Córdoba

El obispo pide rezar el 28-F para que "desaparezca la corrupción política"

  • El prelado, Demetrio Fernández, considera que "es preciso que la fe de un pueblo empape todas las estructuras" y hace un llamamiento a que los "cristianos laicos entren" en la vida pública

El obispo, Demetrio Fernández, también ha entrado en campaña electoral. Aunque no forma parte de ningún partido político ni aspira, que se sepa, a ocupar ningún puesto en el Palacio de San Telmo, el prelado lo tiene claro y pide "orar en el Día del Andalucía para que desaparezca la corrupción en la administración y en toda la sociedad". En su carta pastoral de la semana, el obispo lanza un duro mensaje y se mete de lleno en la arena política, justo en plena precampaña electoral y clama contra temas como la educación, el aborto, el paro y la corrupción. Así, de esta última considera que "es una vergüenza que algunos aprovechen su puesto de servicio para enriquecerse robando del dinero de todos, cuando hay tantos pobres". Por ello, continua, "oramos para que no prevalezca la mentira, el engaño, la trampa y el embuste. Oramos para que construyamos entre todos un mundo mejor". Fernández también hace referencia a que "Andalucía tiene muchos recursos, sobre todo sus gentes abiertas, alegres y acogedoras. Es la tierra de María Santísima" y sostiene que "Andalucía es lo más grande de España, y debemos entre todos dignificarla con nuestra aportación ciudadana".

Si algo ha caracterizado al prelado desde su llegada a Córdoba han sido las polémicas que ha generado en temas de actualidad -la última de ellas a costa de las clases de Religión con la Junta de Andalucía- y, con esta misiva, también levantará alguna que otra ampolla entre los aludidos. Consciente y sabedor del impacto que puede ocasionar su misiva, el obispo asegura convencido en esta carta que a él, como prelado "no le corresponde entrar en política, y menos en la política de partido". Así, explica que para eso "están los que dedican su vida a esta noble causa de servicio al bien común". "La tarea política es una de las más eminentes formas de caridad social, porque pone la vida al servicio de los demás para lograr la justicia, la paz y la convivencia, el bienestar de todos, especialmente el de los más pobres y desfavorecidos", considera, y añade que a los pastores "nos toca ofrecer pautas éticas para el buen gobierno de la cosa pública, que a todos nos afecta". A pesar de todo, Demetrio Fernández no pierde la oportunidad y defiende que "la Iglesia invita a sus hijos cristianos laicos a que entren en la arena de la política, incluso de la política partidista, para llevar el Evangelio a nuestra sociedad y construir un mundo más humano, más justo y más fraterno".

En su misiva, también insiste en la necesidad de "salvaguardar a Dios y se presencia benéfica en nuestra sociedad" y lanza esta pregunta: "¿Por qué prescindir de Dios u organizar la ciudad terrena como si él no existiera?". El prelado se responde a sí mismo al reconocer que "ya sé que hay personas que no creen en Dios y que un Estado democrático debe buscar el bien de todos, también el de los que no creen en Dios o incluso lo rechazan". "De acuerdo. ¿Pero, por qué organizar la vida sin Dios, cuando la inmensa mayoría de los ciudadanos son creyentes?", responde.

"Nuestra Constitución consagra un Estado aconfesional, donde ninguna religión es oficial, sino que se promueve y se favorece la religión de los ciudadanos, en mutuo respeto de todos y en convivencia democrática de unos con otros", recuerda, si bien, muestra su sorpresa ante el hecho de que "en un Estado aconfesional se favorezca todo lo que va contra Dios o contra la religión católica". "Me alegro de que otras religiones sean delicadamente respetadas, pero los católicos en España y en Andalucía no somos una minoría étnica, sino el 92% de la población. Aquí pasa algo raro", considera. En este punto lanza otra pregunta acerca de si la sociedad sería capaz de asumir "una laicidad positiva que considere la religión como un bien social". Es más, invita a los políticos a que tengan cuenta este mensaje "porque incluso los que son católicos y practicantes, llegados al campo de la política, prefieren dejar a un lado sus convicciones para mantenerse en una neutralidad que ofende a la inmensa mayoría de la población". "Hemos de convivir todos, respetarnos todos, ser tolerantes unos con otros. Pero a veces parece que la única religión no respetable sea la católica, la de la inmensa mayoría de nuestro pueblo", subraya y advierte de que "no basta con tener procesiones (ahora llega la Semana Santa), es preciso que la fe de un pueblo empape todas las estructuras, aun dentro de un Estado aconfesional".

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