se solapa con ninguno de ellos, es otro, es diferente", matiza y critica el informe del Consejo General de Enfermería. A su juicio, éste deja ver que estos "profesionales del nacimiento, enmarcados en su ideología intervencionista, están obsoletos en formación e información, y han tratado de manipular generando alarma social mal intención".

Respecto a la formación que tienen reconoce que "no es oficial, al igual que muchas profesiones no lo son y que comenzaron sin ser oficiales también". Ante las posibles criticas al respecto, Ana Rosa asegura que esto "no significa que una doula no ejerza una profesión y que esté bien formada y haga su trabajo de forma correcta".

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